No pierda los nervios: Cuatro maneras de reducir el riesgo de renta variable

19 julio 2022
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Los inversores en renta variable están preocupados por el futuro tras los marcados declives del mercado durante el primer semestre de 2022. Estas cuatro directrices pueden ayudar a los inversores a elaborar una estrategia defensiva para tiempos volátiles y aumentar la confianza para permanecer en la renta variable en este incierto periodo que nos espera.

1. Desarrolle una defensa dinámica

Todas las crisis son diferentes, por lo que la estrategia defensiva debe cambiar en consonancia. ¿Qué es distinto esta vez? El mundo está experimentando una corrección en dos vertientes. Una es la reevaluación de los valores que se han encarecido mucho, especialmente entre las compañías de hipercrecimiento. Esto recuerda al año 2000, cuando estalló la burbuja de las puntocom, desinflando los precios excesivos de las compañías que tenían pocos o ningún beneficio. Este es un proceso saludable. El segundo riesgo, más complicado, está vinculado a la sensibilidad económica. A medida que las compañías se ajustan a la inflación, a los tipos de interés al alza y a una probable recesión económica, los inversores están teniendo dificultades para computar los beneficios futuros y la repercusión sobre los precios de los valores.

Ambos riesgos son distintos de la crisis de COVID-19 a principios de 2020, del breve aumento de tipos de interés de 2018 y de los desafíos creados por la guerra comercial EEUU-China.

A la hora de diseñar una estrategia defensiva, es posible que las viejas recetas hayan quedado obsoletas. Consideremos los comportamientos, sensibilidades y nuevas fuerzas de cambio del mercado actual que podrían redefinir la esencia de la seguridad.

2. Ampliar la red para encontrar compañías estables

Es posible que las ideas preconcebidas sobre cómo proporcionar estabilidad sean restrictivas. Las compañías como eléctricas, de productos básicos de consumo y asistencia sanitaria normalmente han proporcionado estabilidad en mercados volátiles. Y es cierto que estos sectores se han comportado relativamente bien hasta ahora durante el descenso del mercado de este año y deberían formar parte de cualquier cartera defensiva.

Pero ampliar las fuentes de estabilidad puede ayudar a diversificar el riesgo y el potencial de rentabilidad. Buscar compañías de alta calidad con menos sensibilidad de mercado o económica. Estas compañías pueden a menudo encontrarse en modelos de negocio que proporcionan flujos de caja estables, incluso cuando muchas empresas están siendo presionadas por las condiciones macroeconómicas. Algunas son compañías posicionadas para beneficiarse de cambios seculares a largo plazo en sus sectores. Los beneficios de costes probados y otras ventajas competitivas son otra fuente de estabilidad. Los activos intangibles, desde el R&D al capital humano o a las marcas, también ayudan a sostener los beneficios en momentos de agitación. Hemos encontrado compañías como estas en sectores desde industriales a tecnología, que no son normalmente lugares a los que los inversores acudan en busca de seguridad.

Los capacitadores de energía son un buen ejemplo. Son las compañías de servicios del mundo de la tecnología porque ayudan a conseguir que nuestra infraestructura de red y procesos de negocios operen sin problemas. Al igual que las compañías de servicios tradicionales de energía y agua, se han convertido en componentes esenciales de una economía que funciona, por eso sus productos y servicios probablemente van a seguir teniendo demanda, incluso en un entorno económico más complicado. Las características de negocio resilientes como estas a menudo se traducen en que los precios de las acciones pueden soportar el estrés del mercado.

3. Alejarse de fuerzas impredecibles

Es sencillamente imposible pronosticar con certeza el riesgo geopolítico y los desarrollos macroeconómico. Por eso, no es prudente hacer una apuesta direccional sobre ellos como parte de una estrategia defensiva de inversión en renta variable.

Por ejemplo, algunos inversores podrían considerar la posibilidad de construir una estrategia sobre la dirección de los tipos de interés, que afecta a los precios de los valores. Está claro que los tipos de interés están subiendo en EEUU, Europa y otras de las principales economías. Pero nadie puede decir con qué rapidez aumentarán, cuándo se estabilizarán o en qué punto volverán a caer.

Los valores energéticos son otro ejemplo concreto. Podría resultar tentador acumular acciones de productores de petróleo y gas, el único sector que ha generado ganancias en el primer semestre de 2022. Pero los valores energéticos están impulsados principalmente por los precios del petróleo y el gas, que son extremadamente erráticos porque están determinados por los acontecimientos y las decisiones geopolíticas. La dirección de los precios—y los valores— de la energía puede cambiar drásticamente de la noche a la mañana.

La guerra de Ucrania, los resultados de las elecciones y las medidas regulatorias son otros ejemplos de riesgos que no pueden preverse. Evidentemente, estos acontecimientos tienen una gran repercusión sobre las compañías y los mercados. Por eso, cuando se analiza un valor, los inversores deberían valorar hasta qué punto el negocio está expuesto a un riesgo no predecible —y alejarse de las cosas que no pueden controlarse.

4. No pierda los nervios

Cuando los mercados están cayendo y atraviesan turbulencias, es fácil perder los nervios. Hasta la estrategia mejor planificada puede resultar endeble cuando las pérdidas se acumulan.

Pero vender posiciones de renta variable en un mercado en descenso significa cerrar pérdidas y perder potencial de recuperación. Y puesto que es casi imposible programar los puntos de inflexión del mercado, los inversores que venden se arriesgan a perder los mejores días de rebote, lo que puede perjudicar mucho las rentabilidades a largo plazo.

Las estrategias de renta variable de volatilidad más baja pueden ayudar a reducir riesgo y hacer que sea más fácil permanecer en la renta variable. Pero hay que tener parámetros claros y procesos para encontrar compañías que puedan aguantar entornos difíciles, además de una mente abierta que sea flexible a las condiciones cambiantes que mueven los mercados. Atenerse a una filosofía de inversión disciplinada puede ampliar la zona de comfort de un inversor y ayudarle a mantener la exposición a renta variable durante una crisis para beneficiarse de una futura recuperación.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.