Perspectivas para la renta fija en 2023: buscar el equilibrio

06 enero 2023
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El año 2022 no fue un buen periodo para la inversión. Los bancos centrales lucharon contra la inflación, los tipos de interés se dispararon y aumentó el temor a una recesión. Los mercados de renta variable y fija rompieron con la convención y se desplomaron al unísono. Prácticamente todos los sectores del mercado de bonos sufrieron pérdidas históricas, sin apenas refugios para los inversores. 

Ahora los bancos centrales tendrán que ralentizar el ciclo restrictivo y organizar detenidamente un «aterrizaje suave», al tiempo que mantienen un control firme sobre la inflación. A continuación abordamos los desafíos que plantea una ralentización global, las ventajas de unas rentabilidades más elevadas y las estrategias para el año que comenzamos. 

Caminar sobre una línea fina: crecimiento versus inflación

A pesar de las evidencias de una ralentización global, los bancos centrales mantienen el compromiso de contener la inflación. Sin embargo, dado que las subidas de tipos tardan en hacerse notar en la inflación, creemos que ralentizarán su ritmo para poder valorar el efecto que ha tenido la política monetaria en la inflación hasta el momento. 

Un ritmo más moderado les permitiría evitar un aterrizaje excesivamente duro, algo que podría producirse si continúan subiendo los tipos de forma agresiva. Nosotros prevemos unas recesiones suaves en la zona euro y el Reino Unido, y un crecimiento generalmente plano en EE. UU. para 2023. Es posible que las turbulencias de los mercados financieros se moderen cuando los responsables de las políticas monetarias adopten una actitud expectante.

Sin embargo, algunos factores de impulso de la inflación, tales como los problemas de la cadena de suministro y las repercusiones de la guerra entre Rusia y Ucrania sobre los precios de la energía, escapan al control de los bancos centrales. Esto significa que, si bien la inflación global podría haber tocado techo —y los datos de inflación de EE. UU. más recientes son prometedores—, los plazos para que la inflación disminuya y se estabilice siguen siendo inciertos. Por consiguiente, la incertidumbre persistirá en 2023.

El aumento de las rentabilidades marca una gran diferencia

La incertidumbre que contribuye a la volatilidad del mercado y causa episodios de problemas de liquidez también genera oportunidades. Las rentabilidades han aumentado de forma significativa en los mercados de deuda con grado de inversión (IG) y de alta rentabilidad (HY), y muchos sectores registran sus niveles máximos en varios años (Gráfico). 

Las rentabilidades se aproximan a sus máximos en 10 años en gran parte del mercado de bonos
Las rentabilidades se aproximan a sus máximos en 10 años en gran parte del mercado de bonos

La rentabilidad histórica no es garantía de resultados futuros.
CMBS: valores respaldados por hipotecas comerciales; EM: mercados emergentes; EMG: emergente; LC: moneda local; USD: dólar estadounidense
La información histórica proporcionada se ofrece exclusivamente a título ilustrativo. La deuda con grado de inversión (IG) de EE. UU. está representada por el Bloomberg US Agg Corporate Index; la deuda IG global, por el Bloomberg Global Agg Corporate Index; la deuda de alto rendimiento (HY) de EE. UU., por el Bloomberg US High Yield Corporate Index; la deuda HY global, por el Bloomberg Global High Yield Corporate Index; la deuda HY paneuropea, por el Bloomberg Pan-European High Yield; la deuda HY EMB, por el Bloomberg Pan European EMG High Yield; la deuda pública HY LC EM, por el Bloomberg EM Local Currency Government High Yield; la deuda HY USD EM, por el Bloomberg EM USD Sovereign High Yield; la deuda corp. + quasi-sob. USD EM, por el Bloomberg EM USD Corp + Quasi Sovereign High Yield; los CMBS IG BBB, por el Bloomberg CMBS IG BBB Index.
Datos de 30 de diciembre de 2022
Fuente: Bloomberg y AllianceBernstein (AB)

Estas rentabilidades tan elevadas podrían parecer anómalas. Sin embargo, la era de unas rentabilidades próximas a cero que privó a los inversores de rentas fue la verdadera anomalía en la historia de los mercados financieros. De hecho, creemos que hemos regresado a una era de tipos de interés estructuralmente más elevados. Ahora los inversores pueden sacar partido de fuentes de rentas resilientes a las que ha resultado muy difícil acceder durante muchos años. Además, si bien el camino recorrido para llegar a un aumento de las rentabilidades ha sido duro, creemos que lo peor ya ha quedado atrás.

Los parámetros de crédito favorecen a los bonos corporativos

El fantasma de la recesión suele alejar a los inversores de la deuda corporativa. Los fundamentales del crédito tienden a debilitarse antes de producirse una desaceleración, lo que provoca que los emisores entren en un ciclo de rebajas de calificaciones e impagos a medida que el crecimiento y la demanda van reduciéndose. Pero la situación actual es diferente.

