La importancia de la biodiversidad en la inversión

07 febrero 2024
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Los inversores se enfrentan al reto de entender, analizar y gestionar los riesgos de biodiversidad.

Desde los rinocerontes negros en peligro de extinción de Sudáfrica hasta la decreciente selva amazónica, las amenazas a la diversidad de la vida en la Tierra no paran de crecer. La protección de la biodiversidad —animales, plantas y otros organismos vivos, así como los ecosistemas de los que forman parte— es imprescindible para mantener la salud de nuestro planeta y los productos, los servicios y la actividad económica que sostienen nuestra vida cotidiana. A pesar de ello, hasta hace muy poco la biodiversidad no figuraba entre las prioridades de los inversores, algo que puede parecer extraño, dada la importancia que reviste como componente vivo del mundo natural. Junto con los recursos abióticos —los componentes no vivos del mundo natural, como la tierra, el agua, el aire y los minerales—, la biodiversidad comprende el capital natural, que es el patrimonio mundial de activos naturales.

El capital natural proporciona los elementos básicos que posibilitan los servicios ecosistémicos —los beneficios positivos que tanto la sociedad como la economía obtienen de la naturaleza— para el mantenimiento de la vida y la creación de riqueza. Por ello, la mera pérdida de biodiversidad podría costar billones de dólares a la economía mundial en los próximos años, aparte de los billones atribuibles al cambio climático.

La biodiversidad es, sencillamente, el sistema que permite mantener la vida en el mundo, el pilar para producir la práctica totalidad de productos y servicios. 

La red de la vida: los riesgos de biodiversidad son muy complejos

Durante muchos años, los gobiernos y los inversores se han centrado en los efectos materiales del cambio climático sin tener en cuenta apenas el papel del mundo natural. Sin embargo, ahora existe un reconocimiento cada vez más amplio de la elevada interconexión y los numerosos bucles de retroalimentación entre el cambio climático y la naturaleza, así como una mayor comprensión de los riesgos asociados a la biodiversidad.

Debido a interconexión dentro y entre los ecosistemas, el riesgo de biodiversidad resulta especialmente complejo. Los servicios ecosistémicos pueden agruparse en cuatro categorías interconectadas: la regulación de los procesos naturales de los ecosistemas, como la polinización; el suministro de productos físicos, como los alimentos; los beneficios culturales o inmateriales derivados de una relación armoniosa entre las personas y sus entornos; y, lo más importante, la infraestructura de apoyo, representada por la producción de oxígeno, los ciclos de agua y nutrientes y la formación de suelo, sin la cual no sería posible el resto de servicios ecosistémicos (Gráfico).

De qué modo los servicios ecosistémicos benefician a las empresas y a la sociedad
Cuatro categorías diferentes, pero coincidentes
De qué modo los servicios ecosistémicos benefician a las empresas y a la sociedad

Fuente: Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, Ecosystems and Their Services, en Ecosystems and Human Well-Being: A Framework for Assessment
(Washington, DC: Island Press, 2003).

La idea de la interconexión cobra importancia a la hora de estudiar los detonantes de la pérdida de biodiversidad. El cambio del uso de la tierra (como la deforestación) y del mar constituye una de las mayores amenazas para la biodiversidad. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, la conversión de tierras es la principal causa de la reducción del 69% de las especies silvestres (mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces) desde 1970.

Sin embargo, la deforestación no solo atenta contra la vida silvestre: también afecta al clima.  Por ejemplo, la selva amazónica absorbe actualmente un 30% menos de dióxido de carbono que en la década de los 90 del siglo XX debido a la tala de árboles con el propósito de construir explotaciones ganaderas. La deforestación reduce la capacidad de los bosques para almacenar y liberar humedad a la atmósfera.

Esta reducción de la humedad procedente de la selva amazónica tiene graves consecuencias para el ciclo hidrológico mundial—el proceso de lluvia, evaporación, congelación y deshielo en todo el mundo— lo que a su vez perjudica a los hábitats de un mayor número de especies y cambia el clima global. La deforestación de otro 20% de  la selva amazónica podría liberar más de 90.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, 2,5 veces más que las emisiones  de combustibles fósiles que se producen anualmente en todo el mundo.

Existe un lado positivo, ya que la interconexión funciona en ambas direcciones: abordar conjuntamente el cambio climático y la pérdida de biodiversidad puede suponer una doble conquista. Por ejemplo, las medidas adoptadas para reducir la deforestación del Amazonas pueden contribuir a reducir la velocidad y gravedad del cambio climático al generar más sumideros de carbono para hacer frente a los crecientes flujos de carbono.

La Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos puso de relieve la conexión entre la naturaleza y el clima cuando estimó que, en un escenario de calentamiento por debajo de los 2  C, las soluciones basadas en la naturaleza, como las infraestructuras verdes y el secuestro y almacenamiento de carbono, podrían llevar a cabo hasta un 37% de la mitigación de carbono necesaria entre ahora y 2030, y un 20% entre ahora y 2050.

Dicho de otro modo, abordar la pérdida de biodiversidad y el cambio climático es una vía para resolver dos problemas sistémicos (Gráfico).

Problema doble: cambio climático y pérdida de biodiversidad
Altamente correlacionados y con efectos posiblemente agravantes
Problema doble: cambio climático y pérdida de biodiversidad

Fuente: S. Diaz et al., eds., Global Assessment Report on Biodiversity and Ecosystem Services (Bonn, Alemania: Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services, 2019); Bronson W. Griscom et al., Natural Climate Solutions. PNAS 114, no. 44 (16 de octubre de 2017): 11645–11650.

Del mismo modo, creemos que conocer los vínculos entre los riesgos de biodiversidad y del cambio climático puede ayudar a los inversores a formular perspectivas útiles y definir oportunidades de inversión para sus carteras, por ejemplo, a través de créditos de carbono, soluciones agrícolas, ecoturismo, gestión del agua, infraestructuras verdes y otras soluciones a la naturaleza.

La red de riesgos se complica todavía más al tener en cuenta otras causas de la pérdida de biodiversidad. Dos de los peores detonantes son el cambio en el uso de la tierra y el mar, y el cambio climático. Otros son la explotación directa, la contaminación y las especies invasivas.

Aunque el cambio de uso de la tierra y el mar se considera actualmente como la causa más destructiva, estas clasificaciones pueden cambiar con el tiempo, lo que añade otro elemento de complejidad adicional. Por ejemplo, si no se trabaja para frenar el cambio climático, se corre el riesgo de que el clima se convierta en la principal causa de la pérdida de biodiversidad.

Los inversores se enfrentan al reto urgente de analizar y gestionar estos riesgos y oportunidades.  Los riesgos para las empresas y las carteras de inversión aumentan conforme avanza la pérdida de biodiversidad. Además, la respuesta por parte de los gobiernos y los reguladores a esta pérdida aumenta la presión sobre las empresas y los inversores para que se involucren en estas cuestiones, y esto genera oportunidades.

Ayudar a los inversores a afrontar el reto

El reto de analizar y gestionar los riesgos y las oportunidades relacionados con la naturaleza no es insalvable. Los inversores pueden tomar medidas prácticas para afrontar el riesgo de biodiversidad entendiendo el lugar que esta ocupa en la estructura ecológica global, su papel para sustentar los servicios ecosistémicos y el modo en que dichos servicios interactúan entre sí para mantener la vida y la actividad económica.

A partir de ahí pueden elaborar un marco para evaluar la exposición de las empresas a la biodiversidad que no solo englobe los riesgos físicos y de transición, sino también las oportunidades económicas y de inversión que pueden derivarse de las medidas adoptadas para mitigar la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Además, aplicando marcos conceptuales correctamente diseñados y datos especializados, el riesgo y las oportunidades de la biodiversidad pueden medirse de forma individualizada para cada sector y emisor, y reflejarse en las carteras de los inversores con el propósito de generar mejores rentabilidades.

La aplicación de estos enfoques en una estrategia activa que combine análisis fundamental, conocimientos especializados de terceros, así como implicación* y participación activa con los emisores, permite que los inversores puedan aspirar a una rentabilidad sólida a largo plazo a la vez que contribuyen a mitigar los riesgos para las empresas y la inversión relacionados con la naturaleza.

Estas acciones por sí solas no resolverán la crisis de biodiversidad, pero pueden ayudar a crear un mundo en el que, algún día, las economías se comporten más como ecosistemas y  menos como especies invasoras.

Para profundizar en los riesgos y oportunidades en torno a este tema, descárguese nuestro libro blanco Biodiversity in the Balance: How Nature Poses Investment Risks and Opportunities.

*AB lleva a cabo actuaciones de implicación con las empresas cuando considera que ello redunda en el interés de sus clientes. 

Los autores desean dar las gracias a Max Lulavy, Environmental Research Associate, por su valiosa contribución a este estudio.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.