Prevemos un descenso gradual —aunque puede que accidentado— de los yields. Estas siete estrategias pueden ayudar a los inversores a sacarle partido.
El 18 de septiembre, la Reserva Federal estadounidense inició su ciclo expansivo con una rebaja de tipos de 50 p.b. el mayor recorte de los últimos 16 años. Por tanto, la mayoría de los principales bancos centrales se sitúan ahora en una fase expansiva, aunque eso no garantiza un descenso apacible de los yields. Buen ejemplo de ello es el repunte que registró el yield del bono del Tesoro estadounidense a 10 años tras el recorte de la Fed. Aunque prevemos una caída gradual de los yields globales en los próximos meses, también esperamos que ese descenso sea accidentado.
«Gradual»: la palabra de moda entre los bancos centrales
La Fed ha señalado que su respuesta dependerá de cómo evolucionen los datos a lo largo del tiempo, sin dejar de prestar atención a un mercado de trabajo sólido, pero que comienza a debilitarse. Es decir, la autoridad monetaria estadounidense tiene previsto actuar de forma gradual mientras avanza hacia una política monetaria fiscal, meta que posiblemente alcance a principios de 2026.
En septiembre, el Banco Central Europeo (BCE) bajó los tipos 25 p.b. por segunda vez en este ciclo. El BCE sigue sin comprometerse con ninguna senda en concreto y prefiere seguir un enfoque pausado, dependiente de los datos. El Banco de Inglaterra (BOE) también apuesta por un enfoque gradual respecto a la bajada de tipos que contribuya a eliminar del sistema unas presiones inflacionistas persistentes. El BOE comenzó su ciclo expansivo en agosto con un recorte de 25 p.b., mientras que en septiembre decidió no mover ficha. Prevemos que el BCE y el BOE bajen los tipos otros 25 p.b. este año. Aunque los recortes podrían acelerarse en 2025, no vemos probable una expansión monetaria agresiva.
El Banco de China también ha bajado los tipos para impulsar el crecimiento económico del país, que se sitúa por debajo del objetivo del 5% fijado para este año. Aunque es improbable que estos recortes de tipos ayuden al afligido sector inmobiliario, creemos que pueden mejorar las perspectivas de crecimiento en otros sectores que ya muestran un comportamiento positivo.
Entre los principales bancos centrales, el Banco de Japón es la excepción, ya que ha decidido mantener los tipos oficiales intactos después de recortarlos a principios de año por primera vez desde 2008. De momento, la autoridad monetaria japonesa se basa principalmente en el endurecimiento cuantitativo pasivo mientras avanza hacia la normalización.
Se mantiene la volatilidad
Las esfuerzos de los participantes del mercado por adivinar el momento y la magnitud de los recortes de tipos de los bancos centrales ha devuelto la volatilidad al mercado, como también lo ha hecho la incertidumbre geopolítica derivada de los conflictos regionales y las elecciones en Europa, India, México y Brasil, entre otros países. De hecho, casi la mitad de la población mundial está llamada a las urnas en este año de elecciones. Y aunque los comicios de Estados Unidos no suelen afectar a los resultados del mercado, la próxima cita con las urnas en el país norteamericano podría elevar la volatilidad en los próximos meses.
A nuestro juicio, los inversores deberían sentirse cómodos con las cambiantes expectativas de política monetaria y con las sorpresas en cuanto a datos, y evitar ser arrastrados por las turbulencias a corto plazo. Las tendencias generales, como un crecimiento moderado de la economía mundial y yields elevados, tienen ahora mayor relevancia. Estas condiciones son favorables para los inversores en bonos, sobre todo para aquellos que puedan anticiparse a la eventual avalancha que se producirá en el mercado de deuda.
Los bonos podrían recibir un impulso de la reinversión
Pensamos que los precios de los bonos probablemente recibirán un impulso a medida que en los próximos meses desciendan los yields en la mayor parte del mundo desarrollado. Ese incremento podría ser especialmente significativo, teniendo en cuenta la cantidad de dinero que se mantiene al margen a la espera de entrar de nuevo al mercado. A 31 de agosto, un nivel récord de 6,5 billones de USD está en manos de fondos del mercado monetario estadounidense en lo que constituye un vestigio de la estrategia «T-bill and chill» que se hizo popular en 2023, cuando los bancos centrales subieron los tipos de interés de forma agresiva.
