Catástrofes naturales: evaluar el riesgo de inversión

01 diciembre 2023
4 min read

Los inversores deben conocer los posibles daños físicos de los peligros naturales para poder determinar sus consecuencias financieras.

Desde huracanes hasta terremotos o sequías, las catástrofes naturales se han vuelto más numerosas, extremas y costosas. Para determinar los posibles costes financieros de estos eventos, los inversores deben comprender mejor los riesgos físicos a nivel local. Ese es precisamente el objetivo de la colaboración entre AB y la Columbia Climate School.

Comprender los riesgos físicos de los peligros naturales

En 2016, el National Center for Disaster Preparedness de la Columbia Climate School creó un índice de riesgos naturales (Natural Hazards Index) que ofrece un análisis exhaustivo de la exposición a desastres naturales de todos los estados y condados de EE. UU. Su objetivo era ayudar a los hogares, las comunidades y los profesionales de la gestión de emergencias a prepararse frente a las catástrofes naturales. 

AB trabajó posteriormente con Columbia en la creación de una versión 2.0 actualizada, que se lanzó a comienzos de 2023. Esta nueva versión es capaz de generar un mapa interactivo detallado de la exposición a los peligros naturales de todo el territorio estadounidense (Imagen). El índice ofrece un desglose de las 73.057 secciones censales que componen los 3.143 condados de Estados Unidos.  

Conozca sus riesgos: exposición a peligros naturales de todo el territorio estadounidense
Natural Hazards Index
Conozca sus riesgos: exposición a peligros naturales de todo el territorio estadounidense

El análisis actual e histórico no garantiza resultados futuros.
El Natural Hazards Index ofrece una vista sumativa; varios peligros en un lugar determinado pueden dar lugar a puntuaciones superiores a las de cualquier puntuación de peligro individual. En el mapa se muestran las puntuaciones de riesgo para cada condado.
Datos a 30 de septiembre de 2023
Fuente: Center for Disaster Preparedness de la Columbia Climate School 

El Natural Hazards Index recoge la frecuencia y la magnitud de 14 peligros naturales diferentes, entre los que figuran inundaciones costeras, vientos destructivos, granizo, huracanes, sequías, terremotos, calor extremo, inundaciones, corrimiento de tierras, tornados, tsunamis, volcanes, incendios forestales y tormentas invernales. 

El índice utiliza una amplia variedad de datos de cuatro categorías distintas: datos históricos basados en eventos pasados; datos probabilísticos o predictivos que proporcionan una probabilidad porcentual de un resultado; datos determinísticos que apuntan a un resultado previsto en presencia de una serie de condiciones, y un conjunto de datos modelizados que utiliza diversas variables explicativas para una selección de resultados aproximados. Estos datos se actualizan constantemente.

El resultado es un índice sumativo no clasificado con puntuaciones de peligros individuales que van de uno (muy bajo) a cinco (muy alto); en el caso de que existan varios peligros, las puntuaciones sumativas pueden llegar hasta 42. El índice ha contribuido enormemente a entender los cambiantes riesgos físicos para las personas y los bienes materiales, y ha supuesto una gran ayuda para la labor de los equipos de primera intervención.

Sin embargo, el Natural Hazard Index no es un índice de riesgos; es decir, no está diseñado para ofrecer una estimación de los daños o pérdidas, o de los posibles efectos para la población. Lo que sí ofrece es una base sólida para ese siguiente paso.

Tres factores contribuyen a que un peligro se convierta en una catástrofe

Para cada peligro, los inversores deben tener en cuenta tres factores principales que pueden reducir o, en su caso, multiplicar el daño, y convertir un peligro en una catástrofe. 

El primero es la exposición: ¿cómo de cerca está el lugar del peligro? ¿Se encuentra en una llanura aluvial? ¿Está rodeado de bosques que podrían incendiarse como consecuencia de unos veranos más largos y secos? ¿Está en una zona propensa a sufrir huracanes? El segundo factor es la vulnerabilidad. Puede que un peligro esté próximo, pero tomar precauciones mitigaría sus efectos. Por ejemplo, utilizar materiales de construcción resistentes al viento puede reducir los daños provocados por las tormentas. El último factor es la capacidad de hacer frente al peligro. ¿Se puede evacuar a los residentes en caso de catástrofe? ¿Disponen de acceso a algún vehículo y tienen algún lugar a dónde ir? 

En última instancia, el riesgo de peligro natural viene determinado por la intersección de dicho peligro y los factores de riesgo: exposición, vulnerabilidad y capacidad.

Conocer las consecuencias financieras de los peligros físicos 

A fin de crear un indicador para esos tres factores de riesgo, revisamos datos de costes financieros correspondientes a 30 años de fuentes como la National Oceanic and Atmospheric Administration, la US Geological Survey, la Universidad de Oregón y otras instituciones que han recopilado datos sobre los costes relativos a la limpieza posterior y la mitigación de riesgos importantes.

Con este volumen ingente de datos como punto de partida, creamos una herramienta de riesgo cuantitativo —el indicador Physical Hazard Investment Risk (PHIR) —, que puntúa el riesgo de inversión total derivado de los peligros naturales para las secciones censales y los condados estadounidenses, de cero (más bajo) a 10 (más alto), y se visualiza en un mapa (Imagen) que destaca áreas que presentan la mayor exposición a riesgos con importantes repercusiones financieras.

Evaluación del impacto financiero: costes potenciales
Puntuaciones de AB Potential Hazard Investment Risk
Evaluación del impacto financiero: costes potenciales

El análisis actual e histórico no garantiza resultados futuros.
Se muestran las puntuaciones de riesgo de inversión para cada condado.
Datos a 30 de septiembre de 2023
Fuente: Center for Disaster Preparedness de la Columbia Climate School y AB

Aplicación práctica del indicador Physical Hazard Investment Risk 

Hay varios peligros que se caracterizan por provocar más costes que el resto: huracanes, fuertes tormentas, sequías e inundaciones. Cuando una zona está expuesta a más de uno de ellos y presenta una elevada vulnerabilidad y una baja capacidad, los efectos pueden ser enormes. Por ejemplo, la costa del Golfo de Estados Unidos se enfrenta a un cúmulo de peligros naturales con los efectos más devastadores —huracanes, inundaciones e inundaciones costeras (agravadas por la subida del nivel del mar)—, pero su capacidad para mitigarlos es limitada. 

Por el contrario, el Medio Oeste tiene puntuaciones bajas en el PHIR, aunque hay muchas excepciones. Dado que la herramienta PHIR permite un desglose de las secciones censales, es capaz de encontrar focos de riesgo que podrían resultar indetectables con otros análisis.

Las puntuaciones del PHIR son especialmente importantes para los inversores en valores respaldados por hipotecas residenciales y bonos municipales de Estados Unidos. Las viviendas, los centros educativos, los hospitales, las centrales eléctricas y los aeropuertos están ligados al lugar donde se encuentran y, por tanto, están expuestos a los peligros naturales propios de su ubicación. La herramienta puede ayudar a detectar títulos expuestos a peligros naturales que podrían no estar debidamente valorados por el mercado pero que deberían tenerse en cuenta en las valoraciones de los bonos. 

En un mundo en el que el clima cambia con gran rapidez y donde los peligros naturales revisten cada vez más importancia, tanto el Natural Hazards Index como el indicador PHIR, basado en dicho índice, pueden ser herramientas sumamente útiles para los inversores, ya que permiten comprender mejor esos riesgos materiales. 

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.