Consecuencias de un repliegue del comercio para la economía mundial

03 abril 2025
5 min read

Las guerras comerciales podrían dañar a la economía mundial y amenazar las alianzas tradicionales en materia de comercio.

Los primeros días de la administración Trump han traído anuncios de amplios aranceles. Y, mientras que la situación es fluida, la dirección es clara: las restricciones comerciales probablemente van a aumentar, con China como objetivo principal. Aunque aún hay mucha incertidumbre, creemos que hay información suficiente como para suavizar significativamente las perspectivas económicas globales.

Las barreras comerciales lastran el comercio

El libre comercio potencia el crecimiento, mientras que las medidas que lo restringen tienen el efecto contrario. Basta con recordar la guerra comercial de 2018 para ver que la economía mundial se desaceleró ese año y siguiente tras aumentar las restricciones al comercio.

Los efectos a corto plazo para el crecimiento tienen distintas causas:

  • Los aranceles encarecen los productos importados y reducen el poder adquisitivo de los consumidores. Antes incluso de que los aranceles se hicieran efectivos, las expectativas de los consumidores estadounidenses sobre la inflación a corto plazo se habían elevado y sus previsiones sobre la economía habían empeorado. 
  • La incertidumbre en torno a la política comercial afecta a las decisiones empresariales. Cuando no hay una política clara, las empresas son reacias a invertir en producción con vistas al futuro. ¿Cómo puede decidir una empresa sobre posibles inversiones sin saber cómo las restricciones al comercio podrían afectar a un proyecto determinado?
  • Los mercados financieros deben lidiar con un entorno de crecimiento menos eficiente en el que el ritmo de expansión económica podría desacelerarse incluso en un contexto de subida de la inflación. Por lo general, cuando el crecimiento se ralentiza, los mercados esperan que los bancos centrales intervengan para impulsar la economía. No obstante, si las presiones de precios son persistentes o si aumentan las expectativas de inflación, puede que los bancos centrales tengan menos margen para prestar apoyo en un mundo en proceso de desglobalización. 

Las tensiones comerciales intensifican los riesgos geopolíticos

A largo plazo, el aumento de las tensiones comerciales genera riesgos todavía mayores. 

Las tensiones comerciales existentes reflejan la tendencia de desglobalización de la que llevamos años hablando. La desglobalización no solo plantea riesgos económicos, sino también geopolíticos. Los socios comerciales tienen grandes alicientes para mantener unas relaciones diplomáticas estables a fin de proteger sus intereses económicos mutuos. Pero si no existen intereses compartidos en el marco de unas relaciones sólidas, la competencia global podría resultar más nociva. 

Incluso aunque se eviten los resultados más adversos, los países podrían tener que escoger entre Estados Unidos y China, lo que posiblemente aceleraría aún más la desglobalización.

Dejemos claro que, a nuestro juicio, estamos lejos de los peores resultados. Nuestro escenario principal es que las tensiones comerciales siguen siendo más tensiones que conflictos, y que las restricciones ralentizarán la economía, pero no la detendrán. No obstante, a medida que esas tensiones aumenten, probablemente habrá consecuencias, sobre todo para China.

La dinámica comercial de China está cambiando

Estados Unidos y los países que se pongan de su lado probablemente elevarán las barreras comerciales a las mercancías chinas para proteger el empleo nacional, abordar sus déficits comerciales o por motivos de seguridad nacional. Sin embargo, China ya no es el país que era en 2018: ahora es menos dependiente de Estados Unidos y también menos vulnerable a las perturbaciones económicas provocadas por las guerras comerciales.

China cuenta actualmente con una proporción de la producción global incluso mayor que en 2018 hasta alcanzar el 32% del total mundial .* Sin embargo, desde 2018, las exportaciones de China a Estados Unidos como porcentaje de sus exportaciones totales se han reducido desde casi el 20% a menos del 15% (Gráfico, izquierda). Asimismo, las exportaciones a Estados Unidos ahora apenas aportan un 3% al PIB chino (Gráfico, derecha).

China ha reducido su dependencia del comercio con Estados Unidos
China ha reducido su dependencia del comercio con Estados Unidos

Los análisis históricos no garantizan los resultados futuros.
Imagen de la izquierda: datos a 31 de diciembre de 2024; imagen de la derecha: datos a 31 de diciembre de 2023.
Fuente: Wind, World Integrated Trade Solution y AllianceBernstein (AB)

Por otro lado, si bien algunas mercancías procedentes de China se están desviando y acaban en Estados Unidos, la naturaleza de las exportaciones chinas está cambiando. Hay productos como los teléfonos móviles, los vehículos eléctricos y el equipamiento 5G que no se comercializan en Estados Unidos y que ahora representan una parte sustancial de las exportaciones chinas.

Estos cambios en la dinámica del comercio de China indican una adaptación estratégica a las tensiones comerciales mundiales.

