Desde luego, si la inflación se reduce mientras los bancos centrales mantienen los tipos de interés en niveles altos durante más tiempo, los tipos de interés reales pasarían a ser positivos. Esto puede añadir presión a las valoraciones de la renta variable, que están en función de la tasa de descuento utilizada para valorar los beneficios empresariales futuros. Creemos que las empresas cuyas acciones tienen actualmente valoraciones atractivas y con unas perspectivas sólidas de beneficios a largo plazo ofrecerán el mejor equilibrio entre riesgo y rentabilidad durante esta complicada transición.
Pendientes de la IA: ¿mito o realidad?
El bombo creado en torno a la IA que ha impulsado las valoraciones del mercado estadounidense este año refleja el reto fundamental que afrontan actualmente los inversores.
Muchas empresas se están entusiasmadas con la IA. ChatGPT alcanzó un número estimado de 100 millones de usuarios apenas dos meses después de su lanzamiento en noviembre de 2022. En las presentaciones de resultados del primer trimestre, IA, ChatGPT y otros términos relacionados fueron mencionados por 317 empresas del MSCI ACWI Index, según los análisis realizados por nuestro equipo de ciencias de datos, que examinaron más de 2.000 transcripciones de presentaciones de resultados a escala mundial. Aunque IA fue el término más citado por las empresas tecnológicas, también figuraba como tema central para numerosos sectores, desde el de consumo discrecional hasta el industrial.
Claramente, el mundo empresarial comienza a pensar seriamente en crear eficiencias a partir de la IA generativa, incluida la industria de la gestión de activos. No obstante, se tardará un tiempo hasta saber qué empresas y productos presentan una ventaja competitiva en la carrera por la IA. Las primeras estrellas de una revolución disruptiva no son necesariamente las que resulten ganadoras a largo plazo.
El boom de las puntocom es un ejemplo aleccionador. Al comienzo de la era de internet, empresas como AOL y Netscape dominaban la nueva escena, pero su brillo se disipó rápidamente. Las start-up de internet comenzaron a proliferar, impulsadas por el miedo de los inversores a perder la carrera por ese nuevo oro que era la tecnología. Cuando estalló la burbuja, muchas víctimas de esa exuberancia irracional sufrieron enormes pérdidas.
Sin embargo, el tiempo ha demostrado que internet fue realmente revolucionario. Ha cambiado nuestro mundo hasta hacerlo irreconocible, además de crear nuevos sectores y empresas líderes de megacapitalización. La IA también podría insuflar nueva vida al sector tecnológico y más allá de este, y muchas empresas hablarán de sus planes para implantar u ofrecer productos basados en ella. En la primera ola, los facilitadores tecnológicos, es decir, las empresas que fabrican las herramientas necesarias, adquirirán popularidad. Pero solo número muy reducido de ellas conseguirá buenos resultados a la hora de generar mejoras en la rentabilidad a partir de la tecnología. En algunos casos, si los productos basados en IA se utilizan de forma masiva, como en las actividades de investigación y desarrollo del sector salud, las ventajas de rentabilidad para las empresas individuales podría verse erosionada. Si bien determinados facilitadores tecnológicos de IA podrían merecer unas valoraciones elevadas, creemos que los inversores en renta variable deben ir con mucho cuidado a la hora de predecir la repercusión de la IA generativa en el mundo empresarial en general.
Los inversores activos siempre deben centrarse en el negocio subyacente de las empresas. En un entorno de mercado donde reina la exageración, cuando un grupo pequeño de acciones se dispara en bolsa, puede resultar tentador apostar por posiciones abarrotadas. Sin embargo, creemos que actualmente es fundamental adoptar un enfoque disciplinado a la hora de invertir en un contexto de entusiasmo por la IA, con cambios históricos en las condiciones de inversión. Mantener un enfoque estratégico sobre cómo las empresas de los distintos sectores pueden generar crecimiento empresarial a largo plazo es la clave para conseguir buenos resultados con la inversión en renta variable de cara a un futuro radicalmente diferente.