Perspectivas a más largo plazo: el pensamiento Xi determina el panorama de inversión
A largo plazo, sin duda, la ideología del presidente Xi —el denominado «pensamiento Xi»— es el principal factor determinante de las perspectivas y la política estructural de China. Esto se puso de relieve recientemente en el Congreso Nacional del Partido (CNPCCh), en el que Xi se aseguró un tercer mandato sin precedentes.
En nuestra opinión, esto ayudará a promover el tipo de crecimiento que el presidente quiere conseguir: impulsar la innovación, fomentar las manufacturas, elevar las rentas per capita, reducir la desigualdad de la riqueza y acometer nuevas reformas del mercado. ¿El resultado? Si bien los objetivos de crecimiento podrían ser más flexibles en los próximos años, el crecimiento sostenible a largo plazo sigue siendo fundamental para el plan de China de lograr una sociedad más estable y con una distribución más equitativa de la riqueza.
La trayectoria de China no es única: otros países asiáticos, como Corea del Sur y Taiwán, han tenido una evolución similar en las dos últimas décadas. El crecimiento se ralentizó y sus gobiernos, en aras de la justicia social, adoptaron un tono más intervencionista (aunque no tanto como en China).
Sin embargo, todavía es posible invertir con éxito en estos países, seleccionando cuidadosamente las acciones sobre la base de un análisis fundamental riguroso. De forma similar, creemos que la clave para invertir en la economía china, en proceso de maduración, pasa por hacer una lectura correcta de la política y por buscar oportunidades de empresas concretas alineadas con la dirección de la política.
Identificación de oportunidades impulsadas por políticas
Las políticas con horizontes a medio y largo plazo resultan particularmente interesantes para los inversores. En el CNPCCh, el gobierno confirmó nuevas restricciones sobre la especulación inmobiliaria, así como la búsqueda de la prosperidad común y la seguridad.
Si bien las implicaciones para la inversión de una represión de la especulación inmobiliaria son evidentes, la búsqueda de la prosperidad común eleva la probabilidad de impuestos sobre las sucesiones y la propiedad —así como un aumento de medidas de la red de seguridad social como una vivienda asequible y una mejora de los servicios sociales—.
La seguridad, en el contexto de China, tiene dimensiones externas e internas. Se refiere a riesgos geopolíticos (como las relaciones con EE. UU. y sus aliados, y con Taiwán), pero también a la seguridad nacional estratégica, a través de la independencia energética y tecnológica.
El aumento de los riesgos geopolíticos es una gran preocupación para los inversores. Sin embargo, creemos que algunos riesgos geopolíticos se han moderado como, por ejemplo, la preocupación el fin de la cotización de los ADR, y algunos problemas estratégicos internos pueden tener implicaciones positivas. Esperamos que estos den lugar a un aumento de la inversión en generación de energía solar y eólica, así como una concentración continuada en la fabricación doméstica de semiconductores.
El objetivo de China de la neutralidad de carbono para 2060 es una dirección importante de la política a largo plazo. Las empresas de energías alternativas y aquellas que participan en la cadena de suministro de vehículos eléctricos deberían estar en el radar de los inversores, junto con aquellas armonizadas con otros ámbitos políticos.
¿Cómo pueden los inversores convertir estas oportunidades impulsadas por las políticas en inversiones?
Concentración en acciones A, en sectores alineados con las políticas y en los fundamentales
Para los inversores en renta variable, creemos que el mejor lugar en el que buscar es el mercado de acciones A de orientación doméstica. En comparación con el mercado de acciones H de orientación internacional, tiene un mayor tamaño (con más de 4.600 acciones frente a menos de 300 en el caso del mercado de acciones H) y mantiene una menor exposición a riesgos geopolíticos. El mercado de acciones A también ofrece más empresas preparadas para beneficiarse del marco de las políticas nacionales.
Pensemos en el enfoque en el crecimiento sostenible, que implica ventajas reglamentarias para las empresas de titularidad estatal y una redistribución de los beneficios a los consumidores. Esto hará que resulte más difícil encontrar oportunidades de fuerte crecimiento, por ejemplo, en acciones de internet y biotecnología. Sin embargo, los sectores dominados por empresas de titularidad estatal —como el financiero, el de materiales o la venta minorista tradicional— resultarán más atractivos.
Además de tener en cuenta las oportunidades impulsadas por las políticas, los inversores deben considerar el impacto de un menor crecimiento económico a largo plazo sobre la rentabilidad de las empresas chinas. Si las examinan a través de la lente del valor, los inversores pueden identificar empresas con un potencial de rentabilidad más resiliente que cotizan a valoraciones atractivas. Y, en ocasiones, los fundamentales de las empresas y las políticas pueden cruzarse de maneras sorprendentes, creando puntos idóneos para los inversores contrarios a la tendencia.
Por ejemplo, el endurecimiento de la regulación de la educación privada acometido en China en 2021 provocó una caída generalizada del sector. Sin embargo, una empresa de titularidad estatal que tenía el monopolio de los libros de texto se opuso a la tendencia. Sus ventas de materiales para la preparación de exámenes se dispararon, porque los estudiantes seguían teniendo que someterse a ellos.
El enfoque de valor también puede funcionar independientemente de las consideraciones políticas. Una empresa de acciones A muy conocida por fabricar glutamato monosódico también tenía una participación en el mercado mundial de goma xantana, un agente espesante que se utiliza para todo (desde el aderezo de una ensalada hasta perforaciones petrolíferas). Dado que el precio del petróleo experimentó una fuerte subida en todo el mundo, también lo hicieron sus beneficios.
China ofrece oportunidades y diversificación
China se ha convertido en una economía de crecimiento más ralentizado y más impulsada por políticas. Los inversores encantados con los viejos tiempos de alto crecimiento podrían sentirse decepcionados, pero esta actitud de «vaso medio vacío», en nuestra opinión, podría hacer que se pierdan lo que China tiene que ofrecer.
Para aprovechar las oportunidades se requiere la mentalidad adecuada: una que considere que el crecimiento menos vertiginoso ofrece la ventaja de la sostenibilidad, y que una política articulada con claridad y aplicada con sentido común ofrece estabilidad. También se requiere una estrategia de inversión que esté atenta a las oportunidades creadas por las políticas y descubiertas mediante un riguroso análisis fundamental y una cuidadosa selección de valores.
China sigue siendo única. En su condición de jurisdicción y mercado de inversión que marcha en gran medida a su propio ritmo, sigue siendo una valiosa fuente de diversificación para las asignaciones a renta variable global.