Convertir menos en más: revisamos el riesgo de la renta variable en un año volátil

22 septiembre 2022
8 min read

Durante este periodo de incertidumbre económica y tensión en el mercado, sorprendería a los inversores descubrir cómo una estrategia centrada en acciones que perdieron menos durante un retroceso económico puede superar al mercado a lo largo del tiempo.

La mayoría de los inversores comprenden, de manera implícita, el concepto de riesgo. Como se sabe, el marco se dispuso en el modelo de valoración de activos de capital (CAPM) de la década de 1960, que explicaba la rentabilidad esperada como una función tanto del riesgo específico de una empresa como de la sensibilidad de un activo al conjunto del mercado. Sin embargo, fundamentalmente, se asienta sobre un concepto sencillo: los inversores esperan que se les compense por asumir más riesgo: si el riesgo no diera un beneficio, todos nos limitaríamos a mantener nuestros activos en efectivo, sin más.

El riesgo relativo frente al riesgo absoluto en un mercado agitado

Demasiado a menudo, los gestores de inversiones se consumen con el riesgo relativo, siguiendo su rendimiento atendiendo a la evolución de un índice de referencia ponderado por la capitalización de mercado. Proceder de este modo puede ser incompatible con lo que realmente les importa a los inversores: la rentabilidad absoluta y lo bien que una inversión aborda objetivos financieros a largo plazo.

La cuestión se vuelve especialmente espinosa durante los episodios de volatilidad en el mercado, que abunda últimamente.

Ante la persistente inflación y la ralentización económica este año, el mercado registró su peor primer semestre desde 1970: el S&P 500 cedió más de un 20%. Aunque las acciones han recuperado parte de sus pérdidas en el tercer trimestre, han continuado las turbulencias del mercado según los inversores digerían las indicaciones hacia unos beneficios más bajos y las perspectivas de un mayor endurecimiento monetario.

He aquí donde empieza lo fundamental: una cosa es hablar de ceñirse a un plan de inversión a largo plazo, pero otra muy distinta es quedarse con los brazos cruzados mientras su cartera encaja una derrota.

¿Es posible obtener rentabilidades más altas con menos volatilidad?

¿Y si existiera una forma de generar rentabilidades competitivas a largo plazo sin la necesidad de padecer oscilaciones extremas en episodios de volatilidad?

Esto podría parecer que contradice el CAPM y las demás máximas relacionadas con el riesgo y la rentabilidad. Sin embargo, un acervo cada vez mayor de estudios indica que, con una cartera administrada con esmero, los inversores pueden efectivamente asumir menos riesgos y aun así superar al mercado invirtiendo en acciones de baja volatilidad. De este modo, los inversores pueden ganar confianza para mantener su inversión en acciones durante periodos turbulentos.

Las estrategias de baja volatilidad pueden adoptar diferentes formas. Nosotros pensamos que una estrategia defensiva efectiva debería asentarse sobre los fundamentales de las empresas y centrarse en compañías que muestren características propias de la calidad —flujos de efectivo sistemáticos y medidas de rentabilidad como el retorno sobre el capital invertido— y la estabilidad —baja volatilidad de las rentabilidades con respecto al mercado—, así como unos precios atractivos que las expongan en menor medida a las fuertes oscilaciones de los mercados. Este concepto lo denominamos «universo QSP», por las siglas en inglés de «calidad», «estabilidad» y «precios». Aunque las empresas de sectores tradicionalmente defensivos como el consumo básico y los suministros son buenos ejemplos, el universo QSP incluye compañías con modelos de negocio destacados de todos los sectores de la economía, que se pueden descubrir analizando fundamentales y con una selección de valores minuciosa.

Por ejemplo, las empresas que denominamos «quality compounders» presentan modelos de negocio de éxito y beneficios sostenibles, respaldados por una buena administración del capital y un comportamiento ESG acertado. Los activos intangibles como la marca, la cultura, la investigación y el desarrollo y las patentes son también características de valor, en particular, en épocas de tensión. Estas características favorecen el aumento de los beneficios acumulados a partir de factores de crecimiento constantes en los distintos ciclos del mercado.

