Las empresas chinas de propiedad estatal tienen la clave para lograr la neutralidad de carbono

14 septiembre 2022
12 min read

ESG en acción

China ha prometido alcanzar la neutralidad de carbono en 2060, y las empresas de propiedad estatal (SOEs) son responsables de la mitad de las emisiones de CO2 del país. Pero las SOEs también participan de forma importante en los sectores de las energías renovables y otras energías bajas en carbono. Es importante para los inversores entender el ecosistema en el que operan las SOEs para tener una perspectiva adecuada de cuáles son los desafíos macro y microeconómicos que determinarán el éxito de los planes de neutralidad de carbono a largo plazo de China.

Tema
Las SOEs son responsables de la mitad de las emisiones del país y son una parte fundamental de la ecuación de neutralidad del carbono. Es posible que, en el contexto chino, los incentivos para la reforma ecológica basados en el mercado, como los impuestos al carbono, no funcionen tan eficazmente.
Argumento de inversión
Entender cómo encajan las SOEs en la agenda de reforma ecológica de China puede ayudar a los inversores a identificar a las compañías que están impulsando el cambio —y que se van a beneficiar de los esfuerzos para combatir el cambio climático.
Objetivos de colaboración
Las conversaciones con los equipos gestores de las SOEs y de las compañías privadas en China ayudan a entender el comportamiento ESG. Aunque las SOEs están controladas por el estado, con frecuencia están en sintonía con las preocupaciones ESG de los inversores extranjeros.

Las empresas de propiedad estatal (SOEs) de China son enormes emisores de CO2. Pero también son un componente esencial de los esfuerzos para reducir los gases de tipo invernadero en el mayor emisor y segunda mayor economía del mundo. Los inversores deben entender el papel de las SOEs en la economía y qué es lo que impulsa a estas compañías a entender mejor las oportunidades que están creando los planes de neutralidad de carbono de China.

Los esfuerzos globales para combatir el cambio climático no tendrán éxito sin la participación de China. A lo largo del siglo 21, el rápido desarrollo económico del país ha hecho que aumente de forma constante el consumo de energía, en contraste con EEUU y la Unión Europea, donde se ha mantenido plano e incluso ha empezado a descender (Gráfico). Las SOEs generaron en torno a seis gigatones de CO2 al año, lo que supone cerca de la mitad de las emisiones de China —mucho más que todas las emisiones de EEUU o de la UE.

China es fundamental para la acción climática global
China es fundamental para la acción climática global

El análisis actual no garantiza futuros resultados.
*Europa se basa en la definición de la OCDE de países europeos.
†Incluido Hong Kong
Gráfico izquierdo a 31 de diciembre de 2019; gráfico derecho a 31 de diciembre de 2020
Fuente del gráfico izquierdo: International Energy Agency y AllianceBernstein (AB)
Fuente del gráfico derecho: Global Carbon Project. Columbia University Center on Global Energy Policy es la fuente para las estimaciones de emisiones de las SOE chinas.

Descifrar la agenda medioambiental 

La buena noticia es que el gobierno chino ha puesto los temas medioambientales en lo alto de la agenda nacional. El presidente Xi Jinping anunció en 2020 los planes de alcanzar el máximo de emisiones de CO2 en 2030 y completar la transición hacia la neutralidad de carbono en 2060. Pero no es fácil descifrar los detalles de las iniciativas medioambientales en una enorme economía, dirigida por el estado. Y puesto que las SOEs representan una cuota importante de la actividad empresarial de China y una cuota todavía mayor de sus emisiones, son parte integral de la ecuación de neutralidad de carbono.

Para comprender los esfuerzos de descarbonización de China, AllianceBernstein (AB) se ha asociado con la Columbia Climate School de la Universidad de Columbia en un programa de trabajo titulado The Making of a Green Giant: Decarbonization with Chinese Characteristics (La creación de un gigante verde: descarbonización con características chinas). Esta serie de seminarios virtuales intenta ayudar a los inversores a explorar la intersección de tecnología, oportunidades de inversión y transición energética de China. Los expertos de Columbia y AB abordan temas como la política energética, la energía solar y eólica, los vehículos eléctricos y la fabricación industrial. El taller empezó en junio como parte de la colaboración de AB con la Columbia Climate School, de la que AB es el miembro fundador del Programa de Empresas Afiliadas (Corporate Affiliate Program) de la escuela. La colaboración intenta ayudar a los inversores a aprender sobre la ciencia del cambio climático, que va a afectar a las compañías de todo el mundo.

