Para los inversores, el boom de la IA no acabará como las puntocom

16 abril 2024
3 min read

El boom tecnológico actual se basa en una mejora real de la eficiencia y por ello no es comparable con las puntocom.

La inteligencia artificial (IA) está dando mucho que hablar y hay motivos más que de sobra. Las nuevas formas de aprendizaje automático representan un aumento potencial de la productividad y estamos empezando a descubrir multitud de posibles aplicaciones de esta tecnología. No obstante, cabe preguntarse si el entusiasmo del mercado por la IA ha ido demasiado lejos.

El ingente gasto para incrementar de forma masiva la capacidad de computación despierta preocupación por la posibilidad de que se repita la burbuja de las puntocom de finales de la década de los 90 y principios de este siglo, cuando los precios inflados de las acciones tecnológicas terminaron por hundirse. Aunque entendemos que se hagan comparaciones, creemos que estas carecen de fundamentos sólidos. 

Para entender por qué, es necesario retroceder en el tiempo y analizar las causas de la burbuja de las puntocom

La burbuja de las puntocom: una lección sobre modelos de negocio insostenibles 

En los albores de la era de internet, los proveedores de telecomunicaciones y los operadores de cable destinaron miles de millones de USD a crear la infraestructura web, y las buenas condiciones de financiación, junto con la exuberancia de los inversores, provocaron que el precio de las acciones tecnológicas alcanzaran cotas nunca vistas. Sin embargo, los modelos de negocio necesarios para aprovechar esa infraestructura no estaban plenamente desarrollados, y las valoraciones de dichas acciones se situaron en niveles no respaldados por los fundamentales de las empresas. A la larga, una lista interminable de startups pasaron a estar sobrevaloradas, el capital se agotó y la burbuja estalló.

Puede que algunos sostengan que la actual construcción de servidores para la IA tiene su origen en la época de las puntocom, que tan nefastas consecuencias tuvo para los inversores. Al fin y al cabo, a finales de 2024, las empresas, los proveedores de servicios en la nube y las administraciones públicas habrán invertido más de 100.000 millones de USD en infraestructura de IA. 

Sin embargo, las similitudes con las puntocom acaban ahí. 

La infraestructura de IA se está financiando con ingresos, no con la especulación

A diferencia de muchas empresas de la era de las puntocom, las compañías de megacapitalización que están detrás de la construcción de la infraestructura para la nube ya son rentables. Estos activos están generando ingresos sustanciales, desde software de aplicaciones e infraestructura de la nube, hasta publicidad en redes sociales. Esto se refleja en la intensidad del capital invertido (es decir, el gasto en bienes de capital como porcentaje de los ingresos totales), que se ha mantenido estable porque la infraestructura que se construye ya se apoya en la demanda (Gráfico).

Los ingresos respaldan la construcción de infraestructura para la nube
Los ingresos respaldan la construcción de infraestructura para la nube

El análisis actual y las previsiones no garantizan resultados futuros.
La intensidad del capital representa el gasto en bienes de capital combinado de Meta Platforms, Microsoft, Google, Oracle y Amazon Web Services según las estimaciones de los ingresos empresariales de la nube generados por los centros de datos elaboradas por AB.
A 31 de enero de 2024.
Fuente: Alphabet Inc., Amazon Web Services, Meta Platforms, Microsoft, Oracle y AllianceBernstein (AB)

En lugar de prever el próximo producto estrella —una táctica fallida en el boom de las puntocom— los adalides rentables de la IA están invirtiendo en la infraestructura para la nube principalmente para mejorar la eficiencia. De hecho, puede que esa sea la mejor forma de ver la inteligencia artificial, es decir, como un factor que impulsa la eficiencia.

Todavía hay margen para una mayor inversión en IA

El boom actual del gasto se centra en la construcción de la próxima capa de infraestructura digital —conocida como «computación acelerada»—, donde la IA generativa solo es una de muchas aplicaciones. La computación acelerada es una forma más eficiente de infraestructura de computación que soporta cargas de trabajo tanto de IA como de otro tipo, desde recomendaciones de contenido de redes sociales hasta la segmentación probabilística, pasando por las simulaciones para el descubrimiento de medicamentos. Gran parte de esta infraestructura está basada en la nube. Se puede pensar en la nube como en una red de suministro para funciones de computación avanzada, muy parecida a una red eléctrica que suministra energía en el mundo real. La mejora de la eficiencia —y la rentabilidad de la inversión— que se consigue favorece que la adopción de la IA se esté produciendo a una velocidad mucho mayor de lo que muchos esperaban.

