¿De qué modo los inversores en RV global pueden incorporar los efectos de los aranceles en el análisis fundamental de las empresas?
Las guerras comerciales vuelven a copar los titulares tras la imposición por parte de Estados Unidos de nuevos aranceles a una serie de productos chinos. Este tipo de decisiones en materia de política comercial son un quebradero de cabeza para los inversores que tratan de elaborar previsiones de rentabilidad basándose en las perspectivas a largo plazo de una empresa, y requieren especial atención en los procesos de análisis.
El 14 de mayo, el presidente estadounidense Joe Biden anunció un incremento de los aranceles que afectaría a importaciones chinas por valor de 18.000 millones de USD, incluidos vehículos eléctricos (VE) y células fotovoltaicas. Esta decisión es una señal de que tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo están aumentando y un ejemplo palpable del riesgo geopolítico causado por la desglobalización.
Los aranceles cambian el coste relativo de los productos. Esto influye en la oferta y la demanda y puede tener consecuencias enormes para las empresas. Dado que las decisiones políticas resultan bastante impredecibles, los analistas de inversión pueden tener dificultades para incorporarlas en las previsiones financieras. No obstante, podemos esbozar algunos principios y parámetros para evaluar de manera constructiva el entorno cambiante actual.
Entender las circunstancias políticas
En primer lugar, es necesario estudiar las circunstancias políticas subyacentes. Por ejemplo, las restricciones de Estados Unidos a la venta de semiconductores forman parte de un proceso más amplio de desglobalización que tiene que ver con proteger la tecnología y garantizar las cadenas de suministro. En Estados Unidos, esta política cuenta desde hace años con un amplio respaldo de los dos partidos, por lo que es probable que la tendencia hacia la imposición de aranceles continúe.
En segundo lugar, los inversores deben determinar qué empresas son vulnerables y qué otras podrían beneficiarse. A continuación, los analistas pueden evaluar la exposición de una empresa a los aranceles por su situación geográfica o sus productos para poder diseñar una respuesta adecuada. Eso no significa únicamente vender las posiciones más expuestas a los riesgos. En ciertos casos, se pueden aprovechar las perturbaciones temporales que generan los titulares en aquellas empresas que posiblemente se beneficien de unas dinámicas de precios cambiantes.
Evitar los riesgos más graves
Hay veces en que los riesgos merecen especial cautela. Los aranceles a los fabricantes de VE son un buen ejemplo, ya que añaden incertidumbre a una dinámica ya inestable en el sector. China está vendiendo VE relativamente baratos en los mercados europeo y estadounidense. Sin embargo, tanto en Europa como en Estados Unidos, los fabricantes de vehículos apuestan su futuro a la adopción de VE relativamente caros y de alta calidad. Creemos que, debido a la impredecibilidad del mercado y de las dinámicas políticas, los inversores tienen muchas dificultades para formarse una convicción sobre los fabricantes de VE.
En todo caso, es improbable que las decisiones políticas entorpezcan el cambio estructural a escala mundial para pasar de los motores de combustión interna tradicionales a los vehículos eléctricos. En consecuencia, los inversores que traten de captar potencial de crecimiento de los VE, y evitar a su vez las consecuencias de una guerra comercial, pueden centrarse en empresas que suministren componentes esenciales a los fabricantes de VE, como, por ejemplo, semiconductores y baterías. Creemos que las empresas que son clave para la fabricación de VE probablemente seguirán disfrutando de una demanda sostenida, incluso en un entorno industrial y político más complicado.
Distinguir entre cambio estructural y retos en materia de políticas
Los VE no son el único ejemplo del cambio estructural que se está gestando en un entorno normativo incierto. Analicemos la transición energética y la búsqueda de una seguridad en materia de energía. En Estados Unidos, la Ley de reducción de la inflación representa un impulso determinante para la inversión en transición energética. Sin embargo, nadie puede predecir el resultado de las elecciones de noviembre y cómo afectaría a los incentivos que se ofrecen actualmente a las empresas que participan en la transición energética.
Con o sin el apoyo de las políticas, creemos probable que continúe la transición energética, ya que está impulsada por mejoras económicas en ámbitos como la electrificación industrial, que actualmente experimenta una transformación a largo plazo. Por tanto, los inversores pueden buscar empresas que sean tanto beneficiarias como facilitadoras de la transición energética, con negocios de calidad capaces de ofrecer un crecimiento de los beneficios al margen de los subsidios. Si se mantienen los incentivos, serían un regalo para estas empresas.
Encontrar empresas capaces de combatir la presión de los aranceles
Del mismo modo, en ciertos casos la demanda de productos puede combatir la presión de los aranceles conforme pase el tiempo. Un buen ejemplo son los aranceles chinos al coñac y el brandy europeos. A principios de mayo, las negociaciones entre Francia y China apuntaban a la posibilidad de que China finalmente no aplicase los aranceles previstos a las bebidas alcohólicas. En este caso, los inversores no pueden predecir realmente el momento en que se aplicarían los posibles aranceles o cómo ello afectaría al equilibrio entre importaciones y exportaciones.
En todo caso, los aranceles al coñac han ido variando a lo largo de los años. A nuestro juicio, los inversores con un horizonte a largo plazo, de al menos entre 3 y 5 años, pueden realizar un análisis de negocio de empresas seleccionadas del sector del lujo capaces de ofrecer un crecimiento de los beneficios atractivo con independencia del variable entorno arancelario.
Prever distintos resultados
Sin duda, las guerras comerciales y los aranceles amplían la variedad de posibles resultados para las empresas y los inversores.
Si los riesgos son demasiado elevados, los inversores deberían apartarse y evitar sectores o empresas a los que puedan afectarles directamente los movimientos impredecibles en materia de comercio.
En otros casos, los inversores pueden integrar los riesgos en los análisis de los valores. Si una empresa es vulnerable a los aranceles, pero cuenta con un negocio sólido, podemos aplicar tasas de descuento adecuadas que reflejen una valoración consciente del riesgo. A continuación, podemos valorar si el potencial de remuneración a largo plazo compensa esos riesgos. También se puede ajustar el tamaño de las posiciones en una cartera para reflejar la susceptibilidad de una empresa a cualquier cambio de los aranceles.
Las guerras comerciales son solo uno de los aspectos del riesgo geopolítico, que está aumentando claramente en muchos frentes. Los inversores en renta variable con un enfoque reflexivo para abordar estos riesgos estarán bien preparados para lidiar con un entorno normativo inestable. También podrán aprovechar las tendencias de crecimiento estructural que probablemente se sobrepongan a los obstáculos en materia de políticas conforme pase el tiempo.