Para China, las consideraciones de descarbonización están estrechamente vinculadas al desarrollo económico y constante crecimiento. China es una “superpotencia híbrida,” lo que significa que tiene atributos propios de una economía avanzada y otros de una economía en desarrollo. 1 Esta combinación de atributos y especialmente sus características de país en desarrollo, son relevantes para la política y el consumo energéticos, ya que las proyecciones de las agencias de energía especializadas, apuntan de forma consistente a que la demanda energética de China seguirá elevándose de forma considerable, en contraposición con lo que ocurre en las economías avanzadas.  

Las SOEs están en todas partes

Las SOEs están en el corazón de la historia de reforma ecológica de China. Mires donde mires en la economía basada en el carbono de China, encontrarás SOEs, desde las eléctricas de carbón hasta los proveedores de petróleo, las empresas industriales fuertes, los grupos de transporte y las firmas financieras.

Pero las SOEs también dominan en las renovables de China y otros sectores de energías limpias. La rápida proliferación de la energía solar, eólica e hidroeléctrica en China no podría suceder sin ellas.

Los críticos pueden decir que las SOEs son ineficientes y están mal gestionadas. Pero esta reputación no tiene en cuenta una cosa: las SOEs son participantes clave en el esfuerzo de China por descarbonizar su economía y, del mismo modo que las compañías privadas, no han sido creadas igual y deberían ser juzgadas por sus méritos. Además, las SOEs representan en torno a un tercio de las acciones cotizadas de China, por lo que los inversores que buscan asignación a los mercados de renta variable de China no pueden evitarlas.

En lo que respecta a las reformas ecológicas, el ecosistema en el que operan las SOEs es una red de entidades interrelacionadas que apoyan la implementación de la política gubernamental. Los mecanismos de interacción entre el gobierno, los reguladores, los accionistas y la gestión de la compañía darán forma al cambio medioambiental.

En las economías dominadas por las compañías privadas, incentivar la reforma es relativamente sencillo. Los accionistas privados quieren maximizar los beneficios, por eso, políticas como los sistemas de comercialización de las emisiones y los impuestos al carbono pueden ser muy eficaces. Las empresas que no se ajusten de forma proactiva pagarán un precio —y los beneficios se resentirán.

Los accionistas estatales tienen objetivos mucho más amplios. A pesar de su rápido progreso, China todavía se enfrenta a los enormes desafíos de una economía en desarrollo, entre ellos la notable disparidad de ingresos entre regiones y la falta de acceso a combustible de cocina limpio de 400 millones de personas. Los objetivos de la política gubernamental incluyen el desarrollo económico y social y el acceso a la energía, lo que debe considerarse junto con los esfuerzos por reducir las emisiones de CO2. En consecuencia, creemos que las políticas basadas en el mercado son excesivamente unidimensionales para el sistema chino y no necesariamente lograrán los objetivos deseados.  

Caso de estudio: Activos abandonados y la economía de una planta de energía china

Estas diferencias pueden examinarse de forma más precisa analizando la economía de una planta de energía china y el riesgo de abandono de activos.

Los activos abandonados son un tema común en el análisis de inversión de la transición energética global. Se refieren a la posibilidad de que los inversores inviertan en exceso en combustibles fósiles y no puedan recuperar las inversiones a un ritmo razonable si la regulación medioambiental reduce las operaciones de las plantas contaminantes. Pero la preocupación por los activos abandonados se manifiesta de forma muy diferente para los inversores del sector privado en compañías que cotizan en bolsa que para las posiciones del gobierno en las SOEs. Estas diferencias ayudan a explicar por qué China sigue construyendo plantas energéticas de carbón a la vez que aumenta sus esfuerzos de descarbonización.

En China, construir una planta de carbono de propiedad estatal involucra a muchas SOEs (Gráfico). Entre ellas están un banco, una constructora local, un proveedor de carbón y un comprador de red. Sus relaciones deben tenerse en cuenta en el análisis financiero de la planta eléctrica que hace el gobierno.  

Análisis económico a nivel de país de una planta de energía china
Análisis económico a nivel de país de una planta de energía china

Exclusivamente para fines informativos
Fuente: Columbia University Center on Global Energy Policy

Para nuestro ejemplo, el Centro sobre Política Energética Global de la Universidad de Columbia ha modelado el coste de la electricidad y los costes de capital asumiendo un ratio de apalancamiento de 80% deuda/20% renta variable y unos costes de capital y de operación coherentes con el mercado chino. 2 Para evaluar el riesgo de activos abandonados, la pregunta clave es: ¿Cuánto se tarda en generar una rentabilidad general positiva para la compañía?

En el caso de una planta privada, podría tardar más de 20 años. Por eso, si una planta de carbón es obligada a cerrar 12 o 15 años después de construirse, los inversores se quedarían con unos activos abandonados y una rentabilidad negativa de su inversión (Gráfico). Este es un riesgo real en un entorno regulatorio en rápida evolución. 

