Aranceles europeos: ¿está EE. UU. en una posición de fuerza?

24 abril 2025
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El déficit comercial de EE. UU. con la UE ha aumentado sustancialmente.
El déficit comercial de EE. UU. con la UE ha aumentado sustancialmente.

Los análisis históricos no garantizan los resultados futuros
A 1 de enero de 2024
Fuente: Eurostat

EE. UU. mantiene un elevado déficit comercial neto con la UE. Europa tiene superávit, pero partiría de una posición más débil en caso de conflicto comercial, ya que un mayor volumen de sus exportaciones se vería afectada por los aranceles.

A pesar de las contramedidas arancelarias iniciales (que han quedado en suspenso) y los últimos rumores de posibles restricciones al comercio, creemos que la negociación es la mejor baza para la UE. En el período de 90 días de suspensión de los aranceles, la UE recurrirá a la diplomacia para tratar de eliminar por completo los aranceles anunciados por EE. UU. y se opondrá a la imposición de nuevas tasas, como, por ejemplo, posibles gravámenes a los productos farmacéuticos y los semiconductores.

Si los aranceles de EE. UU. se mantienen o se incrementan, la UE tiene otra posibilidad: gravar las exportaciones de servicios estadounidenses a la zona euro. Aunque la administración estadounidense hace hincapié en su déficit comercial de mercancías con la zona euro, el país tiene superávit en servicios.

La UE también podría incluso llegar a aplicar el amplio instrumento contra la coerción, aunque es improbable que se atreva a dar este paso, sobre todo con un socio comercial y aliado tan poderoso como Estados Unidos.

Los líderes europeos tienen otro problema: los elevados aranceles de EE. UU. a los productos chinos. Es probable que dichos productos  se redirijan a países terceros —sobre todo de la zona euro— a precios bajos. Un desvío sustancial de los flujos comerciales a la zona euro pondría en aprietos tanto a la actual balanza comercial con China como a las industrias europeas. La UE ya está debatiendo esta situación con China y va a crear un grupo de trabajo especial para realizar un seguimiento de las importaciones del país asiático. No obstante, EE. UU. podría considerar inaceptable que se llegue a un acuerdo específico con China y decida reanudar el rifirrafe arancelario, pudiendo resultar en la imposición de gravámenes más elevados a la zona euro.

La UE también podría imponer aranceles o aplicar medidas antidumping específicas para limitar la avalancha de importaciones de productos chinos y gestionar sus precios. Calibrar estas medidas supondría un ejercicio de equilibrio sumamente complicado, ya que deberán ser suficientemente duras como para evitar caídas de precios en la zona euro, pero sin llegar a frenar todo el comercio con China.

La UE se encuentra ante una dura prueba, ya que no uno, sino dos, de sus principales socios comerciales parten de una posición ventajosa.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.