Siguiendo las pistas de la desinflación en estrategias multiactivos

15 mayo 2023
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La última subida de tipos de interés de la Reserva Federal del 0,25% a principios de mayo probablemente habrá puesto fin a uno de los ciclos de endurecimiento monetario más agresivos de los últimos 40 años. Además, el incremento acumulado del tipo oficial del 5% en tan solo un año comienza a surtir efecto en los sectores sensibles a los tipos y en la inflación.

La inflación general ha alcanzado cotas máximas en la mayoría de las principales economías, en gran medida gracias al abaratamiento de las materias primas. La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos, de carácter más volátil, sigue en niveles históricamente altos, pero se ha estabilizado. Los consumidores ya están viendo un incremento del poder adquisitivo real. En consecuencia, prevemos que la inflación siga disminuyendo en los próximos meses, con sus correspondientes implicaciones para las estrategias de inversión multiactivos.

Los problemas del sector bancario podrían favorecer una bajada de la inflación

El endurecimiento de las condiciones crediticias a raíz de la crisis del sector bancario, que dio lugar a una rápida reformulación de las expectativas de tipos en marzo, podría sumarse a las fuerzas desinflacionarias. Evidentemente, creemos que es necesario estar atentos a la situación bancaria, aunque no pensamos que vaya a derivar en una crisis como la de 2008. Además, ahora que los bancos centrales están haciendo una pausa en las subidas de tipos, existe una visión más clara sobre hacia dónde se dirigen los tipos, lo que podría contribuir a la estabilidad de los mercados financieros.

La caída de los costes de la vivienda finalmente surte efecto

La vivienda fue uno de los factores más persistentes del incremento de la inflación durante el año pasado, y nos anima la perspectiva de que el incremento interanual de los precios pueda haber tocado techo (Gráfico). Era algo que se esperaba. El incremento de los precios de compra de viviendas, así como de los nuevos alquileres (línea verde), que se muestra en los índices de precios (línea azul) con un retraso de cerca de un año, tocó techo a comienzos de 2022. Basándonos en los indicadores generales y en nuestro modelo interno (línea azul), creemos que la inflación de la vivienda seguirá normalizándose durante 2023 y contribuirá de manera decisiva a reducir la inflación.

El descenso de los costes de la vivienda puede tardar meses en reflejarse en la inflación
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El descenso de los costes de la vivienda puede tardar meses en reflejarse en la inflación

Los análisis históricos y actuales, así como las las previsiones actuales, no garantizan resultados futuros. 
El indicador adelantado de alquileres se basa en los datos de alquileres de Zillow correspondientes a nuevos arrendamientos, de los últimos 12 meses; las previsiones del índice de precios de la vivienda se basa en datos trimestrales anualizados; el modelo de AB se basa en el crecimiento de los salarios, el porcentaje de viviendas en alquiler disponibles y el precio de la vivienda. 
IPC: gasto en consumo personal
A 28 de abril de 2023 
Fuente: Bloomberg, Goldman Sachs, Haver Analytics, y AllianceBernstein (AB)

También se nota la caída del precio de las materias primas

Puede que también se tarde tiempo hasta que los cambios en los costes de los insumos se transmitan a los consumidores. Por ejemplo, los precios de las materias primas globales se han desplomado desde sus niveles máximos: el trigo ha caído un 20% en los cuatro primeros meses de 2023 (Gráfico, izquierda). No obstante, ese descenso no se ha transmitido hasta ahora, especialmente en los precios de los alimentos (Gráfico, derecha). Las tasas de inflación de las materias primas alimentarias (línea púrpura), que han registrado un fuerte descenso desde marzo de 2022, ya están en terreno deflacionista.

Sin embargo, la inflación de los costes de los alimentos para los consumidores finales (línea dorada) tocó máximos cinco meses después de que la inflación de las materias primas alimentarias alcanzara su cota más alta. Incluso si los precios de las materias primas permanecen en los niveles actuales, se espera que los incrementos de precios por parte de las empresas alimentarias estadounidenses (línea azul) regresen a sus parámetros normales. En otras palabras, creemos que los consumidores seguirán viendo una moderación en los precios de los bienes de consumo básico y los alimentos en los próximos 12 meses.