Evaluar la economía de una planta de energía china
Evaluar la economía de una planta de energía china

Exclusivamente para fines informativos
NPV: valor actual neto
Fuente: Clark, Benoit and Walters. “Government shareholders, wasted resources and climate ambitions: why is China still building new coal-fired power plants?” Climate Policy, abril 2022.

El contexto chino es completamente diferente. Esto se debe a que el accionista de la compañía eléctrica es el gobierno, que también posee múltiples entidades vinculadas a la planta y no ha construido la planta únicamente para generar beneficios para la eléctrica. El objetivo más amplio es proporcionar electricidad de bajo coste a los hogares, empresas y consumidores.

Visto desde esta perspectiva, la planta SOE china genera una rentabilidad mucho más elevada que una planta de propiedad privada. Obtiene un beneficio económico para el accionista estatal hacia el año ocho en la ilustración modelada (aunque simplificada) más arriba. En consecuencia, los activos solo estarían abandonados si las plantas cierran antes de ocho años —un escenario altamente improbable. Esto ayuda a explicar por qué, a pesar de que algunos analistas occidentales dicen que muchas plantas chinas no son rentables, el gobierno chino no está perdiendo dinero con estas instalaciones.

Basándose en esta simulación, en un reciente artículo publicado por Climate Policy, los investigadores Alex Clark, Philippe Benoit y Jonathan Walters alegaban que la métrica estándar para analizar el coste de la producción de electricidad es demasiado estrecha para la realidad china. El coste nivelado de la electricidad (LCOE) es una conocida medida que sirve para determinar si es económicamente razonable invertir en energía de carbono, solar o eólica a través de un análisis estandarizado comparativo. Pero para China, el estudio proponía un coste económico nivelado de electricidad (LECOE) como una forma complementaria y en cierto modo más apropiada de observar el análisis coste-beneficios más amplio del gobierno. El LECOE incorpora en la evaluación aportaciones clave (como costes de financiación domésticos frente a extranjeros, precios del combustible importado frente a costes de producción domésticos, e impuestos) empleando metodologías económicas a nivel de país, en lugar de las herramientas financieras tradicionales (Gráfico).

Los objetivos estatales exigen un marco analítico diferente
Los objetivos estatales exigen un marco analítico diferente

Fuente: Clark, Benoit y Walters. “Government sharseholders, wasted resources and climate ambitions: why is China still building new coal-fired power plants?” Climate Policy, abril 2022.

Integrar los temas ESG en la economía de estructura descendente de China

¿Por qué es importante esta distinción para los inversores? Porque una vez que reconocemos la diferencia sistémica entre una planta eléctrica de propiedad estatal china y una planta privada, podemos plantear las preguntas adecuadas sobre cómo encajan las compañías en los planes de neutralidad de carbono de China. Más allá del ejemplo anterior, el marco SOE se encuentra en muchas otras áreas y sectores que participarán en las reformas ecológicas de China.

Los inversores deben darse cuenta de que gran parte del impulso de los esfuerzos medioambientales de China viene de un enfoque descendente que tiene origen en su liderazgo político. En consecuencia, para analizar las credenciales ecológicas de las compañías chinas hay que adoptar un enfoque ESG diferente del que los inversores aplican normalmente a las compañías occidentales.

Por ejemplo, consideremos la gobernanza corporativa. Las calificaciones ESG estándar suelen otorgar a las compañías SOE chinas bajas puntuaciones en gobernanza. La mayor parte de los consejos de administración no están compuestos por un 50% de consejeros independientes. Normalmente no se informa sobre la remuneración. Las transacciones con otras partes interesadas  —debido al ecosistema de las SOE—son algo normal.

El control estatal de las compañías también significa que los cambios políticos que provienen de la cúspide sobre temas medioambientales pueden tener un profundo efecto sobre las decisiones empresariales. Creemos en la seriedad de China sobre la necesidad de afrontar el cambio climático a largo plazo porque su propia economía y población se beneficiarán. Observar de cerca los movimientos políticos de China puede proporcionar claves importantes sobre cómo se comportarán las compañías.

Los inversores pueden descubrir cómo está sucediendo esto a base de colaborar con los equipos directivos de la compañía. El equipo de Renta Variable de China de AB ha descubierto que, con frecuencia, las SOEs se sienten más cómodas hablando sobre objetivos climáticos que las compañías privadas. Las compañías privadas en China también están sujetas a cierto grado de influencia estatal (una relación que ha fluctuado a lo largo del tiempo), pero están impulsadas por motivos de beneficios similares a las de sus homólogas occidentales. Algunas todavía no han aceptado la idea de que volverse ecológicas es algo bueno para los accionistas.  

