Huella positiva de carbono en renta fija: la energía positiva de las soluciones climáticas

14 diciembre 2022
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Dado que la preocupación por el calentamiento global se aproxima a un punto crítico, los inversores en bonos corporativos esperan que los emisores formen parte de la solución. En el epicentro de la crisis climática se encuentran los gases de efecto invernadero (GEI) que todas las industrias emiten de una manera u otra. Muchas empresas se esfuerzan por reducir sus emisiones o su huella de carbono. Sin embargo, una huella positiva de carbono mide el impacto positivo, o las emisiones de carbono que se han evitado, gracias al uso de productos o servicios de una empresa.

La huella positiva de carbono mide la contribución positiva al cambio climático

Según un estudio publicado durante la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), el planeta dispone de nueve años para mejorar la evolución de las emisiones de carbono y evitar la catástrofe. Los expertos en calentamiento global de la COP27 afirmaron que para alcanzar los objetivos a largo plazo del cero neto* no basta con reducir las emisiones de carbono. Se requieren urgentemente más enfoques novedosos, especialmente en materia de prevención.

Para entender cómo funcionan la prevención y las formas de evitar las emisiones de carbono en las industrias, los inversores deben examinar la huella positiva de carbono. La huella de carbono mide los GEI producidos por las actividades de una empresa a través de sus operaciones y de terceros.† Por el contrario, la huella positiva de carbono mide las emisiones evitadas por otras empresas que compran y utilizan productos y servicios que ofrecen soluciones para problemas climáticos globales.

Desde la energía no contaminante hasta el reciclaje y desde el transporte hasta la eficiencia energética, diversas empresas con una gran huella positiva de carbono realizan importantes contribuciones para resolver la crisis climática mundial. Un estudio completo realizado por nuestros colegas de renta variable demuestra cómo las empresas con una huella positiva de carbono superior a su huella de carbono —las emisiones generadas por la fabricación de sus productos— ofrecen soluciones de peso para los problemas climáticos globales.

La huella positiva de carbono añade una nueva dimensión a la inversión en renta fija sensible al clima. Es otra referencia de la contribución positiva de un emisor a la mejora del medio ambiente. También refuerza el marco sobre los estándares que emplean los gestores para puntuar determinadas emisiones consideradas ESG, especialmente bonos verdes. Y con una imagen más precisa del potencial de un bono verde, los gestores pueden sopesar la valía de su «prima verde», esto es el rendimiento negativo entre las emisiones verdes y convencionales de una empresa.

Todos los activos se pueden valorar aplicando las huellas positivas de carbono

Si bien la huella positiva de carbono sigue sin valorarse lo suficiente, a nuestro juicio ofrece una información valiosa sobre las emisiones de GEI de una empresa en el espectro de la renta fija. Hay distintas formas de cuantificar la huella positiva de carbono para los diferentes tipos de soluciones climáticas. Sin embargo, el principio común en el que se basa nuestro análisis es la cantidad de carbono que se evita. Este parámetro permite identificar y evaluar la huella positiva de carbono. Por ejemplo, las empresas de energías no contaminantes se juzgarán por la cantidad de energía que generan con una huella de carbono cero, mientras que las empresas orientadas a la eficiencia de recursos se clasifican por su capacidad para promover el ahorro de energía de otras empresas y entidades.

Las huellas positivas de carbono se pueden producir por la construcción de una nueva fábrica con una certificación verde o por la simple instalación de un sistema de iluminación de bajo consumo, entre otras muchas cosas. AB considera que la energía solar y eólica, el aislamiento térmico y los vehículos eléctricos (VE) serán los que más contribuirán a la evitación de GEI para 2030 —es decir, que tendrán las huellas positivas de carbono más importantes—.

La huella positiva de carbono se expresa en toneladas métricas de CO2 evitadas, por lo que revela si un emisor produce más carbono del que previene. Por ejemplo, si por cada tonelada métrica de CO2 que un fabricante de aislamientos térmicos emite durante la producción se evita la emisión de 200 toneladas métricas de carbono, esto supone una ratio de huella positiva de carbono de 200:1. Las ratios pueden variar en gran medida, sobre todo entre los distintos tipos de empresas, pero también dentro de cada sector. Por consiguiente, las pequeñas diferencias relativas de una empresa por lo que respecta a la ratio huella positiva de carbono pueden reflejar una importante contribución a las formas de evitar el carbono en su industria.

