Desde el aumento de las amenazas climáticas hasta los crecientes problemas sociales, las motivaciones para crear un mundo más sostenible ya no se pueden ignorar. No obstante, para resolver estos problemas no podemos depender exclusivamente de los gobiernos y la filantropía. Los inversores desempeñan un papel importante a la hora de apoyar las iniciativas del sector privado para abordar los retos que redefinirán la vida en la tierra en las próximas décadas.
Sin embargo, las inversiones que tratan de mejorar el mundo se han puesto en tela de juicio. Los escépticos sostienen que los criterios de inversión medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) pueden ser subjetivos en el mejor de los casos e interesados en el peor. No estamos de acuerdo con esa idea, siempre que los inversores se aferren a criterios objetivos y adopten un punto de referencia independiente y reconocido para sus procesos de inversión. Un ejemplo excelente son los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS ONU), una iniciativa poderosa y de gran importancia cuyo propósito es lograr una transformación global del mundo. Dichos objetivos también pueden guiar a los inversores hacia empresas que aborden algunos de los ámbitos de mayor relevancia para la humanidad.
¿Por qué los ODS de las ONU son importantes para los inversores?
Para que las aspiraciones se hagan realidad, los inversores necesitan un marco coherente para definir la sostenibilidad, y los ODS proporcionan justamente eso. Se trata de una serie de objetivos adoptados por los 193 Estados miembros de la ONU como un medio concreto para abordar los problemas de sostenibilidad a largo plazo. Su propósito es definir las tareas más acuciantes que son necesarias para crear un futuro sostenible y próspero desde el punto de vista económico, social y medioambiental. Con un total de 17 objetivos y 169 metas específicas, los ODS abordan cuestiones como, por ejemplo, poner fin pobreza y el hambre, mejorar el acceso a la educación y la atención sanitaria, y combatir los efectos negativos del cambio climático.
Según las Naciones Unidas, alcanzar estos objetivos exigirá una inversión de alrededor de 90 billones de USD durante 15 años, desde 2015 hasta 2030. Sin embargo, el gasto público no será suficiente para lograrlo. El sector privado —y los inversores en renta variable— debe formar parte de la solución. Por tanto, los inversores que deseen contribuir a un futuro más sostenible a la vez que obtienen rentabilidades financieras atractivas pueden canalizar su capital hacia empresas cuyos productos y servicios estén alineados con los ODS. Son estas empresas las que, de hecho, constituyen una regla de oro para los inversores responsables.
Nuestras estrategias de inversión sostenibles con arreglo al artículo 9 del SFDR, que abarcan distintas clases de activos, utilizan los ODS ONU como marco para identificar productos y servicios que contribuyen a dichos objetivos de sostenibilidad. Este marco nos aporta una metodología coherente para dirigir nuestra inversión hacia emisores que buscan soluciones para los retos medioambientales y sociales. También realizamos un análisis ESG fundamental para evaluar cada empresa de manera individual, en vez de depender exclusivamente de sistemas de puntuación «top-down» de terceros. Hemos diseñado las carteras expresamente para ayudar a crear un beneficio social a la vez que tratamos de generar rentabilidades financieras sólidas.
Trasladar los temas de desarrollo sostenible a un proceso de inversión
En nuestras carteras sostenibles de renta variable, renta fija y multiactivos, las empresas que cumplen los requisitos para ser incluidas deben obtener una elevada proporción de sus ingresos de productos o servicios alineados con los ODS que promuevan tres temas principales: clima, salud y empoderamiento. (Para los bonos soberanos y los valores titulizados, hemos adaptado nuestro marco y creado distintas orientaciones y criterios de alineación).
¿Por qué estos temas? Porque pensamos que representan los principales problemas amenazan el medio ambiente, la economía y la sociedad, y requieren una ingente cantidad de inversión privada. Las iniciativas que aborden la infinidad de efectos del cambio climático son vitales para el futuro de nuestro planeta. La atención sanitaria es una necesidad humana básica que se está redefiniendo mediante unos servicios y tratamientos innovadores Asimismo, encontrar fórmulas para que las poblaciones marginadas por las fuerzas económicas y sociales disfruten de un mundo mejor es fundamental tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo.
Con este enfoque se pretende que los inversores tengan acceso a las tres fuentes principales de desarrollo y crecimiento sostenibles a través de una metodología estructurada. Estos temas exigen una inversión de capital constante, por lo que tendrán una enorme importancia durante muchos años.
Elegir temas con una visión prospectiva del mundo permite detectar oportunidades de inversión interesantes y crear carteras diferenciadas. Numerosos inversores en renta variable construyen sus carteras a partir de un índice de referencia. Sin embargo, estos son inherentemente retrospectivos y no nos dicen cómo será el futuro. Al poner el foco en cuestiones climáticas, de salud y empoderamiento, hemos diseñado nuestras carteras para que estén alineadas con los cambios futuros. Estos tres temas también ofrecen una exposición diversificada a sectores y regiones, lo que convierte a nuestras estrategias en sólidas alternativas a los fondos convencionales desde la perspectiva del riesgo y la rentabilidad.