Elegir bando: una espada de doble filo

La cuestión fundamental es qué ocurre cuando los socios comerciales están obligados a elegir bando y ponen en riesgo sus acuerdos de comercio bilaterales con Estados Unidos. México y Corea del Sur han señalado recientemente que antes de iniciar las negociaciones comerciales con Estados Unidos tienen previsto frenar la entrada de exportaciones chinas por la puerta de atrás. 

Esto dificulta la identificación de mercancías destinadas a la reexportación frente a aquellas dirigidas a satisfacer la demanda local. Los países podrían sencillamente optar por rechazar todas las mercancías chinas, lo que a nuestro juicio lastraría de forma notable el crecimiento del gigante asiático. En ese caso, será necesario evaluar las consecuencias que tendría la decisión de cada país de reducir el comercio con China. 

En todo caso, elegir bando de esta forma es una espada de doble filo. Los países que se han beneficiado de actuar como intermediarios en el desvío de mercancías chinas también podrían verse perjudicados a menos que puedan lograr una localización industrial completa, incluida la transferencia de propiedad intelectual y un mayor componente local. Entre los países asiáticos que tendrán que tomar decisiones figuran Vietnam, Malasia, Singapur y Corea del Sur.

La economía china tiene una fuerte dependencia de las exportaciones debido a sus capacidades de producción. No obstante, el país solo representa un 12% del consumo mundial. A menos que China consiga aumentar sustancialmente su participación en el consumo mundial para absorber la producción nacional, tendrá que convencer a los socios para que mantengan sus relaciones comerciales. 

Esto es especialmente importante para los países del hemisferio sur, que es donde más ha crecido el superávit comercial de China en los últimos años. Del billón de USD de superávit comercial chino, casi el 50% se mantiene con países del sur global y, de esa cantidad, 200.000 millones de USD corresponden a los últimos tres años. 

Ahora bien, no todo ese aumento del comercio con el sur global se debe al desvío de mercancías. Las empresas chinas exploran constantemente nuevos mercados y buscan otras fuentes de demanda para sus productos con el propósito de reducir los efectos de las barreras al comercio y diversificar los destinos de sus exportaciones. 

Otra posible estrategia que las empresas podrían estar valorando consiste en trasladar fuera de China la totalidad de sus cadenas de suministro, incluidas la propiedad intelectual y las operaciones. Esta estrategia, que sería similar a la que aplicó Japón en la década de los 80, tendría especial relevancia para las empresas orientadas a las exportaciones, más que para aquellas que abastecen el mercado doméstico o mercados que todavía son receptivos a las mercancías chinas.

Cambio radical de la economía mundial

La desglobalización trae consigo una desconexión y un aislamiento cada vez mayores en las relaciones comerciales e incluso en lo que respecta a los ciclos económicos. Un régimen global menos armonizado, en el que los ciclos económicos difieren más entre regiones de lo que lo han hecho durante décadas, nos hace pensar en una economía mundial menos eficiente. Además, el equilibrio entre crecimiento e inflación podría ser menos favorable conforme avancen las guerras comerciales. Ni a los bancos centrales ni a los inversores les gustaría una inflación más elevada en relación con el crecimiento.

A nuestro juicio, las empresas tendrán que valorar detenidamente a qué mercados desean dirigirse, y también decidir qué tecnología, cadenas de suministro y materiales van a utilizar. Un contexto de relaciones comerciales fraccionadas, cadenas de suministro y dinámicas de crecimiento frágiles, y sendas de política monetaria potencialmente divergentes probablemente complicará las decisiones de inversión de las empresas. En esa coyuntura, prevemos que las empresas tendrán dificultades para dirigirse a un público global. 

A la búsqueda de un nuevo equilibrio

Aunque parece que la dirección está clara, el ritmo y la magnitud del cambio son inciertos. Las señales esperanzadoras de la innovación tecnológica pueden contrarrestar parte del daño provocado por las guerras comerciales. Los responsables políticos que ahora promueven guerras comerciales podrían llegar a la conclusión de que los perjuicios son demasiado graves como para seguir adelante. Esto, a la larga, conduciría a una mayor estabilidad. Tampoco podemos subestimar la resiliencia del sector privado y su capacidad para encontrar soluciones a los problemas que van surgiendo.

Aunque el panorama a corto plazo parece complejo, instamos a los inversores a no perder la perspectiva. La desglobalización y las tensiones comerciales no son buenas para la economía mundial, pero no necesariamente tendrían que ser catastróficas. Después de más de 20 años estrechando lazos, puede que sea inevitable que el mundo se mueva en dirección contraria durante un tiempo.

Aunque los períodos de fricciones podrían ser duros para la economía mundial e incómodos para los invasores, creemos que a la larga alcanzará un nuevo equilibrio. 

*Según la Organización Mundial del Comercio y el Center for Strategic & International Studies.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.