Los inversores en mercados emergentes (ME) han soportado una década de escasas rentabilidades. No obstante, las cosas podrían estar cambiando. Según los cálculos de la revista The Economist, el precio de las hamburguesas en distintos países indica que las divisas de ME están baratas en la actualidad, como hace 20 años, antes del prolongado rally de las acciones y bonos de ME.
Desde 1986, The Economist ha recopilado datos para comparar la cotización de las divisas en base al precio de un Big Mac de McDonald’s en distintos países. Como la propia publicación reconoce, se trata de un “indicador desenfadado sobre si las divisas están en su nivel correcto”, basado en el concepto de paridad del poder adquisitivo (PPP). Los datos “burgernomics” se ajustan según el PIB per cápita para tener en cuenta las diferencias en los niveles salariales existentes entre países más ricos o pobres.
La simple observación de los datos de The Economist revela que la mayoría de divisas de ME están relativamente baratas en la actualidad (línea azul del gráfico). El won surcoreano y la rupia india tienen una infravaloración del 19,6% y 41,2%, respectivamente. Comprar una hamburguesa en Sudáfrica o Filipinas es alrededor de un 34% más barato de lo que cabría esperar. La rupia indonesia y el dólar de Taiwán están todavía más baratos.
Hay algunas excepciones, como el peso argentino, que está comparativamente caro. Pero esta moneda no cotiza libremente en el mercado.
Comparar las divisas con el comportamiento de bonos y acciones
¿Se mueven al unísono la cotización de las divisas y el mercado? Como muestran los puntos de color lila (gráfico), en junio de 2011 la mayoría de divisas de ME estaba sobrevaloradas. El motivo era que el superciclo de las materias primas de la década precedente impulsaba la apreciación de las divisas de países como Brasil, Colombia o Sudáfrica. Para muchos países exportadores de materias primas, la sobrevaloración de su moneda acabó por desencadenar un deterioro macroeconómico generalizado, por lo que las acciones y bonos de ME se quedaron tremendamente rezagados entre 2011 y 2022.
Si nos retrotraemos a 2001, la divisas de ME estaban en su mayor parte infravaloradas. En los 10 años siguientes, las acciones y bonos de ME se dispararon, impulsados por la enorme demanda de materias primas de China, que se había marcado unos ambiciosos objetivos de crecimiento del 10% anual. Ello propició unos cuantiosos volúmenes de inversión directa extranjera y flujos de cartera dirigidos hacia las acciones, bonos y divisas de ME.
Un punto de partida sólido
Las expectativas para los ME son modestas, y las circunstancias económicas globales no se parecen en nada a las de hace 20 años. La inflación es elevada, el crecimiento chino se ha ralentizado y no es probable que haya otro superciclo de las materias primas.
Pero consideramos que la interesante valoración de las divisas crea unas condiciones favorables para que los países y empresas de ME superen esos retos , en un entorno de cambio en el saldo de riesgos. Después de una década perdida, la actual valoración de las divisas supone un buen punto de partida para que los inversores vuelvan a familiarizare con carteras de bonos y acciones de ME cuidadosamente diseñadas para plasmar su atractivo potencial de recuperación.