Limitar los altibajos es clave

Las empresas que presentan estos atributos pueden contribuir a que las estrategias de baja volatilidad limiten su sensibilidad a los retrocesos de los mercados, participando al mismo tiempo en las alzas, pero no totalmente. De la misma manera que subir una colina es más fácil cuando se empieza desde la mitad hacia arriba, las acciones que pierden menos durante retrocesos de los mercados tienen menos terreno que recobrar cuando el mercado se recupera. Así pues, están mejor posicionadas para potenciar esas rentabilidades más altas en alzas posteriores, lo cual se traduce en una rentabilidad a largo plazo mejor.

Este concepto se puede ilustrar concibiendo una cartera de las denominadas «90% / 70%» frente a un índice global de acciones con grado de inversión, en este caso, el MSCI World Index (Gráfico). Esta cartera 90% / 70% teórica se llama así porque captaría el 90% de las ganancias del mercado durante periodos de alza, mientras que cedería solo el 70% de lo que perdería el mercado en épocas de retroceso.

Empleando datos desde el 31 de marzo de 1986 (fecha de comienzo del índice) hasta el 31 de julio de 2022, concluimos que nuestra cartera 90% / 70% hipotética generaría una rentabilidad anualizada tres puntos porcentuales mayor que la del MSCI World Index durante este periodo, con menos volatilidad en el proceso.

Menor sensibilidad a los retrocesos y aun así superar al mercado
Revalorización de 100 USD
Menor sensibilidad a los retrocesos y aun así superar al mercado

La rentabilidad histórica no es garantía de resultados futuros. Las rentabilidades que se muestran revisten fines ilustrativos y no son representativas de ningún fondo de AB. No es posible invertir en un índice.
*Rentabilidad calculada multiplicando todas las rentabilidades mensuales positivas (0% o superior) del MSCI World Index por 90% y todas las rentabilidades negativas (inferiores al 0%), por 70%; se muestran en una escala logarítmica.
†Desviación típica anualizada
Datos desde el 31 de marzo de 1986 (fecha de comienzo del MSCI World Index) hasta el 31 de julio de 2022
Fuente: MSCI y AllianceBernstein (AB)



Pero he aquí el truco: para materializar este excedente de rentabilidad a largo plazo, los inversores tendrían que aceptar que esa cartera 90% / 70% no se comporte de la misma forma que el conjunto del mercado.

Se trata de algo sencillo de asumir cuando el mercado sufre sacudidas como las de este año. Al fin y al cabo, en épocas de retroceso de los mercados, esta estrategia de baja volatilidad solo expondría a los inversores al 70% del descenso del mercado. La prueba de verdad llega con las subidas, momento en que la cartera 90% / 70% rendiría por debajo del mercado. Este es el precio que pagar para conseguir unas rentabilidades a largo plazo que superen al mercado.

Ponemos la volatilidad a prueba: recesiones e inflación

Entonces, ¿cómo evolucionaría una estrategia QSP de baja volatilidad en mercados bajistas o incluso durante una recesión? Aunque el producto interior bruto cedió tanto en el primero como en el segundo trimestres de 2022 —lo cual se ajusta a la definición técnica de «recesión»—, los economistas no se ponen de acuerdo con si Estados Unidos se encuentra realmente en recesión, en particular, dada la fortaleza del consumo y en vista del mínimo histórico en que se halla el desempleo. Sea como fuere, persisten los temores a una recesión.

Identificando 20 retrocesos del mercado entre enero de 1970 y el 31 de diciembre de 2021 (Gráfico), concluimos que las acciones del S&P 500 segregadas en el quintil más alto por sus características QSP evolucionaron relativamente bien durante los periodos de caída. Durante recesiones significativas, la cartera QSP evolucionó especialmente bien, superando en rentabilidad al S&P 500 en más de 20 puntos porcentuales.