Hoy en día los emisores se encuentran en una situación financiera más desahogada que en recesiones anteriores —gracias en parte a que el mercado de deuda corporativa atravesó un ciclo de impagos hace solo dos años, cuando golpeó la pandemia—. Las empresas supervivientes eran las más fuertes y en los dos últimos años han hecho una gestión conservadora de sus balances y su liquidez, incluso cuando sus negocios volvieron a ser rentables. 

Las ratios de cobertura de intereses de las empresas emisoras de deuda IG y HY son las mejores de los últimos 15 años. Otros parámetros de la solidez de los fundamentales —como las ratios de apalancamiento, las ratios de flujo de caja/deuda y los márgenes de EBIDA— también demuestran una fortaleza extraordinaria en términos históricos. A pesar de que esperamos un deterioro de estos parámetros, no creemos que vayamos a presenciar unos desplomes drásticos que puedan generar una oleada de rebajas de calificación e impagos.

Es más, los emisores de deuda HY llevan centrados en ampliar sus plazos de vencimiento desde el comienzo de la pandemia. Esto significa que no nos acercamos a ningún límite de vencimiento, en el que pueda vencer una gran proporción de emisiones de bonos y los emisores se puedan ver obligados a emitir deuda nueva a los tipos vigentes. De hecho, solo el 20% del mercado vencerá para finales de 2025 y la mayor parte de los vencimientos se concentra entre 2026 y 2029. Esto viene a ser como abrir una válvula de presión a medida que aumentan las rentabilidades, porque los vencimientos graduales y ampliados ralentizan el impacto de este aumento sobre las empresas.

Estrategias para 2023: paciencia, flexibilidad, equilibrio

A continuación explicamos de qué forma los inversores activos pueden prosperar en el entorno actual:

1. Adquirir protección frente a la inflación.
Una protección explícita frente a la inflación, como los bonos ligados a la inflación (TIPS) y las permutas ligadas al IPC (CPI swaps), puede jugar un papel importante en las carteras. Si los bancos centrales logran su misión, creemos que en última instancia la inflación se establecerá en una horquilla del 2-4% —un nivel más elevado que en las últimas décadas, pero muy inferior al de 2022—. En otras palabras, la inflación del 2% que la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo consideran normalmente el valor límite se podría convertir en el suelo de inflación en los próximos años.

2. Inclinarse por el crédito.
Las rentabilidades de los activos de riesgo son mucho más elevadas ahora que en los últimos años, lo que ofrece a los inversores la oportunidad de «rellenar sus depósitos» que tanto esperaban. Los «sectores con spread», como la deuda corporativa IG, la deuda corporativa HY y los activos titulizados, entre ellos los valores respaldados por hipotecas comerciales y títulos de transferencia de riesgo de crédito, también pueden servir de protección contra la inflación al aportar una mayor fuente de ingresos corrientes. 

Pero no todos los activos de riesgo son igualmente atractivos. Por ejemplo, si bien la deuda de mercados emergentes resulta atractiva, los mercados emergentes siguen viéndose particularmente perjudicados por la ralentización del crecimiento global y los altos datos de inflación. Por consiguiente, una cuidadosa selección de valores sigue siendo crítica.

3. No desechar la duración.
Inclinarse por el crédito no significa desechar la duración o el riesgo de tipos de interés. A medida que la inflación disminuye y la economía se ralentiza, la duración tiende a beneficiar a las carteras. 

4. Elegir un enfoque equilibrado.
Entre las estrategias activas más efectivas se encuentran aquellas que combinan deuda pública y otros activos sensibles a los tipos de interés con activos de deuda corporativa orientados al crecimiento en una única estrategia gestionada de forma dinámica. Este enfoque puede ayudar a los gestores a hacerse una idea de la interacción entre los riesgos de tipos de interés y de crédito y a adoptar mejores decisiones sobre qué dirección tomar en un determinado momento. La capacidad de volver a equilibrar activos que mantienen una correlación negativa ayuda a generar rentas y rentabilidad potencial, al tiempo que se limita el alcance de las caídas cuando se producen oleadas de ventas de activos de riesgo.

5. Ser ágil.
Los inversores activos deben estar preparados para aprovechar los cambios bruscos en las valoraciones y las fugaces ventanas de oportunidad mientras el resto de inversores reaccionan a los titulares. En general, Los enfoques de inversión globales y multisectoriales son muy adecuados para entornos de mercados económicos y financieros dinámicos, ya que los inversores pueden seguir de cerca las condiciones y las valoraciones para cambiar la composición de la cartera cuando la situación así lo exija. 

El año que comenzamos traerá tanto desafíos como oportunidades. Al enfrentarse al mercado con ecuanimidad, los inversores en bonos pueden lidiar con la incertidumbre de forma objetiva, aprovechar la abundancia de aumento de rentabilidades y posicionar sus carteras para prosperar en 2023. 

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.