En otras palabras, en períodos de inflación y tipos de interés elevados, las rentabilidades de los bonos suelen ser superiores. El resultado es un descenso de la prima de riesgo de la renta variable (ERP), el exceso de rentabilidad que los inversores prevén obtener sobre un tipo sin riesgo. Sin embargo, entre 1983 y 2008, cuando el ERP se encontraba en niveles similares a los actuales, el S&P 500 ofreció rentabilidades anualizadas sólidas, del 10,2%.
3. ¿Por qué los inversores no deberían limitarse a hacer acopio de los «Siete Magníficos»?
Aunque el año pasado los riesgos macroeconómicos hicieron mella en el mercado, la IA generativa supuso un estímulo para los inversores ante la idea de un cambio de paradigma tecnológico capaz de aumentar la productividad y la rentabilidad. La respuesta fue un fuerte repunte de los «Siete Magníficos»: Alphabet Inc. (Google), Amazon.com, Apple, Meta Platforms, Microsoft, NVIDIA y Tesla. A finales de año, estos valores representaban el 28% de la capitalización de mercado del S&P 500.
Qué duda cabe que la megacapitalización estadounidense incluye algunas empresas magníficas. Creemos que las carteras de renta variable deberían incluir o excluir valores individuales, en las ponderaciones adecuadas, con arreglo a sus filosofías de inversión. Sin embargo, sus patrones de negociación están ahora estrechamente correlacionados, de manera que una caída de la confianza en el conjunto de esos siete valores podría salirles caro a aquellos inversores que hagan acopio de todos ellos.
La revolución de la IA que ha sobrealimentado sus rentabilidades también conducirá a una mayor competencia entre las empresas de megacapitalización, lo que podría afectar a la rentabilidad. Además, creemos que es demasiado pronto para saber quiénes serán los grandes ganadores de dicha revolución, ya que se trata de una tecnología que apenas ha empezado a encontrar aplicaciones comerciales. En puntos de inflexión anteriores del sector tecnológico, las empresas que realizaban fuertes inversiones en infraestructura no eran necesariamente las que más las rentabilizaban o las más beneficiadas.
Durante 2023, el MSCI World de igual ponderación se situó a la zaga de su índice correspondiente ponderado por capitalización. La historia indica que después de unas rentabilidades extremadamente reducidas, cuando se produce una ampliación del mercado, esta puede permanecer durante varios años. Nadie es capaz de predecir cuándo ocurrirá esto. No obstante, después de que más del 70% de los componentes del S&P 500 se situaran a la zaga del mercado en 2023 —y muchas acciones rindieran por debajo de su propio crecimiento de los beneficios— creemos improbable que persista el predominio de los «Siete Magníficos».