Evidentemente, existe el riesgo de que los diferenciales se amplíen, algo que pudimos constatar en abril, cuando los diferenciales crediticios se descontrolaron temporalmente como reacción a los nuevos aranceles. No obstante, el sector mostró resiliencia y los diferenciales terminaron por estrecharse. Esto pone de manifiesto tanto el carácter persistente de los diferenciales, que pueden mantenerse dentro de rangos durante largos períodos de tiempo, como los sólidos fundamentales del actual mercado de deuda high yield.
No obstante, creemos que los diferenciales pueden ampliarse ante el repunte de los tipos a corto plazo por las expectativas de recortes de la Fed. Sin embargo, dado que los bonos high yield probablemente se beneficien del repunte de tipos, los precios de los bonos high yield podrían incrementarse incluso aunque se amplíen los diferenciales. Por último, los riesgos asociados al comercio no van a desaparecer a corto plazo, por lo que pronosticamos que la volatilidad de los diferenciales se mantendrá.
Prevemos que los yields permitan amortiguar suficientemente los efectos negativos en los precios de la ampliación de los diferenciales, subrayando así la resiliencia del mercado de la deuda high yield.
La incertidumbre en torno al comercio ha provocado un reajuste de los presupuestos de las empresas
Aparte de provocar turbulencias en los mercados y de mantener en vilo a los socios comerciales de Estados Unidos, la incertidumbre en materia de comercio ha tenido el efecto imprevisto de fortalecer los balances de las empresas. Dada la dificultad de elaborar presupuestos en un entorno tan caótico como el actual, los emisores de deuda high yield han decidido incrementar su capital circulante y mantener la deuda en niveles manejables mientras esperan a que se aclare la cuestión de los aranceles y el comercio.
Este enfoque presupuestario más conservador se refleja tanto en el escaso volumen de nuevas emisiones netas en los mercados europeo y estadounidense como en el uso que hacen las empresas de los fondos que obtienen de dichas emisiones. Sería preocupante, tanto para nosotros como para el mercado, que hubiera una explosión de nuevas emisiones, sobre todo si se utilizan para financiar compras apalancadas y operaciones de fusiones y adquisiciones. Pero eso no es lo que estamos viendo.
En su lugar, las nuevas emisiones han consistido en gran medida en renovaciones de deuda y refinanciación (Gráfico), que son acciones corporativas benignas que han mantenido unos diferenciales estables y un universo de inversión de deuda high yield relativamente limpio. Incluso en el caso de shock externo, no prevemos un ajuste en el segmento high yield, ya que el sistema ya se ha deshecho en gran medida de los excesos del mercado.