Es probable que Trump ponga en el punto de mira las subvenciones previstas en la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense (IRA) de 2022, una medida política clave del presidente Joe Biden. Los incentivos de la IRA para vehículos eléctricos (VE) y energías renovables se consideran especialmente vulnerables, dado el apoyo declarado del nuevo Gobierno a la producción de combustibles fósiles y las críticas a las iniciativas medioambientales. Si bien es cierto que las subvenciones a los vehículos eléctricos pueden estar en peligro, creemos que derogar las subvenciones a las energías renovables será mucho más difícil porque muchos proyectos de infraestructuras sostenibles han creado puestos de trabajo en estados republicanos.
La IRA no es el único marco de subvenciones que hay que vigilar. De hecho, la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo estadounidense (IIJA) de 2021 prevé subvenciones que triplican las de la IRA. Los 1,2 billones de dólares de estímulos de la IIJA apoyan una serie de proyectos que incluyen iniciativas de transporte, agua, energía y medio ambiente, y hasta ahora sólo se ha movilizado una sexta parte del capital. Nuestra tarea de análisis como inversores consiste en diferenciar entre las subvenciones que corren mayor riesgo de desaparecer y las que tienen más probabilidades de sobrevivir.
Por ejemplo, la inversión en infraestructuras físicas críticas es un ámbito de acuerdo bipartidista que trasciende en gran medida a las elecciones estadounidenses. La desglobalización (o deslocalización) está dando lugar a inversiones en la industria manufacturera y en las infraestructuras conexas (energía, agua, transporte) para promover el desarrollo industrial. Una Administración centrada en acelerar la actividad económica nacional, por definición, también apoyará la aceleración de la inversión en infraestructuras. Creemos que el amplio apoyo a la inversión en infraestructuras estadounidenses podría crear oportunidades para que determinadas empresas se beneficien de forma desproporcionada.
Del mismo modo, la ley bipartidista CHIPS —diseñada para reforzar la industria estadounidense de semiconductores— probablemente se mantenga intacta en su mayor parte, en nuestra opinión. Aprobadas en 2022 con apoyo bipartidista, las subvenciones de esta legislación se consideran vitales para reducir la dependencia de EE. UU. de la tecnología extranjera que se considera vital para la seguridad nacional.
En términos generales, las empresas cuyos beneficios dependen de subvenciones en riesgo deben ser objeto de una reevaluación crítica. En otros casos, podemos encontrar oportunidades en empresas con negocios sólidos que se perciben erróneamente como posibles perjudicadas por los recortes de las subvenciones.