El riesgo de liquidez ha vuelto a protagonizar los titulares recientemente tras el hundimiento de varios fondos muy destacados. Se ha abierto la veda para encontrar maneras de gestionar el riesgo de liquidez y proteger las carteras frente a nuevos reveses —aunque no todos los inversores estarán a la altura de esta misión—.
Los problemas de liquidez se han venido gestando desde la crisis financiera global, dado que un endurecimiento de la regulación ha obligado a los bancos a reforzar sus balances y recortar su exposición a negocios como la creación de mercados para el segmento de los valores. ¿El resultado? Las actividades de negociación principales de los bancos ya no proporcionan abundante liquidez a los mercados, por lo que el riesgo de liquidez se ha transferido de los bancos a los valores —y a los titulares de bonos—. Creemos que los inversores tienen que responder asegurándose de utilizar una gobernanza rigurosa, una tecnología de vanguardia y una construcción de carteras sensible al riesgo.
Número 1: Marco de gobernanza rigurosa
La primera salvaguarda frente al riesgo es una mejor gobernanza. Para el riesgo de liquidez, esto significa que los gestores de cartera deben controlar constantemente los precios de los valores y las asignaciones a diferentes tipos de valores. Los precios que no concuerdan con los de valores comparables, o precios «anticuados» que se mantienen estáticos durante periodos prolongados, pueden ser signos indicativos de riesgos, incluyendo el riesgo de liquidez.
La aplicación diaria de un proceso de gobernanza efectivo debería incluir comprobaciones internas de las discrepancias de precios y revisiones de los informes de excepciones. Con una menor frecuencia (digamos, cada cinco días), esas revisiones de precios se deberían contrastar con vendedores externos. Y con una periodicidad mensual, el equipo de gobernanza debería analizar y debatir los datos de precios y liquidez con el equipo de gestión de carteras. Dentro de estas revisiones, la liquidez de la cartera se debería someter a pruebas de estrés utilizando diferentes escenarios.
Las revisiones de liquidez son sumamente efectivas cuando se observan a través de diferentes prismas —por ejemplo, la comparación de evaluaciones internas con las de especialistas terceros que disponen de metodologías propias—. Estas comparaciones ofrecen una evaluación objetiva adicional del perfil de liquidez de los activos de renta fija de una cartera.