¿Podría el BCE anticiparse a la Fed?

11 marzo 2024
4 min read

Aunque los mercados esperan que tanto la Fed como el BCE bajen los tipos en verano, la evolución macro podría cambiar esa previsión.

Los mercados están impacientes por que comience el ciclo de rebajas de tipos a medida que la inflación sigue moderándose. La Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo (BCE) revisarán sus políticas monetarias en las reuniones que celebrarán en verano, y los inversores prevén que ambos comiencen a bajar los tipos a partir de esa fecha. Creemos que se trata de una hipótesis realista si nos atenemos a los datos económicos publicados. 

No obstante, existe otro factor que podría influir en el turno de bateo: el hecho de que cada banco central tenga un mandato propio que determine su respuesta de política monetaria a los cambios en la economía.

La economía estadounidense —sobre todo el mercado de trabajo— mantiene su solidez, y esto genera dudas en cuanto a si la inflación del país caerá con la rapidez esperada y si la Fed podría retrasar su primera bajada, quizás hasta pasado un tiempo. ¿Se quedaría quieto el BCE en esas circunstancias? 

La diversidad de mandatos genera motivaciones distintas

Mientras que el mandato de la Fed abarca tanto la inflación como los objetivos de desempleo, el BCE tiene como misión centrarse exclusivamente en la estabilidad de precios para que la inflación se mantenga cerca o por debajo del 2%. Por tanto, creemos que el BCE posiblemente bajaría los tipos en caso de que la Fed retrasara el inicio de su ciclo de recortes, siempre y cuando la inflación de la zona euro se mantenga en una senda bajista que la aproxime al objetivo marcado.

La toma de decisiones del BCE debería seguir tres principios. Básicamente, el Consejo de Gobierno debe evaluar lo siguiente: 1) la eficacia de la política monetaria para contener las presiones inflacionistas; 2) si los componentes subyacentes de la inflación están cayendo; 3) las perspectivas de inflación atendiendo a los datos disponibles. 

El banco ha enfatizado su determinación de seguir evaluando los nuevos datos que vayan publicándose y de estudiar los posible efectos de segunda ronda que provoquen sus decisiones. No obstante, si nos atenemos a los datos de que disponemos en estos momentos, creemos que el BCE tendría el camino despejado para ser el primero en bajar los tipos. 

La transmisión de la política monetaria sigue siendo eficaz, como demuestra el endurecimiento de las condiciones crediticias y el menor crecimiento del crédito. La inflación general registró un fuerte descenso en 2023 y sigue cayendo más rápido de lo previsto. Además, aunque la inflación subyacente —concretamente la de servicios— sigue siendo algo más persistente, poco a poco va siguiendo una senda bajista similar a pesar de las presiones salariales. 

Por otro lado, la previsión y las proyecciones del BCE en marzo reflejaban nuevos descensos de los precios, de manera que la inflación general se situaría en el 2% en 2025 y en el 1,9% en 2026.  Básicamente, la inflación ya está en su objetivo a medio plazo y es previsible que en verano haya nuevas revisiones a la baja. 

En el lado «hawkish», algunos miembros del Consejo de Gobierno del BCE siguen preocupados por los incrementos salariales. No obstante, creemos que los datos aplacarán ese temor, dado que el crecimiento de los salarios se redujo ligeramente en el cuarto trimestre de 2023 y se prevé que siga desacelerándose en 2024 (Gráfico).

Por tanto, creemos que en los próximos meses se cumplirán todas las condiciones macroeconómicas necesarias para que el BCE comience a rebajar los tipos en verano. 

La inflación de la zona euro muestra señales de descenso
Las condiciones crediticias se han endurecido y la inflación subyacente de los servicios cae
La inflación de la zona euro muestra señales de descenso

El análisis actual e histórico no garantiza resultados futuros.
A 31 de diciembre de 2023 (salarios negociados), 31 de enero de 2024 (datos de crédito y momentum) y 29 de febrero de 2024 (inflación de los servicios)
Fuente: BCE, Haver y AllianceBernstein (AB)

El momento y el crecimiento también son factores importantes

Si bien la decisión del BCE dependerá principalmente de los datos de inflación, el Consejo de Gobierno seguirá estudiando detenidamente el momento y el impacto de sus decisiones en el crecimiento económico de la zona euro.

