Seis indicadores para la sostenibilidad de los emisores soberanos ME

10 noviembre 2023
3 min read

Bastan seis indicadores para evaluar correctamente la sostenibilidad de los emisores soberanos y ofrecer orientación a emisores e inversores.

Desde la perspectiva de la sostenibilidad, invertir en deuda soberana de mercados emergentes (ME) puede parecer complicado. Muchos inversores no conocen suficientemente los distintos países de los mercados emergentes y caen presas de juicios subjetivos a la hora de realizar comparaciones. El mercado suele reaccionar excesivamente a las noticias tanto buenas como malas, o como muchas veces ocurre, de los dos signos simultáneamente. Por otro lado, los conjuntos de datos complejos «atascan» los análisis y enturbian la visión. 

Por eso hemos trazado una nueva senda que arroja luz sobre la inversión en deuda soberana de mercados emergentes (ME). Consiste en un pequeño conjunto de indicadores concretos que ayudan a detectar el valor potencial y sirven de orientación en materia de sostenibilidad tanto a emisores como a inversores.

Evaluar la sostenibilidad con indicadores de precisión

Para resolver los problemas de subjetividad, reactividad y opacidad, hemos definido seis indicadores que pueden determinar si un emisor soberano es apto o no para un universo de inversión en deuda soberana sostenible.

Partimos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), que son nuestra base para identificar inversiones sostenibles. Tomados en su conjunto, esos 17 ODS engloban 169 metas concretas. A partir de ellas, seleccionamos seis que representen en un sentido amplio los temas de inversión correspondientes a clima, salud y empoderamiento. Creemos que esas seis metas reflejan el espíritu de la lista completa. Abarcan los temas de transición hacia el consumo energético con bajas emisiones, biodiversidad, hambre, mortalidad infantil, igualdad de oportunidades de empleo y fortaleza institucional (Gráfico). 

Para que la deuda soberana se considere apta es necesario que se ajuste a seis metas de los ODS de la ONU
Para que la deuda soberana se considere apta es necesario que se ajuste a seis metas de los ODS de la ONU

A 31 de octubre de 2023
Fuente: Naciones Unidas y AllianceBernstein (AB)

Para cada una de estas metas indicamos un indicador específico. Por ejemplo, para considerar que se ajustan a la meta 3.2 del ODS 3 de la ONU (una de las dos metas en materia de salud), los países deben reducir la mortalidad neonatal por debajo de las 12 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, un umbral establecido por la ONU. Casi la mitad de todos los países supera esta condición.

Aplicar el marco para ajustar el universo de inversión

El resultado es un marco analítico sólido basado en metas específicas de los ODS de la ONU. Un país que supere los seis indicadores se consideraría apto para la inversión sostenible en ME. Los países que no superen tres o más indicadores no podrían incluirse en un universo de inversión sostenible. 

En nuestro análisis, aquellos países que no alcancen por poco los indicadores requeridos, es decir, que incumplan uno o dos de los seis indicadores, merecen un examen más detenido. Si creemos que podemos emprender actuaciones de implicación* con el país en cuestión a fin de mejorar en esa quinta o sexta categoría, podría considerarse apto para su inclusión en el universo de inversión.

¿Qué rigor tiene esta metodología? Solo alrededor de la mitad de los países supera cualquiera de los indicadores. Menos del 20% de los países, a escala mundial, incluidos los mercados desarrollados, superan los seis indicadores. 

Además, gracias a la materialidad de los indicadores establecidos a largo plazo, creemos que los países que superen este marco pueden ofrecer mejores resultados en riesgo y rentabilidad a lo largo del tiempo que aquellos que no lo superen. 

Poner en práctica el pacto

Tres países —Chile, Brasil y Filipinas— ilustran el rigor de este marco.

Chile da en el blanco al superar los seis indicadores.

El desarrollo sostenible del país está a la altura del de muchos países desarrollados. Por ejemplo, entre 2010 y 2019, Chile incrementó del 1% al 14% el porcentaje de energía solar del total de producción energética. Desde 2000 ha incrementado su superficie arbolada cerca de un 15%. Asimismo, ha cumplido recientemente los objetivos de la ONU relativos a reducir las muertes infantiles prevenibles. También cuenta con una elevada tasa de participación femenina en la fuerza laboral. 

Brasil incumple un indicador crucial: el relativo a la deforestación. Desde 2000, la superficie forestal del país se ha reducido un 10%, debido principalmente a la destrucción de la selva del Amazonas. (Desde 1970 ha desaparecido casi el 20% de la superficie forestal del Amazonas). En nuestro marco, esta circunstancia transluce la necesidad de que los inversores y los gestores de activos, como nosotros, entablen un diálogo activo con Brasil para realizar las mejoras necesarias en este ámbito.

Al fin y al cabo, Brasil es líder mundial en muchos otros indicadores de sostenibilidad: incremento de la producción de energía solar y eólica de casi un 0% al 10% de la electricidad total, cumplimiento del umbral de la ONU relativo a la mortalidad infantil prevenible y una tasa bastante elevada de participación femenina en la fuerza laboral.

Por el contrario, Filipinas incumple tres indicadores y, por tanto, todavía no es un país apto para ser incluido en nuestro universo sostenible, a pesar de que cuenta con una economía dinámica y su deuda tiene calificación de grado de inversión. Entre 2010 y 2019, el país solo ha conseguido que la energía solar y eólica represente un 2% de la electricidad total. Aunque Filipinas ha trabajado para reducir las muertes infantiles prevenibles, al ritmo actual el país no cumplirá los objetivos de la ONU en 2030. Además, la tasa de participación femenina en la fuerza laboral está por debajo del umbral. 

Las ventajas de un marco de sostenibilidad

Este marco no solo es sólido, sino que, a diferencia de numerosos enfoques para definir el universo de inversión sostenible, resulta sencillo, transparente y objetivo, ya que se basa en datos obtenidos de fuentes neutrales, como el Banco Mundial. 

Además, nuestro enfoque permite que el universo de inversión crezca a medida que aumente el número de países que superan un mayor número de indicadores, ya que emplea umbrales absolutos en lugar de relativos. Por otro lado, cinco de los seis indicadores tienen carácter prospectivo, y eso nos permite evaluar no solo la situación actual de país (indicador estático), sino también hacia dónde se dirige (indicador dinámico). Este enfoque prevé, además, actuaciones de implicación específicas y eficaces sobre cuestiones importantes y pertinentes, ayudando así a los emisores a dar los últimos pasos que les separan de ser completamente aptos. 

Por último, nuestro marco para la inversión en deuda soberana sostenible se ajusta a los objetivos e intenciones de los inversores. Cuando se trata de mejorar las prácticas sostenibles en todo el mundo, creemos que nuestro marco destaca tanto en eficacia como en credibilidad.

*AB lleva a cabo actuaciones de implicación con las empresas cuando considera que ello redunda en el interés de sus clientes. 

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.