Tradicionalmente, cuando los bancos centrales relajan sus políticas monetarias se produce una salida en masa de efectivo de los mercados monetarios para regresar a la deuda a largo plazo. El repunte de la demanda de bonos como consecuencia de esos flujos ayuda a acentuar la caída de los yields que acompaña a los recortes de tipos de los bancos centrales. Dado el extraordinario nivel de efectivo que se mantiene actualmente al margen, la demanda de bonos podría dispararse. De hecho, prevemos que entre 2,5 y 3 billones de USD regresarán al mercado de bonos en los próximos años.
Siete estrategias para el entorno actual
Creemos que los inversores en bonos pueden obtener buenos resultados en el entorno favorable actual si aplican estas estrategias:
Estar invertidos. Si todavía sigue estancado en el efectivo, estaría perdiéndose las rentas diarias que aportan los bonos con yields más elevados, además de las potenciales ganancias resultantes de las subidas de precios conforme descienden los yields. De hecho, en el entorno actual, creemos que los inversores probablemente deberían aumentar sus asignaciones a renta fija que en épocas anteriores.
Alargar la duración. Si la duración de su cartera (es decir, la sensibilidad a los tipos de interés) ha virado hacia el extremo corto, plantéese alargarla. Cuando bajan los tipos de interés, la duración beneficia a las carteras. La deuda pública, que es la fuente más pura de duración, también ofrece una elevada liquidez y ayuda a contrarrestar la volatilidad del mercado de renta variable.
Tener una perspectiva global. Cuando el calendario y la dirección de los bancos centrales son divergentes, no solo aumentan las oportunidades idiosincráticas a escala mundial, sino que la ventaja que aporta la diversificación entre distintos ciclos de tipos de interés y de negocio también se refuerza cuando sus políticas monetarias están desincronizadas.
Mantener crédito. No creemos que sea el momento de evitar o infraponderar el crédito. Aunque los diferenciales se han estrechado, los rendimientos de los activos sensibles al crédito siguen cerca de máximos históricos. Los fundamentales de las empresas continúan mostrando una relativa fortaleza, después de alcanzar niveles históricamente sólidos. Además, el descenso de los tipos debería ayudar a aliviar las presiones de refinanciación de los emisores corporativos. En todo caso, los inversores en crédito deben ser selectivos y prestar atención a la liquidez. Los sectores cíclicos, los bonos corporativos con calificación CCC y la deuda titulizada de menor calificación son los más vulnerables en una situación de desaceleración económica. Por otro lado, los cambios producidos en los enfoques de selección de valores podrían ayudar a los inversores a analizar de manera más objetiva partes sustanciales del universo de crédito, pudiendo incluso contribuir a incrementar el alfa.
Adoptar una postura equilibrada. Creemos que tanto la deuda pública como los sectores de crédito tienen cabida actualmente en las carteras. Entre las estrategias más efectivas se encuentran aquellas que combinan deuda pública y otros activos sensibles a los tipos de interés con activos de deuda corporativa orientados al crecimiento, en una única estrategia gestionada de forma dinámica. Esta combinación también ayuda a mitigar riesgos ajenos a nuestra hipótesis de escenario más probable —de crecimiento más débil— tales como el regreso de la inflación extrema o un hundimiento de la economía.
Protegerse frente a la inflación. Creemos que los inversores deberían plantearse incrementar sus asignaciones a estrategias de inflación. Esta idea se basa en el mayor riesgo de que la inflación aumente súbitamente en el futuro, en sus efectos corrosivos y en la asequibilidad de la protección explícita contra ella.. Según nuestro análisis, la protección contra la inflación —que actualmente se sitúa en torno a un 2,1% en el mercado de valores protegidos contra la inflación (TIPS) —está barata.
Considerar un enfoque sistemático. El entorno actual también favorece un aumento del potencial de alfa a partir de la selección de valores. Los enfoques de inversión sistemáticos en renta fija de gestión activa pueden ayudar a los inversores a aprovechar esas oportunidades. Las estrategias sistemáticas se basan en una serie de factores predictivos, como el momentum, que no se capturan eficazmente con la inversión tradicional. Dado que los enfoques sistemáticos dependen de diferentes factores, sus rentabilidades pueden complementar a las estrategias activas tradicionales.
Aprovechar el momento
Creemos que los inversores activos deberían prepararse para aprovechar las oportunidades que genera un aumento de la volatilidad y los vientos favorables para el mercado en los próximos meses. No obstante, el paso más importante es sencillamente regresar a los mercados de bonos para no perderse los elevados yields que se ofrecen actualmente y las rentabilidades potencialmente extraordinarias que podrían conseguirse.