El comienzo de 2025 ha sido muy positivo para la renta variable de mercados emergentes (ME), que ha repuntado un 4,5% (en USD) hasta el 14 de marzo. No obstante, se entiende que haya recelos a la hora de invertir en estos valores. No hay que olvidar que los mercados emergentes no lo han tenido fácil en los últimos diez años.
Ahora, sin embargo, los fundamentales de su renta variable están recuperándose impulsados por la fortaleza de unas estimaciones de beneficios al alza. Además, desde una perspectiva a largo plazo, sus rentabilidades son más positivas. De hecho, nuestro análisis demuestra que, a pesar de las fluctuaciones, las acciones de ME llevan superando en rentabilidad a las de los mercados desarrollados (ME) desde 2001 (Gráfico). Creemos que esta diferencia de rentabilidad, unida a los intentos frustrados de acertar el mejor momento de entrar o salir de una inversión, hace que quedarse al margen resulte arriesgado para los inversores, sobre todo si los mercados emergentes pueden mantener su recientes ganancias.
Pensemos en el coste. Basta con que un inversor se pierda el 5% de los mejores meses para los ME desde 2001 —es decir, solo 15 de 290 meses— para que la renta variable de esos mercados tenga una rentabilidad un 3% inferior a la de los MD en términos anualizados. Incluso perderse cinco o diez de los mejores meses para la renta variable de ME en ese período de 24 años resultaría en una rentabilidad relativa inferior respecto a las acciones de MD. Conclusión: es mejor estar invertidos.
Encontrar estrategias para impulsar la confianza
Es evidente que no siempre será un camino de rosas. No obstante, si se estuvo invertido en acciones de ME durante los 15 mejores y peores meses desde 2001, estas habrían superado en rentabilidad a las de MD en un 1,8% anual. Además, nuestro análisis señala que, desde 2001, la renta variable de ME ha superado en rentabilidad a la de los MD en más de un 3% mensual con una frecuencia ligeramente superior a la frecuencia con la que habría tenido una rentabilidad un 3% inferior (mensual).
Como es lógico, no todos los inversores tienen horizontes a largo plazo. Además, los mercados emergentes tienen una serie de riesgos particulares. Dado que no es nada fácil intentar acertar el mejor momento de entrar o salir de una inversión, creemos que los inversores deben apostar por estrategias de ME que refuercen su confianza para permanecer invertidos. Entre ellas estarían las carteras que tratan de contrarrestar la volatilidad aplicando estrategias defensivas o centrándose en empresas rentables de calidad con valoraciones atractivas. Dada la resiliencia a largo plazo y el fuerte potencial para generar alfa de la renta variable de ME, creemos que es el momento adecuado para que los inversores con escasas asignaciones a estos valores los examinen más detenidamente.