La inflación ha seguido moderándose de forma gradual, pero estamos atentos a los efectos sobre los precios del incremento de los aranceles. Las tasas medias de inflación de los tres últimos meses se situaron en el 2,5% en los países desarrollados, y, en el caso de EE. UU., Canadá y la UE, se acercaron al objetivo del 2%. En la mayoría de los principales mercados, los tipos de interés oficiales siguen siendo restrictivos en términos históricos, lo que otorga a los bancos flexibilidad para responder a una desaceleración del crecimiento o aplicar nuevas rebajas cuando los efectos de los aranceles sean más acusados.
Plantearse una sobreponderación moderada en renta variable
En este entorno, creemos que los inversores deberían considerar una exposición sobreponderada a renta variable de mercados desarrollados, con mayor inclinación hacia EE. UU., Japón y Europa. El motivo es que prevemos un gasto constante de los consumidores estadounidenses y un crecimiento continuado de la inversión tecnológica. En Europa están mejorando los patrones de consumo de los hogares y el gasto fiscal en defensa e infraestructuras es significativo.
En lo que respecta a los mercados más defensivos y aquellos con fuerte exposición a materias primas, como Canadá y Reino Unido, creemos que está justificado mantener una exposición infraponderada. En renta variable de mercados emergentes, parece que lo más acertado es un posicionamiento neutral, dadas las perspectivas de crecimiento secular de China y su exceso de capacidad manufacturera, con un elevado suministro de bienes que ha erosionado los beneficios empresariales.
Perspectiva neutral del riesgo de crédito y de tipos de interés
Los inversores deberían tratar de conseguir un mayor equilibrio entre las asignaciones a crédito high-yield y a renta variable. El crédito repuntó al disminuir la preocupación en torno a los aranceles, pero los diferenciales se han estrechado y se acercan a sus niveles medios a largo plazo. Si siguieran estrechándose, creemos que sería lógico que la exposición al riesgo de la cartera proviniera más de la renta variable que del crédito, sobre todo si el apalancamiento suscita preocupación.
Creemos que el actual panorama económico justifica una exposición neutral a deuda pública. Los tipos de interés oficiales de los bancos centrales y las tendencias de inflación han sido favorables, pero parece probable que la Reserva Federal siga sin aplicar nuevos recortes de tipos hasta que los datos económicos reflejen todos los efectos de los nuevos aranceles.
Entre las monedas de los mercados desarrollados, parece previsible que el USD se deprecie, ya que aparentemente se reducirá la diferencia de crecimiento económico entre EE. UU. y otros mercados desarrollados. El EUR nos parece relativamente atractivo, puesto que debería beneficiarse de una recuperación del consumo interno en la región.
No hay que perder la perspectiva general
En resumen, vemos un contexto de crecimiento económico moderado a partir de ahora. Las expectativas de beneficios empresariales han descontado los posibles efectos directos de los aranceles, que —según nuestra evaluación—, deberían ser muy inferiores a los del episodio de estanflación de 2022. Si, tal y como esperamos, el efecto de los aranceles es puntual, el crecimiento de los beneficios debería acelerarse de nuevo y acercarse a sus medias históricas de mitad de ciclo. Este entorno exige que los inversores en multiactivos sean flexibles a la hora de elegir oportunidades de diversificación.