Colaborar con el equipo directivo: las SOEs están a la escucha

Como gestores activos, el equipo de Renta Variable China de AB colabora de forma rutinaria con la dirección de las compañías. Estos esfuerzos nos ayudan a comprender el compromiso, comportamiento e impacto ESG de una compañía. En cierto modo, debido al peso del accionista estatal, es más difícil influir en los equipos directivos de las SOEs chinas que en los de sus homólogas occidentales que cotizan en bolsa. Sin embargo, los inversores privados (tanto de renta variable como de renta fija) sí tienen un papel que jugar.

En primer lugar, las SOEs chinas —y sus accionistas gubernamentales—están generalmente muy interesados en atraer inversión extranjera y aumentar el precio de sus acciones; quieren escuchar lo que los accionistas tienen que decir. En segundo lugar, en el sistema corporativo y financiero chino, se supone que las SOEs responden a los mercados de capital cuando sea posible; esto incluye considerar el capital privado internacional como una fuente futura de financiación. En tercer lugar, colaborar con el equipo directivo puede ayudar a los inversores a saber qué compañías son más conscientes de los temas ESG y cómo distinguir a los malos actores ESG.

A través de estas colaboraciones, AB ha descubierto que las compañías responsables no se alinean netamente con las etiquetas SOE o no-SOE, o con la idea preconcebida de que las SOEs podrían ir rezagadas en los temas ESG. Por ejemplo, recientemente hemos colaborado con una compañía tecnológica muy grande, de propiedad privada y nos dimos cuenta de que estaba muy por detrás de la curva y dedicaba muy pocos recursos a ESG.

Por el contrario, China Yangtze Power, una gran SOE, es bastante proactiva en temas de sostenibilidad. La compañía es más conocida por su Three Gorges Dam, la planta de generación de energía hidroeléctrica más grande del mundo. En nuestras conversaciones con el equipo directivo, descubrimos que, aunque es una compañía hidroeléctrica y produce emisiones de CO2, está trabajando en planes para mejorar la transparencia e información sobre temas medioambientales. También ha adoptado importantes iniciativas de biodiversidad, entre ellas establecer un instituto para ayudar a proteger los esturiones de los ríos chinos. Aunque China Yangtze es una SOE, conecta con las preocupaciones ESG de los inversores, y desde luego, los temas de reputación que le afectan a sí misma y a su accionista el gobierno.

Compañías como estas son vitales para los esfuerzos de descarbonización de China. También ofrecen a los inversores una visión de cómo se enfrentará el gobierno a los desafíos de la descarbonización a lo largo del tiempo. Aunque el gobierno ha prometido combatir el cambio climático, está equilibrando una agenda macroeconómica precaria y la necesidad de fomentar el crecimiento del PIB, por eso habrá altos y bajos en la implementación política. 

¿Puede tener éxito la agenda climática?

El éxito, en especial dentro del contexto del mercado de capital internacional más amplio, dependerá de varios factores. En primer lugar, los inversores y los responsables de la política energética deben reconocer que la estructura económica de China merece un enfoque diferente. Desde nuestro punto de vista, los incentivos del mercado libre, como los sistemas de comercialización de las emisiones y los impuestos al carbono, son menos efectivos en China.

En segundo lugar, China necesita herramientas de política climática apropiadas a su realidad.  El precio del carbono en la sombra, por ejemplo, que incorpora los costes medioambientales en el análisis de los proyectos energéticos e industriales, se adapta bien a las SOEs que tienen que aunar los objetivos económicos amplios de su accionista estatal con sus propios objetivos financieros a nivel corporativo y podrían ayudar a convencer a los que toman las decisiones de optar por proyectos verdes.

En tercer lugar, se necesita más investigación en áreas como el impacto de la creciente riqueza sobre la energía y las emisiones, y por extensión, sobre las SOEs, que han seguido siendo actores estratégicos clave. Esto, a su vez, tiene implicaciones sobre cómo las SOEs pueden financiar su transición a bajo carbono. Observar los costes verdaderos de la energía y el riesgo de abandono de activos también puede apoyar la toma de decisiones ecológicas sólidas por parte de los propietarios estatales.

Con la orientación política y la financiación adecuadas, creemos que las SOEs pueden ayudar a China a avanzar en el camino hacia la neutralidad de carbono. Los inversores que apliquen una mentalidad ESG y un análisis independiente a las circunstancias especiales de China podrán identificar a las compañías que impulsan el cambio y que van a salir beneficiadas cuando los esfuerzos por combatir el cambio climático cobren vigor.  

1Philippe Benoit y Kevin Tu, Is China Still a Developing Country? And Why It Matters for Energy and Climate, Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, 2020.
2Alex Clark, Philippe Benoit y Jonathan Walters, “Government shareholders, wasted resources and climate ambitions: why is China still building new coal-fired power plants?” Climate Policy, abril 2022.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.