Las huellas positivas se pueden valorar en términos económicos

Nuestro análisis también revela que el coste de reducir o evitar emisiones de carbono varía en gran medida entre los distintos productos e industrias. Por ejemplo, en la fabricación de aviones comerciales, la fibra de carbono es, con diferencia, el material utilizado más barato, principalmente porque resulta muy sólido y ligero, lo que permite ahorrar energía. Por otra parte, los biocombustibles y el almacenamiento en frío son actualmente canales mucho menos económicos para aumentar las huellas positivas de carbono. Sin embargo, con las futuras innovaciones que probablemente presenciaremos, creemos que sus costes caerán en la próxima década, al igual que los costes de la adopción de los vehículos eléctricos y los materiales de construcción verdes, que en estos momentos son elevados pero es posible que desciendan.

Los costes de la reducción de carbono tienen amplias implicaciones para el análisis de la renta fija y no solamente en sectores intensivos en carbono. Es posible que empresas de todas las industrias quieran mejorar sus huellas positivas de carbono, pero los costes de implementación son importantes. Las empresas suelen utilizar soluciones económicas para impulsar su huella positiva de carbono, como las luces LED, el aislamiento térmico y la fibra de carbono. A nuestro juicio, el análisis de costes de AB ayuda a identificar las empresas bien posicionadas para beneficiarse de la demanda.

Cuando se comparan bonos, la huella positiva de carbono completa el análisis

En tanto que herramienta comparativa, la huella positiva de carbono puede ampliar la perspectiva del inversor en bonos sensible al clima cuando busca oportunidades, sobre todo en el caso de los bonos verdes, que exigen una divulgación de información notablemente más detallada que le ayuda a comparar las huellas positivas y huellas de carbono de forma más precisa. Por ejemplo, Brookfield Renewable Partners y Star Energy son dos emisores relativamente similares, con marcos de bonos verdes altamente fiables y activos respetuosos con el medio ambiente. Ambos son proveedores de electricidad procedente de fuentes renovables y apuestan por el clima. Sin embargo, un análisis en dos niveles muestra que una de ellas tiene una huella positiva de carbono mayor.

Según los beneficios y resultados anuales de los bonos verdes de Brookfield, su inversión por unidad de energía producida es ligeramente inferior que la de Star Energy, y sus emisiones (huella de carbono) son nada menos que un 24% más bajas.

Si profundizamos un poco más, sin embargo, vemos que Star Energy presenta la mayor huella positiva de carbono, incluyendo una diferencia positiva de más de 700.000 toneladas métricas de CO2 evitadas al año, lo que logró con casi la mitad del coste por tonelada en comparación con Brookfield. Esto resulta en una impresionante ratio de huella positiva de carbono de 110:1 (Gráfico).

Dos bonos verdes similares, dos impactos diferentes
Dos bonos verdes similares, dos impactos diferentes

Datos de 19 de octubre de 2022
Fuente: Informes corporativos y AB.

Hemos avanzado mucho en la unión de las naciones en pro de objetivos climáticos comunes, pero la conclusión general de la COP27 es que el calentamiento global sigue representando una amenaza urgente. Si queremos que las economías prosperen, las empresas tendrán que aportar su contribución.

Creemos que el gasto en tecnologías de descarbonización tendrá que aumentar exponencialmente en la próxima década para alcanzar a tiempo los objetivos del cero neto de las empresas. Este gasto masivo favorecerá a las empresas que ofrecen soluciones de descarbonización que no solo reducen las emisiones internamente, sino que también las evitan en toda la cadena de valor, ofreciendo oportunidades de inversión atractivas para los inversores en renta fija.

Este artículo se basa en gran medida en el valioso análisis original publicado por David Wheeler, CFA, gestor de carteras de Soluciones Climáticas Sostenibles y analista sénior de Renta Variable Temática Sostenible, en su reciente documento técnico «Carbon Handprints: A New Approach to Climate-Focused Equity Investing» (Huellas positivas de carbono: un nuevo enfoque para la inversión en renta variable centrada en el clima).

* Por una «economía neta en carbono» se entiende aquella economía alineada con un calentamiento de 1,5 grados Celsius para 2050, según recoge el Acuerdo de París.

†Huella de carbono: intensidad de carbono media ponderada

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