Los precios de los alimentos y la energía han seguido enfriándose en 2023
Los precios de los alimentos y la energía han seguido enfriándose en 2023

Los análisis históricos y actuales, así como las las previsiones actuales, no garantizan resultados futuros.
Inflación de los alimentos basada en datos trimestrales; Índice de precios de los alimentos de la FAO mostrado como Índice de alimentos de la ONU. 
PCE: gasto en consumo personal
A 28 de abril de 2023 
Fuente: Bloomberg, Evercore ISI, Haver Analytics y AB

Adaptar las asignaciones a renta variable con la trayectoria cambiante de la inflación

Las decisiones relativas a la asignación de activos se basan en un gran número de datos, pero el shock inflacionista de los últimos años ha provocado una volatilidad extrema y alterado las relaciones entre los activos. Conforme cambia el clima económico y de inversión, las decisiones tácticas de la asignación de activos pueden mejorar el perfil de riesgo/rentabilidad de una cartera.

Dado que comienza a normalizarse la inflación, y en un contexto de estabilización de los tipos de interés, los activos growth, como la renta variable, resultan ahora más atractivos.  El crecimiento de los beneficios empresariales probablemente haya tocado fondo en el primer trimestre; cerca del 78% de las empresas del S&P 500 que ya han presentado resultados han superado las estimaciones, según datos de FactSet, y muchas prevén un incremento del crecimiento de los beneficios en el segundo semestre del año. Por tanto, si la inflación sigue normalizándose y puede evitarse una recesión prolongada, cabría esperar una mayor recuperación de los mercados de renta variable.

Vemos características atractivas en cada uno de los mercados regionales, como, por ejemplo, Estados Unidos, por la solidez de los fundamentos de su economía y sus márgenes; Europa, por su crecimiento cíclico y, ahora, China. El país asiático, el mayor mercado emergente del mundo, está reactivando su economía tras poner fin a los confinamientos por la COVID-19. Esta circunstancia, por sí sola, debería dar un impulso a las perspectivas de crecimiento mundiales de cara al futuro.

Adaptar la exposición a la renta fija y los elementos diversificadores de la cartera

Tras un doloroso período de rápidas subidas de tipos de interés, la rentabilidad de los bonos podría haber tocado techo, de forma que los puntos de entrada para los bonos corporativos y soberanos son ahora más atractivos que en los últimos años.

Creemos que una exposición moderada a la duración corta (o riesgo de tipos de interés) cobra sentido en este entorno. También apostamos por los bonos del Tesoro estadounidense, que de nuevo se convierten en elementos de diversificación eficaces más allá de la exposición a renta variable, al integrar en nuestra perspectiva el hecho de que los tipos de interés han tocado techo. La ampliación de los diferenciales de rentabilidad para los bonos corporativos high yield globales hace que sigan siendo unos valores atractivos, y creemos que debería ponerse el foco en los emisores con fundamentales empresariales sólidos, sobre todo en un mundo de bajo crecimiento.

El pésimo comportamiento relativo de los bonos en 2022 y el hecho de que no aportaran ventajas de diversificación obligaron a muchos inversores a ampliar la gama de activos diversificadores de las carteras. Los activos reales, como los inmuebles y las materias primas, así como las estrategias transversales de factores centradas en divisas y renta variable, ofrecen fuentes potenciales de diversificación de la rentabilidad. Dentro de la renta variable, dado que prevemos un entorno de crecimiento lento y caída de la rentabilidad, creemos conveniente un sesgo hacia la calidad y la rentabilidad.  Creemos que el rendimiento relativo superior del USD en 2022 se irá moderando durante el año mientras mejora el crecimiento económico, lo que favorecería al EUR a corto plazo.

Los inversores han tenido dos años frustrantes de repunte de tipos de interés e inflación, y la postura de la Fed sigue siendo moderadamente optimista. No obstante, creemos que los datos son coherentes con una mayor normalización de la inflación, y el sentimiento apunta a que las perspectivas de crecimiento se mantienen en cierta media. Esto tendrá consecuencias para las estrategias multiactivos y exigirá un enfoque dinámico para equilibrar los ajustes en el posicionamiento estratégico y táctico.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.