Las revisiones de beneficios también son motivo de esperanza. En el cuarto trimestre de 2023, las estimaciones de consenso del crecimiento del BPA para los próximos 12 meses se revisaron un 5% al alza para el MSCI EM, frente al 1,3% para el S&P 500. Creemos que esto aporta pruebas tangibles de un cambio en los fundamentales que podría señalar un punto de inflexión para las rentabilidades de la renta variable de ME frente a la de Estados Unidos.
Y es que, a nuestro juicio, la distribución de las tasas de crecimiento del BPA en los ME muestra una oportunidad no reconocida (Gráfico de arriba). Nuestro análisis indica que las empresas con un crecimiento de los beneficios de al menos un 10% anual representan más de la mitad del índice en los ME. Asimismo, una mayor proporción de la ponderación del índice ME está en empresas con un crecimiento del BPA superior al 30% en comparación con el mercado estadounidense. Y lo que es más, a finales de 2023, el MSCI EM se negociaba con una valoración precio/beneficios futuros de 11,7 veces, un descuento del 39% respecto al MSCI World.
Sin duda, el índice ME tiene más exposición a sectores vulnerables a los cambios macroeconómicos. Sin embargo, está compuesto por 1.441 valores, de manera que ofrece un conjunto diverso de oportunidades. De hecho, en el MSCI All-Country World Index, las acciones de ME solo representan el 10,4% de la ponderación del índice de referencia, pero el 49% de los 2.921 valores. En otras palabras, los gestores activos disponen de un amplio conjunto de empresas de ME para crear carteras que consigan un sano equilibrio entre un potencial de crecimiento sólido de los beneficios y características que ayuden a reducir la volatilidad cíclica.
Idea equivocada n.º 3: Los ME están a merced de la economía china
China representó una parte sustancial del crecimiento de los ME en el período 2021-2010, y la debilidad de su crecimiento macroeconómico ha acaparado los titulares en los últimos años. Sin embargo, el 75% de la ponderación del MSCI EM está fuera del gigante asiático. Además, otras regiones de Asia Oriental están aportando una mayor cuota de innovación, puesto que es allí donde muchos proveedores de hardware fabrican componentes esenciales para la IA. Denominamos «IA encubierta» a este segmento, ya que permite a los inversores participar en el crecimiento de la IA a unas valoraciones muy inferiores a las de las empresas líderes que cotizan en Estados Unidos.
Por otra parte, la relocalización fuera de China debería beneficiar a países de ME, como México, India y naciones del Sureste Asiático. Además, el auge de India, que dispone de una enorme fuerza de trabajo, ofrece muchas posibilidades para el crecimiento.
Puede que, de forma perversa, las materias primas, incluidos los hidrocarburos, se vuelvan más valiosos debido a las limitaciones al suministro por motivos medioambientales. Esta circunstancia beneficiaría a países ricos en estos bienes, como Brasil, Arabia Saudita y los EAU. A nuestro juicio, el plan Vision 2030 de Arabia Saudita para diversificar su economía también creará oportunidades para los inversores en renta variable.
Dentro de China está surgiendo un nuevo paradigma. El gigante asiático está en proceso de transición hacia una economía con bases que ofrezcan mayor potencial para un crecimiento sostenible. A pesar del peor comportamiento relativo reciente, creemos que los inversores pueden encontrar empresas interesantes en los sectores de tecnología, salud, consumo e industria que, aunque todavía no sean populares entre los inversores internacionales, ofrecen un sólido potencial de crecimiento y valoraciones atractivas.
Es comprensible la aprensión de los inversores hacia la renta variable de ME. Sin embargo, una mirada renovada a la trayectoria histórica de estos valores, así como a los futuros motores de creciendo, revela que ofrecen toda una diversidad de oportunidades que no se perciben a simple vista.