Una cartera QSP mitiga el riesgo en entornos recesivos significativos
Una cartera QSP mitiga el riesgo en entornos recesivos significativos

La rentabilidad histórica no es garantía de resultados futuros.
Universo: S&P 500 e identificación de 20 periodos de descenso de los mercados desde enero de 1970 hasta el 31 de diciembre de 2021. Rentabilidades del USD en estos periodos correspondientes al S&P 500. Calidad, estabilidad y precios (QSP), representados por una puntuación agregada de idéntica ponderación de los quintiles más atractivos de acciones estadounidenses según una rentabilidad alta de los activos (calidad), una beta baja (estabilidad) y unos beneficios altos con respecto al precio (precios). Las rentabilidades de los quintiles se encuentran ponderadas por la capitalización.
Gráfico de la izquierda: rentabilidades del S&P 500 y la cartera QSP en todos los periodos de descenso del mercado
Gráfico de la derecha: rentabilidades del S&P 500 y la cartera QSP en los diferentes periodos de recesión / a largo plazo: recesión de 1973 (1 de enero de 1973 - 1 de septiembre de 1974); estanflación de 1982 (1 de diciembre de 1980 - 1 de julio de 1982); recesión de 1990 (1 de enero de 1990 - 1 de octubre de 1990); recesión de las punto com de 2000 (1 de abril de 2000 - 1 de septiembre de 2002); crisis financiera mundial de 2008 (1 de noviembre de 2007 - 1 de febrero de 2009)
30 de junio de 2022
Fuentes: FactSet, S&P, S&P Compustat y AB



Si nos fijamos más de cerca en estas recesiones profundas (Gráfico), podemos ver que el quintil superior del S&P 500 según calidad, estabilidad y precios cayó un 36,9% durante la recesión de 1973-1974 provocada por el embargo de petróleo de la OPEP, menos que el descenso del 42,6% del S&P 500. Durante la recesión de 1980-1982, las acciones QSP efectivamente subieron un 8,5%, mientras que el mercado cayó un 16,5%.

Una prescripción defensiva para diferentes entornos recesivos
Una prescripción defensiva para diferentes entornos recesivos

La rentabilidad histórica no es garantía de resultados futuros.
El universo es el S&P 500. Rentabilidades del USD en estos periodos correspondientes al S&P 500 y el quintil QSP superior. Las rentabilidades de los quintiles se encuentran ponderadas por la capitalización.
QSP, representados por una puntuación agregada de idéntica ponderación de los quintiles más atractivos de acciones estadounidenses según una rentabilidad alta de los activos (calidad), una beta baja (estabilidad) y unos beneficios altos (precios).
30 de junio de 2022
Fuentes: FactSet, S&P, S&P Compustat y AB



La rentabilidad también fue sólida durante periodos de rápida subida de los precios. Se trata de un aspecto particularmente premonitorio hoy por hoy dado que la inflación alcanzó un máximo de 40 años en junio y las medidas desplegadas por la Reserva Federal para combatirla han ensombrecido los mercados financieros.

Las estrategias de baja volatilidad se pueden adaptar

En cualquier entorno de mercado o macroeconómico, una estrategia de baja volatilidad se puede asociar con otras estrategias activas para responder a la tolerancia al riesgo, el horizonte temporal y los objetivos de inversión de un inversor. Y aunque no es fácil elaborar una cartera 90% / 70% perfecta, la idea principal es reducir la exposición a las oscilaciones del mercado que pueden erosionar las rentabilidades a largo plazo.

Llevando a cabo análisis fundamentales, consideramos que es posible elaborar una cartera de empresas con valoraciones atractivas con indicadores importantes de calidad y estabilidad capaces de prosperar en periodos alcistas, aguantando, al mismo tiempo, durante episodios periódicos de volatilidad. En momentos como este, puede que más tranquilidad sea lo que los inversores necesitan.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.

MSCI no formula declaraciones o garantías, ni expresas ni implícitas, y excluye toda responsabilidad con respecto a cualquier dato de MSCI que figure en este documento. Los datos de MSCI no deberán ser redistribuidos ni utilizados como base para otros índices o valores o productos financieros. Este informe no ha sido aprobado, revisado ni elaborado por MSCI.