La inflación también se desacelera, aunque no tan rápido como desearían los responsables de política monetaria. El índice de precios del gasto en consumo personal —el barómetro de inflación preferido de la Reserva Federal— repuntó un 0,2% en julio por segundo mes consecutivo, añadiendo cierta presión alcista a los rendimientos. No obstante, el índice se aleja de su tasa anual más baja desde hace más de dos años.
Además, los bancos regionales afrontan presiones de liquidez. El Programa de Financiación Bancaria a Plazo de la Fed, diseñado para apuntalar la liquidez del sistema bancario estadounidense, expirará en marzo de 2024. Dado que la liquidez bancaria supone una preocupación persistente y que los bancos regionales tratan de deshacerse de la deuda procedente de los créditos privados y los préstamos apalancados, estas entidades podrían presentar otro riesgo que la Fed deberá evaluar. Esto es especialmente relevante, dada su importancia como entidades que ofrecen financiación a las pequeñas y medianas empresas.
Los riesgos económicos también pueden presionar los rendimientos
Los rendimientos del Tesoro también podrían caer en caso de deterioro de otros barómetros de la salud económica. El índice del Institute for Supply Management’s Purchasing Managers —un indicador fiable de la confianza empresarial—arrojó un dato peor de lo esperado en agosto. Tradicionalmente ha existido una relación entre los niveles de los PMI y los rendimiento del Tesoro, por lo que conviene vigilar este índice.
También podría influir el déficit presupuestario de Estados Unidos. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, se prevé que el déficit acumulado del período comprendido entre 2024 y 2033 alcance los 20.000 millones de USD o más del 6% del PIB estadounidense. Superar el umbral del 6% sería una anomalía histórica. Si aumenta el coste del servicio de la deuda, el Gobierno de Estados Unidos tendrá que invertir menos fondos en otros programas, lo que podría afectar al crecimiento económico.
Evidentemente, la Reserva Federal tendrá la última palabra. Con un tipo de interés de los fondos federales en la franja de 5,25-5,5%, la política monetaria ya se encuentra en territorio restrictivo. Si el crecimiento económico se mantiene, pero la inflación sigue desacelerándose, es probable que la Fed vire hacia su tipo neutral del 2,5%. Si Estados Unidos entra en recesión, los tipos podrían caer incluso más (Gráfico).