Creemos que, en general, se debería observar a los grandes bancos estadounidenses y europeos nacionales desde un prisma diferente. Estas entidades suelen tener mayor tamaño y están mejor diversificadas. Cuentan con fuentes de financiación más estables y aplican una gestión del riesgo más disciplinada, incluyendo la supervisión y cobertura de los riesgos de tipos de interés. También suelen beneficiarse de una «huida hacia la calidad» en épocas de tensión. Los bancos europeos están sujetos a una reglamentación más rigurosa que las entidades estadounidenses con menos de 250.000 millones de USD en activos. Además, las entidades europeas pueden contar con financiación más estable, con menos competencia por los depósitos proveniente de los fondos del mercado monetario, y tienen una exposición a los tipos de interés en sus mercados de renta fija nacionales muy inferior a la de los bancos estadounidenses. Como grupo, los bancos europeos se han comportado mejor que las grandes entidades bancarias estadounidenses durante el período de crisis.
CS ha sido un caso excepcional. Tras sufrir pérdidas durante años en su negocio de banca de inversión y fuertes salidas de depósitos a finales de 2022, el equipo directivo de CS puso en marcha un ambicioso plan de reestructuración que reflejaba una clara falta de urgencia. Esta circunstancia hizo que el banco acusara la pérdida de confianza de los clientes y los inversores durante el pánico generado por los bancos regionales estadounidenses. La fusión de CS con UBS a modo de rescate se negoció con las autoridades suizas durante el fin de semana del 18 y 19 de marzo. La operación supuso que los accionistas de CS asumieran la pérdida de prácticamente la totalidad del valor anterior de las acciones y que los titulares de bonos AT1 CS perdieran toda su inversión. Esta resolución altamente controvertida probablemente desembocará en pleitos y genera mayor desconfianza hacia los bonos AT1, especialmente en Suiza.
Los bancos centrales del Reino Unido, la UE y Asia se han distanciado del planteamiento adoptado por Suiza. De hecho, han reiterado que los bonos AT1 seguirán teniendo un orden de prelación superior al de la renta variable en la estructura de capital y han reafirmado que los accionistas deben ser los primeros que asuman pérdidas cuando esté en juego la viabilidad de un banco. Con el tiempo, estas garantías deberían favorecer a un mercado capaz de ofrecer un valor atractivo.
Los cambios futuros suponen una mayor protección para los bonistas
Dado que los cambios en la reglamentación tardarán un tiempo en ejecutarse, la crisis ha obligado a las autoridades a centrarse en la gestión de la liquidez, ya que la escasez de efectivo ha sido un factor clave en el reciente episodio de pánico.
Al igual que ocurrió tras la crisis financiera mundial de 2008, cuando los reguladores obligaron a los bancos a incrementar sustancialmente sus reservas de capital, prevemos que las quiebras bancarias de 2023 den paso a una revisión de las normativas que establezca requisitos más rigurosos de liquidez mínima, especialmente para los bancos estadounidenses más pequeños. También prevemos un debate continuado sobre el posible riesgo moral de extender la cobertura de la garantía de depósitos y la necesidad de que los bancos presenten información de mayor calidad y de forma más oportuna.
Una reglamentación bancaria más rigurosa podría contribuir a una reducción del crecimiento de los préstamos, con el consiguiente perjuicio para la rentabilidad de las entidades. Aunque esto resultaría dañino para los accionistas, prevemos que dotaría a los bonistas de mayor seguridad y confianza.
A corto plazo, la Fed, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo han seguido subiendo los tipos, lo que demuestra su confianza en el sistema bancario y su previsión de que la crisis resultará en un endurecimiento de las condiciones financieras que contribuirá a desacelerar la economía. Si los bancos comerciales adoptan políticas de préstamos más conservadoras, el crecimiento del crédito podría verse ralentizado y la seguridad para los bonistas aumentaría.
Los fundamentales de la gran banca son sólidos
La crisis también ha dejado al descubierto la exposición relativamente elevada de algunos bancos regionales estadounidenses a activos inmobiliarios comerciales de mayor riesgo y préstamos apalancados para inversiones privadas, lo que podría comprometer sus posiciones de capital.
Sin embargo, la gran banca estadounidense y europea sigue manteniendo reservas de capital muy sólidas en respuesta a una reglamentación más rigurosa. Las ratios de capital de nivel 1 ordinario (CET1) siguen siendo elevadas, especialmente en Europa (Gráfico), lo que aporta protección a los titulares de sus bonos AT1.