La COVID-19 pone a prueba el capitalismo de los grupos de interés
La crisis del coronavirus está redefiniendo el liderazgo en ESG. Al aumentar el impacto social y económico de la pandemia, asistimos a la primera gran prueba de la era del capitalismo de los grupos de interés.
El verano pasado, 181 CEO estadounidenses firmaron una declaración conjunta en que se comprometían a que sus empresas incluirían consideraciones para todos los grupos de interés, no solo los accionistas. En una declaración emitida por la Business Roundtable, los líderes empresariales, desde Amazon a Xerox, ratificaron su compromiso con el apoyo de la salud medioambiental y social de las comunidades en las que llevan a cabo su actividad y la adopción de prácticas sostenibles en todas sus empresas. En la actualidad, medidas que en el pasado podrían haber sido desdeñadas como meramente filantrópicas o de relaciones públicas, se están contemplando a través de una lente totalmente diferente.
Home Depot, por ejemplo, congeló recientemente los precios de los productos considerados de alta demanda durante la actual crisis sanitaria. La empresa también amplió la baja remunerada a los trabajadores de más de 65 años, que son los que presentan más riesgo de enfermar por la infección de coronavirus. Alibaba Group ha dejado de cobrar comisiones temporalmente a sus vendedores. PayPal ha establecido un fondo de ayuda para los empleados con necesidades de liquidez a corto plazo. Microsoft ofrece durante seis meses de forma gratuita su software colaborativo a organizaciones sin ánimo de lucro.
Los inversores reciben de buen agrado este tipo de acciones corporativas. Aunque es posible que estas medidas no favorezcan directamente a las ganancias a corto plazo, los inversores entienden cada vez más que las empresas que siguen los criterios ESG verán reforzado su posicionamiento competitivo al rebajar el riesgo regulatorio, fortalecer la fidelización de los clientes y reforzar el compromiso de los trabajadores.
Llamada a la sostenibilidad global
Los desafíos creados por la crisis del coronavirus son una llamada a la sostenibilidad global. Del mismo modo en que los gobiernos no pueden vencer al virus sin el sector privado, los mayores desafíos medioambientales y sociales del mundo no pueden resolverlos por sí solas las políticas públicas. Los gobiernos pueden crear políticas y marcos legales favorables, pero, en última instancia, precisan de la capacidad innovadora y financiera del sector privado para impulsar un cambio significativo. Además, las empresas con las mejores soluciones pueden aprovechar sustanciales oportunidades de crecimiento a largo plazo.
Sin embargo, no siempre es fácil para los inversores identificar qué empresas pueden beneficiarse de estas tendencias sostenibles. En nuestra opinión, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) suponen una buena guía de inversión para las empresas sostenibles, pues señalan el camino hacia cambios estructurales a largo plazo que impulsarán el crecimiento. Cumplir la ambiciosa agenda de las Naciones Unidas exigirá más de 90 billones de dólares de capital a lo largo de un periodo de 15 años y el grueso de esta cantidad provendrá del sector privado.
Identificar temas de crecimiento a largo plazo
Los temas de inversión derivados de los ODS ofrecían una amplia gama de oportunidades de inversión incluso antes de que el mundo se viera sacudido por el coronavirus. Ahora, la crisis está cambiando comportamientos y creando oportunidades, así como acelerando algunas tendencias que ya estaban presentes.
Las tecnologías de la información y la comunicación ya eran vitales para la agenda de los ODS como un medio para compartir conocimiento, conectar comunidades y dotar de empoderamiento económico. En el mundo actual de distancia social, las tecnologías de la comunicación digital que respaldan la “virtualización de todo” están cobrando una fuerza enorme. Las empresas que ofrecen el hardware y el software que nos permiten trabajar, comprar, aprender, hacer ejercicio y recibir asistencia sanitaria de forma digital asistirán claramente a un fuerte aumento de la demanda a corto plazo. Por ejemplo, los usuarios diarios de Zoom se han disparado a más de 200 millones en marzo, desde los 10 millones que tenía la aplicación en diciembre. Creemos que es probable que este dinamismo se mantenga más allá del periodo actual.
Las compañías de tecnología financiera y de pagos contribuyen al crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes), otro objetivo clave de los ODS. Aunque estas empresas suponen una parte importante del empleo y el crecimiento económico, a menudo las entidades financieras tradicionales no las atienden en la medida necesaria. Las soluciones fintech amplían el alcance de las firmas más pequeñas, aumentan su rentabilidad y les proporcionan un mejor acceso al capital en condiciones favorables. La actual crisis pone de manifiesto la vital importancia de las pymes y las empresas que las apoyan.
La salud, en el foco
La lucha contra la pandemia evidentemente ha situado el foco en los temas relacionados con la salud. Promover la salud y el bienestar es un objetivo fundamental de los ODS y las necesidades globales son ingentes, en especial, en los países menos desarrollados y en las comunidades más pobres. Sin embargo, la reciente crisis ha expuesto la fragilidad de los sistemas sanitarios globales, incluso los de los países más ricos.
La solución a esta crisis será, en última instancia, el desarrollo de una vacuna, que muy probablemente logrará una empresa innovadora del sector privado, si bien también serán importantes otras soluciones; la telemedicina, el descubrimiento de fármacos y las pruebas diagnósticas estimulan la innovación y reducen el coste de la prestación de servicios de atención sanitaria y amplían su alcance, ayudando a reforzar la resiliencia de las sociedades globales.
Seguir con valores sostenibles
Desde nuestro punto de vista, las empresas sostenibles tienen poder de permanencia en el largo plazo. Han demostrado con claridad su resiliencia en épocas de debilitamiento de los mercados. Y aunque es cierto que una recuperación podría favorecer, al menos temporalmente, a los títulos que se comportaron peor en la oleada de ventas, creemos que las perspectivas a largo plazo para los valores sostenibles son muy prometedoras. Desde nuestro punto de vista, la crisis está brindando nuevos catalizadores para aquellas empresas que pueden proporcionar soluciones innovadoras a nuestros mayores desafíos medioambientales y sociales. Volviendo a orientarse la atención a los ODS a medida que el mundo salga de la sacudida del coronavirus, los inversores pueden identificar a las empresas que contribuyen a mejorar la resiliencia y la salud a largo plazo de la sociedad y las carteras de renta variable.