Por el contrario, los mercados europeos pueden ofrecer oportunidades atractivas para los inversores en dólares estadounidenses por lo que respecta a la cobertura de divisas, dado que unos costes negativos de la cobertura para los inversores estadounidenses mejorarán las rentabilidades en euros. Creemos que el crédito con grado de inversión denominado en euros ofrece unos fundamentales particularmente sólidos y una oportunidad de diversificación interesante para los inversores estadounidenses.
Las carteras equilibradas pueden ofrecer unas rentabilidades ajustadas por riesgo más elevadas
Apostamos desde hace mucho tiempo por un enfoque que gestiona de forma dinámica la exposición de una cartera al riesgo de crédito y de tipos de interés. Este enfoque puede combinar la deuda soberana y otra deuda de alta calificación con títulos de crédito con calificación inferior al grado de inversión en una única cartera de riesgo gestionado, con vistas a mejorar la rentabilidad ajustada por riesgo.
Esa combinación parece especialmente valiosa de cara a un 2023 potencialmente agitado. Tanto la deuda pública como los bonos con grado de inversión de Reino Unido y la zona euro están arrancando el año con unas rentabilidades notablemente superiores a las obtenidas en la historia reciente, lo que ofrece un mayor potencial alcista en periodos de aversión al riesgo futuros. Y el crédito de mayor rentabilidad puede aportar rentabilidades relativamente elevadas cuando los mercados se mantienen estables.
Creemos que este tipo de enfoque de cartera equilibrada puede capturar mejor el potencial de rentabilidad que ofrecen los mercados de alto rendimiento, pero normalmente con retrocesos más limitados que en el caso de una cartera exclusivamente de alto rendimiento. También puede ofrecer liquidez en tiempos de tensión en el mercado. Adoptando este enfoque de mitigación de riesgos, los inversores pueden reajustar fácilmente su cartera, cambiando valores con grado de inversión con precios más elevados por crédito de alto rendimiento cuando surgen puntos de entrada atractivos.
Creemos que la complejidad y diversidad de los mercados europeos ofrecerán nuevas oportunidades para los inversores activos en 2023. La zona euro se mantiene a la cabeza de la inversión en factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y observamos nuevas perspectivas de añadir valor gracias a una buena selección de valores basada en un análisis riguroso de las emisiones de bonos verdes y otros bonos con etiqueta ESG.
Un enfoque dinámico seguirá siendo clave, dado que los avances y retrocesos pueden invertirse rápidamente en un entorno volátil, y la capacidad de invertir tácticamente ofrece el potencial de añadir más valor en una región muy diversa. Tras los retrocesos de 2022, creemos que los inversores —y las rentabilidades— arrancan 2023 en unas condiciones mucho mejores y confiamos en que un posicionamiento sensible al riesgo en crédito europeo se vea recompensado en los próximos meses.