Los bonos high yield ofrecen rentabilidades superiores a la renta variable cuando los diferenciales se amplían
Los diferenciales de crédito se ampliaron casi un 60% en abril por el impacto que tuvieron los aranceles en el mercado. Aun así, los bonos high yield han superado en rentabilidad al conjunto del mercado de renta variable desde mediados de febrero. A nuestro juicio, esto demuestra la resiliencia del sector y supone una posible oportunidad de compra.
Aunque es cierto que los diferenciales podrían seguir ampliándose, no creemos que eso sea especialmente preocupante. Los elevados rendimientos que ofrecen los bonos high yield —resultado de unos yields más altos de los bonos del Tesoro y unos diferenciales de crédito más amplios— permiten amortiguar en gran medida los efectos negativos en los precios que provoca una mayor ampliación de los diferenciales. Tradicionalmente, los mercados de crédito suelen repuntar tras una fuerte corrección de la renta variable y, cuando los diferenciales son tan amplios como ahora, las condiciones tienen que empeorar rápidamente para que los bonos high yield no ofrezcan una rentabilidad competitiva.
A veces, antes de actuar, los inversores esperan hasta que los diferenciales se encuentren en niveles incluso más amplios. Nosotros creemos que casi nunca es la opción más prudente. No solo es prácticamente imposible prever los movimientos de los diferenciales de crédito, sino que, mientras esperan, los inversores se pierden el potencial de rentas elevadas y rentabilidad.
La selección del crédito es fundamental para esquivar los impagos
Es probable que prevalezca un contexto de aranceles moderados. Esto podría generar tensiones comerciales constantes a escala mundial que no se sabe cómo acabarán. Partiendo de un marco conservador basado en probabilidades, creemos que los bonos high yield destacan como una de las mejores clases de activos para gestionar distintos escenarios de crecimiento.
En este entorno precario, la selección de sectores y de crédito tendrá una importancia vital. Aunque es posible que se produzca una oleada de impagos, creemos que solo afectaría a la deuda de peor calidad. Las emisiones con calificación CCC nos parecen especialmente arriesgadas, ya que generalmente concentran la mayor proporción de los impagos de la deuda high yield. Sin embargo, los bonos con calificaciones superiores a CCC —sobre todo el crédito cíclico sensible a la economía— también pueden presentar un riesgo elevado si el crecimiento se desacelera y aumenta la volatilidad del mercado.
Por el contrario, los valores de alta calidad y duración más corta nos parecen atractivos en estos momentos. Las asignaciones a bonos high yield de duración más corta exponen a los inversores a un menor riesgo de tipos de interés, a la vez que ofrecen altos niveles de rentas y un perfil de riesgo/rentabilidad atractivo en un entorno cada vez más incierto.
La gestión activa puede ayudar a gestionar el riesgo
Dado que es probable que se mantenga la incertidumbre, creemos que los inversores deberían apostar por una gestión activa para superar los retos específicos del período actual. Un análisis fundamental minucioso permite a los gestores activos centrarse en sectores menos susceptibles a la debilidad económica y, a su vez, identificar valoraciones erróneas.
Los efectos negativos de los aranceles y el deterioro de la confianza de los consumidores justifican un análisis especialmente detenido. En el nuevo entorno arancelario, algunas empresas tendrán más dificultades que otras, y teniendo en cuenta los mayores costes de endeudamiento y la intensificación de las tensiones comerciales, la economía estadounidense no podrá soportar los shocks igual que lo hacía antes. Si los aranceles avivan las presiones inflacionistas en un entorno de crecimiento más lento, la Fed tendrá que sopesar hasta dónde puede bajar los tipos.
No obstante, creemos que es en momentos como este cuando la deuda high yield tiene el potencial de superar en rentabilidad a otras clases de activos. Para los inversores que busquen requilibrar sus carteras, creemos que los bonos high yield podrían ser una forma inteligente de reducir el riesgo global sin sacrificar el potencial de rentabilidad.