El BCE podría posponer su decisión, pero creemos que solo hasta que el Consejo de Gobierno se reúna en julio, y basándose únicamente en consideraciones de carácter doméstico. Los portavoces de la autoridad monetaria (tanto hawkish como dovish) han señalado verano como posible punto de partida. Además, en la rueda de prensa posterior a la reunión de marzo, la presidenta del BCE Christine Lagarde señaló que el Consejo de Gobierno ya ha comenzado a debatir el regreso a su postura restrictiva. Un nuevo retraso sería recibido con un fuerte rechazo por parte de los miembros dovish y podría dañar a una economía de la zona euro ya maltrecha, con la posibilidad de que la inflación cayera muy por debajo del 2% a medio plazo.

Por tanto, aunque sostener el crecimiento económico no es un objetivo formal del BCE, sería un error que el Consejo de Gobierno mantuviera los tipos en niveles innecesariamente altos, ya que ello supondría un perjuicio para la economía y ampliaría la brecha de rendimiento con Estados Unidos. En términos de crecimiento real, EE. UU. ha sobrepasado visiblemente la tendencia que mantenía antes de la pandemia, mientras que la zona euro apenas se ha recuperado. Los principales factores son los diferentes patrones de demanda interna en ambas regiones, donde la brecha se ha ampliado enormemente desde el inicio de la pandemia (Gráfico). Esa misma tendencia se constata para el consumo y la inversión. 

La evolución del crecimiento favorece recortes más tempranos del BCE
La zona euro se sitúa a la zaga de EE. UU.
La evolución del crecimiento favorece  recortes más tempranos del BCE

Los análisis históricos y actuales no garantizan los resultados futuros.
A 31 de diciembre de 2024
Fuente: BEA, Eurostat y AB

La Fed puede darse un tiempo para valorar los datos de inflación en un contexto de solidez de la economía nacional, pero el BCE sufre más presiones. Se prevé que el crecimiento de la zona euro remonte en el segundo semestre de 2024, pero seguirá siendo débil. Además, Alemania, la mayor economía de la región, afronta problemas estructurales que tardarán un tiempo en resolverse. Teniendo en cuenta estas dificultades internas, creemos que la situación y las perspectivas de la zona euro exigen que el BCE comience a bajar los tipos más pronto que tarde.

Consecuencias para los inversores

Evidentemente, puede que no se cumpla el escenario de un BCE que se adelante con la bajada de tipos, peri si se materializa, los inversores deberán estar preparados.

Si el BCE lidera el ciclo de bajadas de tipos, los inversores no solo verán una bajada de tipos mayor de lo que prevé el mercado, sino también un posible descenso más acusado del euro. Esto tiene consecuencias para el posicionamiento en la curva de tipos y en el mercado de divisas.

Las bajadas de tipos del BCE provocarían un descenso de los yields de los bonos denominados en euros, lo que haría que los precios se dispararan. En este escenario, los inversores deberían beneficiase de mantener bonos en euros con la mayor sensibilidad a los tipos de interés (la duración más larga). En última instancia, unos tipos más bajos también impulsarían el consumo y la inversión, lo que brindaría un estímulo al crecimiento y beneficiaría a los emisores corporativos.

Aunque es probable que suban los precios de los bonos denominados en euros, los inversores deben vigilar que las pérdidas cambiarias derivadas de una depreciación del euro no anulen las ganancias que obtengan de esos precios más elevados. Por ejemplo, los inversores estadounidenses deberían estudiar la conveniencia de cubrir en dólares su exposición a bonos denominados en euros.

Como siempre, es mejor estar prevenidos y preparados.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.