La computación acelerada constituye un nuevo paradigma para poder asumir unas cargas de trabajo que antes resultaban imposibles. ChatGPT estima que se habrían tardado más de cinco años en entrenar un modelo de lenguaje de gran tamaño con computación de propósito general empleando CPU de servidores de alta gama. Sin embargo, la utilización de GPU de servidores de alta gama con computación acelerada habría reducido ese tiempo a cuatro meses. La empresa de simulaciones ANSYS estima que ejecutar una simulación aerodinámica de alto nivel con computación acelerada permitiría que el tiempo de simulación fuera 33 veces inferior. 

Y todavía hay margen de sobra para seguir avanzando. Actualmente se envían entre 10 y 15 millones de CPU al año, en comparación con el escaso millón de servidores acelerados. Estimamos que menos del 25% de la capacidad de computación instalada a nivel mundial está acelerada (Gráfico), frente al porcentaje cercano al 0% de hace dos años.

Aumenta la proporción de la capacidad total de computación atribuible a la IA
Computación acelerada (porcentaje estimado de la base instalada mundial)
Aumenta la proporción de la capacidad total de computación atribuible a la IA

El análisis actual y las previsiones no garantizan resultados futuros.
Según las estimaciones de la base instalada de servidores de computación acelerada (GPU) y de propósito general (CPU) elaboradas por AB, y suponiendo que un servidor de computación acelerada representa el poder de computación de 30 servidores de propósito general.
Datos de 31 de marzo de 2024.
Fuente: Advanced Micro Devices, Intel, NVIDIA y AB

¿Las acciones tecnológicas están sobrevaloradas?

Creemos que la promesa de un aumento sustancial de la productividad es real. No obstante, la adopción y aplicación de la tecnología irá avanzando a lo largo de los años, y los inversores tardarán tiempo en identificar a los beneficiarios de este cambio radical de paradigma en el ámbito tecnológico.

Hemos llegado a un punto de inflexión que comenzó a comienzos de la década de los 90 del siglo pasado, un viaje que nos ha llevado de la banda estrecha a la banda ancha, de los móviles a la actual IA generativa. En vez de comparar esta etapa de la evolución tecnológica con la burbuja de las puntocom, creemos que es más conveniente verla como una extensión de la Web 3.0, una internet descentralizada muchísimo más eficiente conectada por redes de pares (peer-to-peer) y potenciada por el aprendizaje automático. 

En ese contexto, creemos que en 2022 ya se corrigió buena parte del exceso del mercado, cuando los valores tecnológicos se hundieron en un mercado bajista. Aunque las acciones tecnológicas se han recuperado parcialmente de dicha debacle, no creemos que estén tan sobrevaloradas como algunos inversores creen, y desde luego no se encuentran en los niveles observados en la época de las puntocom (Gráfico).

Las valoraciones actuales están muy por debajo de los niveles propios de la era de las puntocom
Nasdaq-100 Index
Las valoraciones actuales están muy por debajo de los niveles propios de la era de las puntocom

El análisis actual y las previsiones no garantizan resultados futuros.
A 9 de abril de 2024
Fuente: Bloomberg y AB

Los enormes ciclos tecnológicos sufren altibajos inevitables. Sin embargo, con independencia de las condiciones del mercado, los inversores en renta variable pueden beneficiarse de las oportunidades de inversión que ofrecen empresas innovadoras con capacidad disruptiva. En épocas pasadas, las empresas capaces de lograr innovaciones transformadoras han disfrutado de unas trayectorias de crecimiento asombrosamente largas y duraderas. Por tanto, creemos que las empresas con fosos competitivos diferenciados basados en la IA pueden ofrecer un crecimiento de los beneficios a largo plazo para los inversores.

Nos encontramos en una etapa muy incipiente de un ciclo de productos y de mejora de la infraestructura digital con capacidad transformadora. Las tendencias del sector apuntan a que no se trata de otra burbuja tecnológica. Por tanto, creemos que, con un enfoque paciente y disciplinado, los inversores en renta variable pueden identificar empresas con modelos de negocio sostenibles en el ámbito de la IA sustentados en beneficios reales y no en falsas promesas.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.