Deuda Corporativa 2023: sólidos fundamentales y altas rentabilidades

31 enero 2023
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En este comienzo de 2023, la inflación persistente y las perspectivas de una ralentización económica global se ciernen sobre los mercados de crédito. Los bancos centrales de todo el mundo están intentando doblegar la inflación y el agresivo endurecimiento monetario se está dejando sentir en los mercados financieros globales y aún habrá más subidas de tipos.  

Afortunadamente para los inversores en bonos de grado inversión y high-yield, las medidas de crédito de muchos emisores son sólidas en relación con su historial tras la crisis financiera global, por lo que entrarán en una recesión desde una posición de fortaleza. Pero el entorno macro es cada vez más oscuro y los inversores tendrán que ser selectivos.  

Las rentabilidades y los diferenciales son elevados

Tras un prolongado periodo de subidas de tipos que empezó en marzo de 2022, las rentabilidades de los bonos y los diferenciales están en máximos de varios años. Para entender cuánto han subido las rentabilidades a lo largo de un año, consideremos que hace relativamente poco, en el tercer trimestre de 2021, casi la mitad de los bonos corporativos europeos de grado inversión ofrecían rentabilidades negativas. En estos momentos, las rentabilidades de los bonos corporativos estadounidenses de grado inversión están en sus niveles más altos desde la crisis financiera global, aunque teniendo en cuenta la cobertura de divisas, las rentabilidades de la deuda de grado inversión europea están aún más altas que las de la deuda equivalente de EEUU.

Estas rentabilidades más elevadas no solo suponen una importante ventaja de rendimiento de la renta fija corporativa sobre los dividendos de la renta variable, sino que también están amortiguando la bajada de los activos de riesgo.  Desde nuestro punto de vista, los amplios diferenciales de crédito también están contribuyendo a compensar a los inversores por el riesgo de recesión.  

Debido a la persistente inflación, nuestro equipo económico global espera que haya más subidas de tipos en 2023, aunque es probable que los bancos centrales reduzcan el ritmo del endurecimiento monetario ante la ralentización del crecimiento económico global. Hasta que este proceso se desarrolle y los inversores tengan más clara la dirección que van a tomar los tipos y los beneficios corporativos, creemos que los rendimientos —y la volatilidad de los mercados—seguirán siendo elevados.  

Los fundamentales de las compañías son sólidos

Afortunadamente, muchas compañías inician 2023 con una sólida base financiera. Los fundamentales corporativos en EEUU y Europa están rebotando apreciablemente desde la debilidad provocada por la pandemia, y los precios de las materias primas descienden. Según las medidas de rentabilidad, así como las principales medidas de crédito como el apalancamiento y la cobertura del servicio de la deuda, la mayor parte de los sectores parecen sólidos en relación con sus rangos tras la crisis financiera global (Gráfico). Esto contrasta con otras recesiones económicas en las que los fundamentales corporativos eran normalmente mucho más débiles.  

Las medidas de crédito de EEUU son sólidas
Medidas principales: Actual vs. Rango desde 2010
Based on four different metrics, corporates are generally in better shape than they have been since the global financial crisis.

Los datos históricos reflejan medianas, rango desde enero de 2010 hasta junio de 2022. El percentil 0 representa el mejor EBITDA  histórico, el percentil 100 el peor EBITDA histórico. EBITDA: beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización; FCF: Flujo de efectivo disponible 
Datos del 30 de junio de 2022
Fuente: Bloomberg, ICE Data Indices, Morgan Stanley Research y AllianceBernstein (AB)

Los sólidos fundamentales se deben en parte a la prudencia fiscal que fue necesario adoptar debido a la pandemia de COVID-19 y que empujó a muchas compañías a gestionar su balance de forma conservadora. También reflejan que las compañías de materias primas, normalmente procíclicas, se han beneficiado de la escasez de oferta y los elevados precios, empleando el flujo de caja procedente de ello en reducir la deuda a mínimos de después de la crisis financiera.  

Este tipo de administración responsable será especialmente importante si el crecimiento global se ralentiza en 2023, como esperamos que suceda. Las compañías con sólidos balances y con acceso a financiación estarán mejor posicionadas para enfrentarse a la reducción de la demanda y el endurecimiento de las condiciones de crédito que normalmente acompañan a un crecimiento económico más débil.  

Además, los emisores de bonos high-yield disfrutarán de cupones más bajos a lo largo del próximo año. Esto se debe a que no se aproxima un límite de vencimientos que obligue a las compañías a emitir deuda a tipos más altos. De hecho, solo el 20% del mercado vencerá para finales de 2025 y la mayor parte de los vencimientos se concentra entre 2026 y 2029. Aunque los rendimientos sigan siendo elevados durante los próximos cuatro años, los tipos de cupón no volverán a los niveles pre-COVID, de en torno al 6%, hasta principios de 2026.

La tensión crediticia podría elevarse, pero no es probable que aumenten los impagos

En EEUU, los impagos de deuda high-yield alcanzaron su máximo del 6,3% en octubre de 2020, lo que hizo que las compañías más débiles desaparecieran del universo de inversión. Además, un grupo de ángeles caídos (anteriormente bonos de grado inversión) elevaron el porcentaje de bonos BB del universo high-yield al 50%, mejorando la calidad general de los bonos high-yield.

De igual modo, el mercado high-yield europeo ha experimentado un aumento de BBs hasta el 63% del total. La ponderación de BBs en ambos mercados ha aumentado casi 10 puntos porcentuales desde la crisis financiera global. En consecuencia, los mercados de EEUU y de Europa en conjunto son más solventes y podrán soportar mejor el estrés del mercado que en recesiones anteriores. 

Es una buena noticia para los inversores, ya que tanto los bonos corporativos europeos como los de EEUU están descontando un aumento del estrés a lo largo del próximo año—pero no una escalada significativa en los impagos. Esto es coherente con nuestra expectativa de que, a lo largo de los próximos 12–18 meses, sólo se producirá un aumento moderado de las rebajas de calificación de deuda y de los impagos. En el caso de que el panorama macro se debilite de forma más sustancial de lo esperado, podríamos ver más estrés, pero debido al punto del que parten los balances corporativos y a las políticas financieras conservadoras, anticipamos que el impacto sobre los emisores corporativos en conjunto será menos severo.  

Los factores técnicos apoyan el crédito

Los factores técnicos parecen positivos para el crédito. El Banco Central Europeo (BCE) ha puesto fin a sus innumerables programas de compra de bonos, pero sigue invirtiendo los beneficios de las posiciones de grado inversión. Mientras tanto, la emisión de deuda de la eurozona ha descendido, lo que mantiene relativamente bien equilibradas la oferta y la demanda.  

En EEUU, los factores técnicos de la deuda high-yield entran en 2023 con mucho vigor. Como los inversores volvieron al mercado masivamente a finales del año pasado, los fondos de inversión high-yield registraron en noviembre los flujos mensuales de entrada más elevados desde julio de 2020. Esta demanda tan alta, que creemos que continuará en 2023, será buena para los precios. Esperamos que los bonos corporativos de grado inversión sean los próximos de la cola, ya que los elevados rendimientos atraerán a los inversores que se han quedado fuera.

Debido a los atractivos rendimientos, los sólidos fundamentales corporativos y los flujos de fondos potencialmente fuertes, creemos que el próximo año tiene un importante potencial para los inversores de bonos corporativos.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.