Más allá del comercio de Trump: RV en una nueva era política en EE. UU.

26 noviembre 2024
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Los cambios políticos podrían variar el potencial de rentabilidad del mercado de EE. UU. Así es cómo los inversores pueden afrontar los retos futuros.

Las acciones estadounidenses se consideran en general grandes beneficiarias de la agenda política del presidente electo Donald Trump. Pero el cambio de política lleva tiempo y tendrá complejas repercusiones en las empresas, los beneficios y las rentabilidades. Entonces, ¿cómo pueden prepararse los inversores para detectar riesgos y descubrir oportunidades a largo plazo en medio de tanta incertidumbre?

Sea cual sea su opinión sobre las elecciones, el consenso del mercado cree que la nueva Administración es positiva para las empresas y las acciones de EE. UU. Sin embargo, aunque Trump contará con el apoyo de un Congreso republicano favorable, traducir las promesas de campaña en políticas siempre es difícil y llevará su tiempo.

El cambio descendente (top-down) requiere un análisis ascendente (bottom-up)

Durante su campaña, Trump prometió aplicar políticas que incluyen la suspensión de subsidios, la ampliación de los recortes fiscales, nuevos aranceles y una reforma normativa. Esta combinación de políticas es probable que aumente el déficit, aun cuando el crecimiento económico sea fuerte, lo que podría complicar su implementación.

El cambio descendente impulsado por las políticas resulta difícil de predecir. Por ejemplo, los planes de Trump para impulsar la inversión en Estados Unidos —incentivando la reinversión de las empresas estadounidenses y la inversión extranjera directa— no beneficiarán a todas las empresas y sectores por igual. Y aunque pueda sonar contradictorio, creemos que el análisis ascendente —centrado en la exposición de las empresas al cambio— es la mejor forma que tienen los inversores en renta variable para identificar los riesgos y las oportunidades a medida que la política se haga realidad o no alcance las expectativas. Incluso en esta fase inicial, podemos empezar a definir cuatro ámbitos políticos principales que servirán de base para el análisis fundamental de sectores, industrias y empresas concretas. 

  1. Las subvenciones no desaparecerán de repente  


    Es probable que Trump ponga en el punto de mira las subvenciones previstas en la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense (IRA) de 2022, una medida política clave del presidente Joe Biden. Los incentivos de la IRA para vehículos eléctricos (VE) y energías renovables se consideran especialmente vulnerables, dado el apoyo declarado del nuevo Gobierno a la producción de combustibles fósiles y las críticas a las iniciativas medioambientales. Si bien es cierto que las subvenciones a los vehículos eléctricos pueden estar en peligro, creemos que derogar las subvenciones a las energías renovables será mucho más difícil porque muchos proyectos de infraestructuras sostenibles han creado puestos de trabajo en estados republicanos.
     

    La IRA no es el único marco de subvenciones que hay que vigilar. De hecho, la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo estadounidense (IIJA) de 2021 prevé subvenciones que triplican las de la IRA. Los 1,2 billones de dólares de estímulos de la IIJA apoyan una serie de proyectos que incluyen iniciativas de transporte, agua, energía y medio ambiente, y hasta ahora sólo se ha movilizado una sexta parte del capital. Nuestra tarea de análisis como inversores consiste en diferenciar entre las subvenciones que corren mayor riesgo de desaparecer y las que tienen más probabilidades de sobrevivir.


    Por ejemplo, la inversión en infraestructuras físicas críticas es un ámbito de acuerdo bipartidista que trasciende en gran medida a las elecciones estadounidenses. La desglobalización (o deslocalización) está dando lugar a inversiones en la industria manufacturera y en las infraestructuras conexas (energía, agua, transporte) para promover el desarrollo industrial. Una Administración centrada en acelerar la actividad económica nacional, por definición, también apoyará la aceleración de la inversión en infraestructuras. Creemos que el amplio apoyo a la inversión en infraestructuras estadounidenses podría crear oportunidades para que determinadas empresas se beneficien de forma desproporcionada.


    Del mismo modo, la ley bipartidista CHIPS —diseñada para reforzar la industria estadounidense de semiconductores— probablemente se mantenga intacta en su mayor parte, en nuestra opinión. Aprobadas en 2022 con apoyo bipartidista, las subvenciones de esta legislación se consideran vitales para reducir la dependencia de EE. UU. de la tecnología extranjera que se considera vital para la seguridad nacional.


    En términos generales, las empresas cuyos beneficios dependen de subvenciones en riesgo deben ser objeto de una reevaluación crítica. En otros casos, podemos encontrar oportunidades en empresas con negocios sólidos que se perciben erróneamente como posibles perjudicadas por los recortes de las subvenciones. 

  2. Tax Cuts Don’t Make Better Businesses


    Trump se ha comprometido a mantener el tipo del impuesto de sociedades en el 21%, según la Ley de Empleo y Recortes Fiscales estadounidense de 2017. Durante la campaña, también propuso otras posibles rebajas fiscales condicionadas al 15%. Los bajos impuestos de sociedades pueden impulsar los beneficios de forma generalizada. Pero los inversores deben ser conscientes de los riesgos de suponer que un aumento de los beneficios derivado de unos tipos impositivos más bajos favorecerá la rentabilidad a largo plazo y los buenos resultados de la renta variable.


