Economía global: aterrizaje suave a la vista

13 diciembre 2023
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A pesar de las turbulencias, la economía global consiguió resistir en 2023.¿Qué rumbo tomará en 2024?

Desde la virulencia de la inflación hasta la geopolítica, pasando por las quiebras bancarias, las economías de todo el mundo se han visto asediadas por sucesivas crisis, pero en general siguen mostrando solidez. Ahora que entramos en 2024, varios factores de peso siguen apuntalando un aterrizaje suave. Sin embargo, los riesgos para un escenario principal favorable se inclinan a la baja.

Cabe prever un crecimiento más lento y mayor equilibrio

Creemos que la economía mundial sigue teniendo impulso suficiente como para que el desenlace más probable sea un aterrizaje suave, aunque todo aterrizaje tiene sus consecuencias. Dado el empeoramiento de los fundamentales y la creciente presión que ejercen los altos tipos de interés, cabe prever una notable desaceleración del crecimiento en 2024. Sin embargo, no tiene por qué ser una mala noticia: un crecimiento más lento debería alejar la inflación, lo que permitiría que los bancos centrales comenzaran a bajar los tipos. Esta senda debería conducir gradualmente a la economía mundial hacia un mayor equilibrio.

La fortaleza del consumo es fundamental para la resiliencia económica

El fuerte gasto en consumo fue decisivo para la resiliencia de la economía en 2023, especialmente en Estados Unidos. El mercado de trabajo superó con creces las expectativas durante el año, generando ingresos suficientes para apuntalar el gasto. El ritmo de contratación fue elevado y el crecimiento de los salarios superó holgadamente la inflación. Sin embargo, las primeras grietas comenzaron a notarse a finales de año, por lo que no esperamos un gasto tan robusto en 2024. De hecho, el ritmo de contratación se ha desacelerado, los puestos vacantes han disminuido, las solicitudes de subsidios por desempleo han aumentado y las encuestas a empresas y consumidores apuntan a que los trabajadores tienen más dificultades para conseguir nuevos empleos. 

No obstante, esos datos solo muestran grietas: en general, los mercados de trabajo siguen siendo sólidos. Las tasas globales de desempleo son muy reducidas en términos históricos y no se ha producido un incremento sustancial de los despidos. Prevemos que el ritmo de contratación se desacelere hasta que finalmente haya reducciones de plantillas, pero es probable que el mercado de trabajo tenga suficiente empuje como para que el consumo se mantenga hasta bien entrado el 2024 o incluso más allá. La principal conclusión es que un aterrizaje suave del mercado de trabajo se traducirá en un aterrizaje suave de la economía en general. 

En todo caso, el impulso del consumo en 2023 no es únicamente achacable al mercado de trabajo. El exceso de ahorro acumulado durante la pandemia también ha amortiguado el impacto del repunte de la inflación. El apoyo fiscal en Estados Unidos y Europa permitió que la mayoría de los hogares de los mercados desarrollados mantuvieran su nivel de vida incluso a pesar del aumento de los precios, sobre todo una vez que la inflación se enfrió a finales de año. Sin embargo, parece que ese exceso de ahorro se ha agotado (Gráfico), por lo que resultará más difícil lidiar con futuras crisis en 2024. Ese es otro motivo por el que prevemos una desaceleración del crecimiento en los próximos trimestres.

El impulso de los estímulos fiscales se está desvaneciendo
Total activos líquidos de EE. UU. y tendencia a largo plazo (billones de USD)
El impulso de los estímulos fiscales se está desvaneciendo

El análisis actual e histórico no garantiza resultados futuros.
Hasta el 29 de septiembre de 2023
Fuente: LSEG Datastream

No espere una economía mundial uniforme

El crecimiento no será uniforme en todo el mundo y prevemos que las diferencias entre las regiones se amplíen a lo largo del próximo año. 

