Los puntos de inflexión tecnológicos del pasado nos enseñaron a identificar a los triunfadores a largo plazo de la innovación transformativa.
La respuesta del mercado a la inteligencia artificial generativa (IAG) durante el pasado año implica que los inversores ya saben cómo se desarrollará esta revolución. Pero no vayamos tan rápido. Aunque es posible que nos encontremos en medio de un drástico cambio de paradigma tecnológico, sus resultados distan mucho de ser obvios y se tardará tiempo en percibirlos.
Durante gran parte de 2023, los mercados de renta variable de EE. UU. se caracterizaron por el entusiasmo generado por la IA. Las rentabilidades se concentraron en un grupo muy reducido de acciones consideradas las triunfadoras de la IA. Parece que el mercado asigna una alta probabilidad al supuesto de que estas empresas sean los líderes a largo plazo de la revolución de la IA, con los mayores aumentos de la rentabilidad. Los analistas de Wall Street ya realizan previsiones sobre los ingresos y beneficios que obtendrán de la IA las empresas consolidadas. Hay multitud de previsiones sobre cuántos usuarios iniciales atraerá Microsoft para Copilot, su herramienta de IAG prevista para noviembre. Algunos incluso predicen el fin de las búsquedas de internet tal y como las conocemos.
La carrera por el sistema operativo de IAG ha comenzado
Creemos que es demasiado pronto para hacer predicciones tan atrevidas —sobre todo por lo que respecta a la rentabilidad—. Sí, es cierto que la IAG marca un cambio de paradigma con potencial para generar aumentos de productividad masivos al reducir las barreras de entrada y estimular nuevos modelos de negocio. Sin embargo, durante los puntos de inflexión tecnológicos del pasado, los inversores también aprendieron importantes lecciones acerca de la evaluación del verdadero impacto a largo plazo de la innovación transformativa.
Actualmente son los gigantes tecnológicos los que se encuentran en el punto de mira. Cada uno de ellos quiere construir su propio gran modelo de lenguaje único y que se convierta en el futuro sistema operativo de IAG. En conjunto, el gasto en unidades de procesamiento gráfico (GPU) dedicadas a la IA alcanzará al menos los 25.000 millones USD solo en 2023. La innovación disruptiva crea una ventana de oportunidad para que las empresas consolidadas se adentren en el terreno de juego de las demás.
Las lecciones aprendidas del iPhone y de internet
Pero, ¿todas ellas serán las grandes triunfadoras de la IA a largo plazo? Y, lo que es más importante, ¿cómo pueden determinar los inversores qué empresas tienen los modelos de negocio adecuados para beneficiarse en un futuro dominado por la IA?
Un cierto contexto histórico puede ayudar a dar respuesta a estas preguntas. La IA en sí no es algo nuevo, pero la IAG, que asaltó el mundo en noviembre de 2022 con ChatGPT, ha sido bautizada como un momento iPhone de la innovación. El iPhone combinó internet, el ancho de banda móvil y el teléfono inteligente en un único dispositivo que permitió acceder a ingentes cantidades de información y generó eficiencias en todas las industrias.
Sin embargo, cuando se lanzó el iPhone en 2007, los triunfadores y perdedores a largo plazo no resultaron evidentes de inmediato. De hecho, las empresas más grandes —por capitalización bursátil y por beneficios de explotación— eran muy diferentes en 2007 de las que son hoy. Con el paso del tiempo han aparecido nuevos líderes con niveles de beneficios muy superiores. Algunas, como Apple, pueden haber sido más obvias. Pero el smartphone dio lugar a todo un nuevo ecosistema móvil. Solo entonces empezaron a despegar nombres tan conocidos como Meta, Spotify, YouTube y Venmo (Gráfico). En nuestra opinión, el momento iPhone de la IA todavía no ha llegado.