Desde nuestro punto de vista, la recuperación de la demanda de consumo será positiva para los mercados financieros chinos.
Los inversores extranjeros, castigados por la volatilidad global y la política de COVID cero, adoptaron posiciones infraponderadas en China y en general siguen así. La demanda de consumo y otros indicios de fortaleza y durabilidad de la recuperación probablemente harán que se reequilibren las carteras en favor de China.
Sin embargo, existen riesgos para esta perspectiva que se entienden mejor en el contexto del marco político general de China.
Monitorizar el sector inmobiliario en busca de signos de estabilidad
El marco se ha modelado respondiendo al deseo del Presidente Xi Jinping de lograr un equilibrio entre el crecimiento y los resultados sociales equitativos. En consecuencia, los inversores deben esperar un crecimiento más moderado y sostenible y centrarse en apoyar la innovación y la fabricación, elevar la renta per cápita, reducir la desigualdad en la repartición de la riqueza, y acometer más reformas del mercado.
Es posible que el marco político se considere positivo a largo plazo, pero puede conllevar cierto grado de incertidumbre. Como ya hemos mencionado, el mercado inmobiliario de China ha sufrido bastante durante los últimos dos años, debido principalmente a la intervención regulatoria. Esta intervención estaba inspirada por los objetivos de igualdad social del presidente Xi.
Pero el crecimiento sigue siendo una prioridad del gobierno. Esto se confirmó en la última Conferencia Central del Trabajo Económico y se ha puesto aún más de manifiesto con una reapertura más rápida de lo esperado. También es evidente en el sector inmobiliario, donde el Banco Popular de China y la Comisión Regulatoria de la Banca y los Seguros de China implementaron recientemente medidas para ayudar al “desarrollo estable y sólido” del sector.
Para los compradores e inversores, estas medidas incluyen tipos hipotecarios más bajos, un pago de entrada menor en las hipotecas, relajación de la eligibilidad para comprar casas, y subvenciones en efectivo para la adquisición de viviendas. Para los desarrolladores inmobiliarios, incluyen facilitar el cumplimiento de las restricciones a los créditos introducidas durante la campaña de medidas enérgicas.
Aunque estas medidas son alentadoras, creemos que los inversores deben seguir buscando atentamente signos de estabilidad en el sector de la vivienda a la hora de valorar el balance general de riesgos y oportunidades en la economía.
La inflación será moderada
Otro riesgo es que la reapertura provoque un aumento de la inflación en China, como sucedió en otros países cuando salieron de la pandemia. Pero, desde nuestro punto de vista, los efectos inflacionarios probablemente sean moderados. Aunque es posible que el Índice de Precios al Consumo Subyacente aumente, no creemos que se eleve a los niveles que se han visto en los mercados desarrollados.
Una razón es que, aunque el ahorro de los hogares chinos ha aumentado, el apoyo que el gobierno ha prestado a personas y empresas durante los confinamientos ha sido muy inferior al de EEUU y Australia, por ejemplo.
Otra razón es que las dinámicas de inflación de los alimentos en Asia, incluida China, son diferentes de las de esos países. Por ejemplo, la inflación de los alimentos en mercados emergentes no asiáticos se ha elevado drásticamente durante los últimos dos años debido a la guerra de Ucrania y los problemas de las cadenas de abastecimiento. Lo mismo se puede decir de los precios del trigo y el maíz, alimentos básicos en Occidente. Sin embargo, la inflación de los alimentos en Asia y el precio del arroz han permanecido estables.
Desde nuestro punto de vista, es poco probable que la inflación se eleve de forma muy marcada en China. Por lo tanto, esperamos que los ajustes políticos sigan apoyando el crecimiento.
Los barcos de Asia probablemente se subirán en la marea china
Por ahora, las rentabilidades de los bonos del gobierno de China están por detrás de las de los bonos del Tesoro de EEUU, debido a la diferente trayectoria de la inflación y de los tipos de interés de ambos países. Debido a esto, la oportunidad a corto plazo creada por la reapertura de China para los inversores de renta fija reside, desde nuestro punto de vista, no tanto en el mercado de bonos de China como en los mercados de deuda y divisas de sus socios comerciales asiáticos.
El socio comercial más importante de China son los diez países miembros de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN), y cuatro países asiáticos que no son miembros del ASEAN están entre los 13 socios comerciales más importantes de China. China, a su vez, es el principal socio comercial de ocho de esos países y, o bien el segundo o bien el tercer socio comercial del resto.
Esperamos que la reapertura del país relaje las presiones de la cadena de abastecimiento en la región y proporcione un impulso directo a algunos sectores industriales. Un área que probablemente se va a beneficiar es el turismo, a medida que el turismo que China recibe de fuera se recupere del desplome que sufrió debido a la COVID19.
El aumento del comercio con China sería positivo para los mercados de bonos corporativos de estos países y sus divisas también se beneficiarán. Como parece que, a corto plazo, el dólar ha dejado de fortalecerse, la mayor dificultad a la que se enfrentaron las divisas asiáticas durante 2022 se ha disipado, y las divisas asiáticas emergentes se han apreciado significativamente.
Consideramos que esto es algo positivo para las divisas asiáticas en general. Y, si el dólar estadounidense rebota, esperamos que las divisas de alto rendimiento de Asia batan la rentabilidad de sus homólogas regionales según la rentabilidad total.
Los mercados asiáticos podrían batir la rentabilidad en 2023
Con la reapertura de China y las dificultades a las que se van a enfrentar el resto de las economías en 2023, creemos que hay amplio espacio para que inversores nacionales y extranjeros asignen a la región. La fortaleza del crecimiento en China llevará a un crecimiento más fuerte en Asia, creando las condiciones que, desde nuestro punto de vista, podrían hacer que los mercados asiáticos batieran la rentabilidad en 2023 y después.