La economía estadounidense es importante, pero no es la única en un enfoque global.
La deuda de EE. UU. y el dólar han atravesado unos meses marcados por la volatilidad y los cambios repentinos en la política comercial y fiscal han desatado la preocupación por la condición de «refugio seguro» de los activos denominados en dólares. Dado que es probable que las dudas relacionadas con la política estadounidense continúen bajo el foco, creemos que los inversores en bonos que afrontan la volatilidad relacionada con los aranceles podrían optar por adoptar un enfoque más global.
Sobra decir que no estamos preparados para declarar el fin del dominio del dólar en la economía mundial. Sigue siendo la moneda más líquida y cuenta con el respaldo de los mercados de capitales más importantes del mundo.
Es más, simplemente no hay una alternativa clara que pueda sustituir al dólar. También han sido escasas las pruebas de que los gestores de reservas mundiales hayan vendido bonos del Tesoro denominados en dólares, aunque es posible que algunos estén cubriendo la exposición al dólar que incorporan esos bonos. En el caso de los inversores que gestionan meticulosamente su riesgo de duración, creemos que los bonos del Tesoro denominados en dólares seguirán aportando estabilidad a las carteras durante los episodios de tensión.
Cambio de políticas: afrontar lo imprevisible
Pero si hay un punto débil en la armadura del dólar, creemos que es la naturaleza cada vez más imprevisible de la política estadounidense. El simple alcance de los aranceles anunciados por el presidente Trump en abril, por ejemplo, tomó por sorpresa a los mercados; los giros y vueltas de la política y las pausas temporales que hemos observado desde entonces han intensificado la sensación de sacudida.
Cuando a mediados de junio comenzaron los ataques aéreos israelíes contra infraestructuras militares y nucleares iraníes —que posteriormente se complementaron con ataques selectivos de los Estados Unidos—, inicialmente los bonos del Tesoro se revalorizaron junto con el oro. Sin embargo, los yields subieron poco después, en parte debido a la preocupación por las perturbaciones de la oferta de petróleo.
En el frente fiscal, se prevé que la ley One Big Beautiful Bill Act aumente el déficit fiscal entre 1,5 y 3 billones de dólares en la próxima década, con recortes de impuestos propuestos superiores a los potenciales ahorros derivados de los recortes de las ayudas destinadas a energías limpias y en Medicaid.
La internacionalización podría impulsar los ingresos y recortar la volatilidad
Los inversores preocupados por los aranceles y que se preguntan si el excepcionalismo estadounidense todavía persiste pueden encontrar oportunidades en los bonos globales cubiertos. Con una asignación a renta fija global, los inversores tienen acceso a un abanico de emisores, perfiles de crédito y curvas de rendimientos más amplio, lo que puede impulsar los ingresos con un menor nivel de volatilidad.
Es más, los diferentes países operan con distintos sistemas económicos, monetarios y de inflación. Estas trayectorias diferentes pueden aportar a los inversores unos flujos de rentabilidad menos correlacionados y fuentes alternativas de ingresos y riesgo. Esto puede explicar por qué los datos recientes han revelado signos de que los inversores particulares estadounidenses han comenzado a añadir exposición a bonos globales (Gráfico).