    Las empresas de menor calidad o de productos básicos (como la banca) suelen repercutir en los clientes la mejora de los márgenes derivada de unos tipos impositivos más bajos reduciendo los precios. Por el contrario, las empresas de mayor calidad disfrutan de ventajas que deberían acentuarse en un entorno de baja fiscalidad. Dado que estas empresas suelen tener una fuerte capacidad de fijación de precios, pueden retener una ganancia fiscal inesperada para reinvertirla en lugar de repercutirla en los clientes, lo que refuerza el potencial de crecimiento de los beneficios y de rentabilidad. Los inversores no deben dejarse seducir por un aumento de los beneficios originado por motivos de fiscalidad, sino centrarse en las características del negocio que promueven el potencial de rentabilidad a largo plazo.

  3. Aranceles: ¿qué han aprendido las empresas?


    Durante la campaña, Trump prometió hacer de los aranceles un componente central de su política comercial. El 25 de noviembre, el presidente electo declaró que, tras su toma de posesión, emitirá una orden ejecutiva por la que impondrá un arancel del 25% a todas las importaciones procedentes de Canadá y México, así como un arancel adicional del 10% a China. En caso de aplicarse, los nuevos aranceles podrían incentivar a las empresas estadounidenses con operaciones en el extranjero a devolver la producción a Estados Unidos. Pero el impacto no siempre será directo: los fabricantes estadounidenses que dependen de piezas producidas en el extranjero podrían enfrentarse a nuevos problemas de costes si no se dispone de soluciones nacionales inmediatas. Esta dinámica plantea grandes cuestiones de análisis.
     

    Incluso antes de que se conozcan los detalles, los inversores y analistas pueden evaluar la exposición geográfica y del producto de una empresa a los aranceles, poder diseñar una respuesta informada. Eso no significa únicamente vender las posiciones más expuestas a los riesgos. En ciertos casos, se pueden aprovechar las perturbaciones temporales que generan los titulares en aquellas empresas que posiblemente se beneficien de unas dinámicas de precios cambiantes. También podemos estudiar cómo las empresas individuales gestionaron el riesgo arancelario durante la primera presidencia de Trump y si la resistencia de su cadena de suministro ha aumentado desde la COVID. Algunas empresas están mejor preparadas para los cambios que se avecinan, lo que debería reflejarse en su ecuación riesgo/recompensa.
     

    Las guerras comerciales y los aranceles amplían la variedad de posibles resultados para las empresas y los inversores. Si los riesgos son demasiado elevados, los inversores deberían apartarse y evitar sectores o empresas a los que puedan afectarles directamente los movimientos impredecibles en materia de comercio.
     

    Si una empresa es vulnerable a los aranceles, pero cuenta con un negocio sólido, podemos aplicar tasas de descuento adecuadas que reflejen una valoración consciente del riesgo. A continuación, podemos valorar si el potencial de remuneración a largo plazo compensa esos riesgos. También se puede ajustar el tamaño de las posiciones en una cartera para reflejar la susceptibilidad de una empresa a cualquier cambio de los aranceles.

  4. La regulación puede suponer un punto de inflexión


    La regulación —y la desregulación— requieren atención en muchos sectores. Pero el resultado del cambio normativo no siempre es unidimensional. Por ejemplo, si se suaviza la normativa sobre prospección y producción de combustibles fósiles, eso no significa que las empresas de energías renovables estén condenadas. En nuestra opinión, las iniciativas de energías renovables están impulsadas principalmente por la mejora de la economía más que por la regulación, por lo que las empresas de estos sectores deben analizarse caso por caso. En algunos casos, las acciones de empresas de energías renovables resistentes pueden verse castigadas por el temor a una regulación desfavorable, lo que crea oportunidades de compra.
     

    Un menor escrutinio normativo podría eliminar un lastre para algunos valores tecnológicos de gran capitalización, así como para los mayores bancos estadounidenses, y podría impulsar un repunte de la actividad de fusiones y adquisiciones.
     

    Los inversores deben estar atentos a los nombramientos para puestos clave en el Departamento de Justicia, la Comisión Federal de Comercio y las agencias sanitarias, para empezar a entender cómo podría desarrollarse el cambio normativo. El nombramiento de Robert F. Kennedy como secretario de Sanidad y Servicios Humanos ha suscitado dudas sobre el sector sanitario, dada su postura declarada abiertamente en temas como las vacunas y las grandes farmacéuticas. Su nombramiento podría no ser confirmado por el Senado. Sin embargo, si es designado secretario, los inversores deberán reevaluar el impacto en diversas empresas del sector sanitario, desde la tecnología médica hasta los fabricantes de medicamentos. Como regla general, si se avecinan cambios normativos radicales, es imperativo centrarse en empresas sanitarias con ventajas empresariales explícitas que deberían persistir, pase lo que pase.
     

    La desregulación es una fuerza poderosa que puede cambiar las reglas del juego de empresas de diversos sectores. Descifrar el impacto potencial de la desregulación en las empresas requiere experiencia en el sector y favorece la gestión activa, que permite a los inversores posicionarse adecuadamente en los posibles ganadores y reducir la exposición a los probables perdedores.  


No cabe duda de que se avecinan cambios para las empresas y las acciones estadounidenses. En una época de cambios drásticos, creemos que es esencial atenerse a procesos de inversión disciplinados respaldados por un análisis fundamental en tiempo real. En nuestra opinión, el mejor antídoto contra la incertidumbre es seguir unos principios claros para identificar a las empresas con fundamentales sólidos, tanto si se invierte en crecimiento como en valor o en renta variable temática. Con un enfoque activo para la selección de valores, la construcción de carteras y la gestión del riesgo, creemos que los inversores pueden adaptarse a un entorno en rápida evolución y garantizar que una asignación se posicione adecuadamente para aprovechar las oportunidades que surjan en un nuevo entorno político en EE. UU.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.