El crecimiento económico de Europa ya parece haberse debilitado y cabe esperar cierta consolidación fiscal, otro elemento adverso de cara a 2024. Sin embargo, la inflación se está enfriando más rápido en Europa que en otras regiones desarrolladas, por lo que el Banco Central Europeo debería poder bajar los tipos antes que sus homólogos (Gráfico). Una respuesta rápida en materia de política monetaria a la desaceleración del crecimiento debería atenuar el daño a la economía, de forma que cualquier recesión resultaría bastante moderada. En comparación con Europa Continental, Reino Unido parece llevar un retraso de algunos meses en la senda de bajada de tipos. Aunque la consolidación fiscal y los efectos retardados de unos tipos elevados reducirán el crecimiento británico, creemos que a la desinflación todavía le queda un trecho antes de que el Banco de Inglaterra se plantee bajar los tipos.

La inflación se está enfriando más rápido en la zona euro
IPC subyacente mundial (variación porcentual interanual)
La inflación se está enfriando más rápido en la zona euro

El análisis actual e histórico no garantiza resultados futuros.
Hasta el 30 de noviembre de 2023
Fuente: Bloomberg

Las principales economías asiáticas están fuera de ciclo en comparación las occidentales. El retraso por parte de China de la reapertura gradual tras la pandemia dio paso a un crecimiento débil y una baja inflación, de manera que las autoridades probablemente seguirán intentando estabilizar el crecimiento con una política acomodaticia. En Japón, las secuelas de la pandemia indican que una tasa de inflación positiva podría finalmente ser sostenible tras dos décadas de persistente deflación. Esperamos que el Banco de Japón esté suficientemente cómodo con las perspectivas de inflación como para iniciar un giro hacia tipos de interés positivos en 2024. 

Los riesgos, tanto monetarios como fiscales, están aumentando

Aunque nuestro escenario principal es favorable, los riesgos se inclinan a la baja. Las fuertes y rápidas subidas de tipos en los países occidentales aumentan las posibilidades de que los mercados financieros o las economías se frenen en seco. Los elevados tipos de interés añaden presión a las empresas, que dependen de los préstamos o de los mercados de deuda corporativa para financiar sus operaciones. Conforme pase el tiempo, cada vez más empresas tendrán que refinanciar sus deudas a tipos de interés más elevados, y algunas de ellas tendrán problemas. Los hogares también se enfrentan a una deuda más cara, especialmente debido al incremento de los tipos de interés para las hipotecas y el crédito.

Las consecuencias indeseadas de la falta de disciplina fiscal suponen un peligro adicional. Estados Unidos parece ser especialmente vulnerable. Su abultadísimo déficit presupuestario durará hasta la próxima década, y en un año electoral no se prevén cambios importantes en los presupuestos (Gráfico). Si el exceso de oferta de deuda pública vuelve a disparar los tipos, las perspectivas económicas y del mercado podrían empeorar.

Se prevé que el abultado déficit fiscal estadounidense se mantenga hasta 2030... y más allá
Posición fiscal de EE. UU.: Déficit como porcentaje del PIB
Se prevé que el abultado déficit fiscal estadounidense se mantenga hasta 2030... y más allá

El análisis actual e histórico no garantiza resultados futuros.
Hasta el 31 de diciembre de 2030
Fuente: LSEG Datastream

No todos los riesgos para la economía mundial se inclinan a la baja. Hasta ahora, la inflación se ha enfriado sin perjudicar al mercado de trabajo o a la economía en general. De momento, la «desinflación inmaculada» —enfriamiento de la inflación sin disparar el desempleo— indica que el repunte de los precios a escala mundial podría deberse básicamente a la pandemia y no ser fruto de un desequilibrio económico subyacente. Si ese es el caso, puede que la inflación se reduzca sin alterar demasiado la economía. Ese desenlace sería la mejor de las situaciones, y es que el descenso de la inflación y un crecimiento sólido es la receta para un comportamiento muy sólido de los mercados. 

Comenzar 2024 desde una posición sólida

Aunque creemos que los riesgos económicos globales se inclinan más a la baja que al alza, no hay duda de que 2024 traerá consigo situaciones inesperadas. Nos ha sorprendido la gran resistencia de la economía en 2023 y hasta dónde esa resiliencia ha sido capaz de llevar los tipos. No podemos adivinar qué sorpresas nos deparará 2024, pero la economía mundial parte de una posición bastante sólida. Un aterrizaje suave sería un desenlace atípico si nos atenemos a la historia, pero se perfila como el escenario más probable. 

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.