Una mayor profundidad financiera puede aumentar la ratio ahorro nacional/PIB de un país y, por tanto, mejorar la liquidez de los activos locales, un factor potencialmente importante para evitar el contagio de acontecimientos económicos que afecten a los flujos de las carteras globales. Los países con mayor profundidad financiera también podrían tener la capacidad de sostener una mayor deuda pública y privada, registrar menores tasas de dolarización y presentar un menor riesgo de impago de su deuda soberana.
La creación de perfiles de riesgo basados en indicadores macro/de apalancamiento y financieros, tener en cuenta la profundidad financiera y comparar las calificaciones de riesgo de los ME por países permiten que los inversores puedan evaluar hasta qué punto los precios de los títulos y los valores de las monedas de los países reflejan los niveles de riesgo de crisis financiera sistémica en un momento determinado.
Comparaciones entre países de ME
En la región de Europa, Oriente Medio y África, Turquía se perfila como el país con el riesgo más elevado. Entre los riesgos más destacados figuran los siguientes: una posible burbuja de activos derivada de un fuerte incremento de los precios de los inmuebles, un aumento de la dolarización y un sistema financiero relativamente pequeño. Por el contrario, el sistema financiero sudafricano es el más sólido de la región, lo que constituye un importante factor positivo para la deuda soberana del país. Sudáfrica cuenta con una notable profundidad financiera, un sistema bancario en proceso de desapalancamiento durante los últimos 10 años y la ausencia de señales de burbujas de activos. Israel (con precios inmobiliarios elevados) y Arabia Saudita (fuerte crecimiento del crédito privado) muestran señales de recalentamiento, aunque parten de una base sólida.
En América Latina, México y Brasil cuentan con unos sectores financieros fuertes y estables, y, en el caso de Perú, la disminución de los riesgos macroeconómicos y una política monetaria creíble a largo plazo tienen su reflejo en reducción de la dolarización del país.
En los países asiáticos, China, India, Indonesia y Corea del Sur cuentan aparentemente con unos sistemas financieros estables. Aunque los niveles de crédito privado están aumentando en China y Corea del Sur, creemos que este incremento se ve compensado por una mayor profundidad financiera de sus sistemas bancarios. India e Indonesia cuentan en general con unos sistemas estables, sin señales de recalentamiento.
Los mercados emergentes han recorrido un largo camino desde la década de los 90 del siglo pasado, y muchos países ahora se benefician de una regulación independiente y de una gestión del riesgo más proactiva. Aunque las condiciones económicas pueden cambiar rápidamente, por ahora, los riesgos del sector financiero en los países de ME parecen en gran medida manejables. No obstante, tal y como han demostrado los últimos acontecimientos en Estados Unidos y Europa, en un entorno marcado por el endurecimiento de las condiciones de liquidez a escala mundial, los inversores deben estar atentos a futuras señales de fragilidad.