Integrar los temas ESG en la economía de estructura descendente de China
¿Por qué es importante esta distinción para los inversores? Porque una vez que reconocemos la diferencia sistémica entre una planta eléctrica de propiedad estatal china y una planta privada, podemos plantear las preguntas adecuadas sobre cómo encajan las compañías en los planes de neutralidad de carbono de China. Más allá del ejemplo anterior, el marco SOE se encuentra en muchas otras áreas y sectores que participarán en las reformas ecológicas de China.
Los inversores deben darse cuenta de que gran parte del impulso de los esfuerzos medioambientales de China viene de un enfoque descendente que tiene origen en su liderazgo político. En consecuencia, para analizar las credenciales ecológicas de las compañías chinas hay que adoptar un enfoque ESG diferente del que los inversores aplican normalmente a las compañías occidentales.
Por ejemplo, consideremos la gobernanza corporativa. Las calificaciones ESG estándar suelen otorgar a las compañías SOE chinas bajas puntuaciones en gobernanza. La mayor parte de los consejos de administración no están compuestos por un 50% de consejeros independientes. Normalmente no se informa sobre la remuneración. Las transacciones con otras partes interesadas —debido al ecosistema de las SOE—son algo normal.
El control estatal de las compañías también significa que los cambios políticos que provienen de la cúspide sobre temas medioambientales pueden tener un profundo efecto sobre las decisiones empresariales. Creemos en la seriedad de China sobre la necesidad de afrontar el cambio climático a largo plazo porque su propia economía y población se beneficiarán. Observar de cerca los movimientos políticos de China puede proporcionar claves importantes sobre cómo se comportarán las compañías.
Los inversores pueden descubrir cómo está sucediendo esto a base de colaborar con los equipos directivos de la compañía. El equipo de Renta Variable de China de AB ha descubierto que, con frecuencia, las SOEs se sienten más cómodas hablando sobre objetivos climáticos que las compañías privadas. Las compañías privadas en China también están sujetas a cierto grado de influencia estatal (una relación que ha fluctuado a lo largo del tiempo), pero están impulsadas por motivos de beneficios similares a las de sus homólogas occidentales. Algunas todavía no han aceptado la idea de que volverse ecológicas es algo bueno para los accionistas.
Colaborar con el equipo directivo: las SOEs están a la escucha
Como gestores activos, el equipo de Renta Variable China de AB colabora de forma rutinaria con la dirección de las compañías. Estos esfuerzos nos ayudan a comprender el compromiso, comportamiento e impacto ESG de una compañía. En cierto modo, debido al peso del accionista estatal, es más difícil influir en los equipos directivos de las SOEs chinas que en los de sus homólogas occidentales que cotizan en bolsa. Sin embargo, los inversores privados (tanto de renta variable como de renta fija) sí tienen un papel que jugar.
En primer lugar, las SOEs chinas —y sus accionistas gubernamentales—están generalmente muy interesados en atraer inversión extranjera y aumentar el precio de sus acciones; quieren escuchar lo que los accionistas tienen que decir. En segundo lugar, en el sistema corporativo y financiero chino, se supone que las SOEs responden a los mercados de capital cuando sea posible; esto incluye considerar el capital privado internacional como una fuente futura de financiación. En tercer lugar, colaborar con el equipo directivo puede ayudar a los inversores a saber qué compañías son más conscientes de los temas ESG y cómo distinguir a los malos actores ESG.
A través de estas colaboraciones, AB ha descubierto que las compañías responsables no se alinean netamente con las etiquetas SOE o no-SOE, o con la idea preconcebida de que las SOEs podrían ir rezagadas en los temas ESG. Por ejemplo, recientemente hemos colaborado con una compañía tecnológica muy grande, de propiedad privada y nos dimos cuenta de que estaba muy por detrás de la curva y dedicaba muy pocos recursos a ESG.
Por el contrario, China Yangtze Power, una gran SOE, es bastante proactiva en temas de sostenibilidad. La compañía es más conocida por su Three Gorges Dam, la planta de generación de energía hidroeléctrica más grande del mundo. En nuestras conversaciones con el equipo directivo, descubrimos que, aunque es una compañía hidroeléctrica y produce emisiones de CO2, está trabajando en planes para mejorar la transparencia e información sobre temas medioambientales. También ha adoptado importantes iniciativas de biodiversidad, entre ellas establecer un instituto para ayudar a proteger los esturiones de los ríos chinos. Aunque China Yangtze es una SOE, conecta con las preocupaciones ESG de los inversores, y desde luego, los temas de reputación que le afectan a sí misma y a su accionista el gobierno.
Compañías como estas son vitales para los esfuerzos de descarbonización de China. También ofrecen a los inversores una visión de cómo se enfrentará el gobierno a los desafíos de la descarbonización a lo largo del tiempo. Aunque el gobierno ha prometido combatir el cambio climático, está equilibrando una agenda macroeconómica precaria y la necesidad de fomentar el crecimiento del PIB, por eso habrá altos y bajos en la implementación política.
¿Puede tener éxito la agenda climática?
El éxito, en especial dentro del contexto del mercado de capital internacional más amplio, dependerá de varios factores. En primer lugar, los inversores y los responsables de la política energética deben reconocer que la estructura económica de China merece un enfoque diferente. Desde nuestro punto de vista, los incentivos del mercado libre, como los sistemas de comercialización de las emisiones y los impuestos al carbono, son menos efectivos en China.
En segundo lugar, China necesita herramientas de política climática apropiadas a su realidad. El precio del carbono en la sombra, por ejemplo, que incorpora los costes medioambientales en el análisis de los proyectos energéticos e industriales, se adapta bien a las SOEs que tienen que aunar los objetivos económicos amplios de su accionista estatal con sus propios objetivos financieros a nivel corporativo y podrían ayudar a convencer a los que toman las decisiones de optar por proyectos verdes.
En tercer lugar, se necesita más investigación en áreas como el impacto de la creciente riqueza sobre la energía y las emisiones, y por extensión, sobre las SOEs, que han seguido siendo actores estratégicos clave. Esto, a su vez, tiene implicaciones sobre cómo las SOEs pueden financiar su transición a bajo carbono. Observar los costes verdaderos de la energía y el riesgo de abandono de activos también puede apoyar la toma de decisiones ecológicas sólidas por parte de los propietarios estatales.
Con la orientación política y la financiación adecuadas, creemos que las SOEs pueden ayudar a China a avanzar en el camino hacia la neutralidad de carbono. Los inversores que apliquen una mentalidad ESG y un análisis independiente a las circunstancias especiales de China podrán identificar a las compañías que impulsan el cambio y que van a salir beneficiadas cuando los esfuerzos por combatir el cambio climático cobren vigor.