Perspectivas para la renta fija en 2025: un terreno fértil

02 enero 2025
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Volatilidad sostenida, descenso de los yields y otras previsiones para 2025, más siete estrategias para sacar partido a todo lo anterior. .

Tras haber conseguido controlar una inflación desbocada, la mayoría de los bancos centrales se centran ahora en bajar los tipos. Sin embargo, por la experiencia de 2024, no se espera que vaya a ser un camino de rosas. Vivimos momentos de enorme incertidumbre geopolítica por cuestiones que van desde los conflictos en Oriente Medio y Ucrania hasta las consecuencias de las elecciones celebradas en 72 países durante el 2024: un «superaño» electoral.

En concreto, el presidente electo Donald Trump y el Congreso, de mayoría republicana, podrían aprobar unos cambios en las políticas capaces de redefinir el mundo. La especulación en torno a esas políticas ha contribuido a la alta volatilidad actual en los mercados de capitales.

Teniendo en cuenta los posibles cambios en las políticas que tendrán lugar en 2025, los resultados para las economías regionales también podrían ser dispares. En todo caso, creemos que la trayectoria del crecimiento y los yields de los bonos sigue siendo más lenta y tirando a la baja. A continuación presentamos nuestras expectativas para 2025 junto con siete estrategias para aprovechar el entorno favorable que los inversores en bonos tienen ante sí.

Crecimiento: anticipar las incógnitas conocidas

Prevemos que el crecimiento global en 2025 se sitúe por debajo de las expectativas del consenso. Las trayectorias de crecimiento dispares probablemente determinarán la magnitud de las rebajas de tipos en cada región, y es posible que veamos un descenso más acusado de los yields en Europa que en Estados Unidos, por ejemplo.

Las economías europeas, que tienen dificultades para regresar a un escenario de crecimiento robusto tras la pandemia, son las más vulnerables a un shock externo que podría arrastrar a la región hacia la recesión. Los retos actuales —tanto estructurales como geopolíticos— podrían agravarse debido a las nuevas incertidumbres, entre ellas, las elecciones anticipadas en Alemania y las políticas del nuevo gobierno entrante en Estados Unidos. Creemos que estos retos podrían resultar en un crecimiento más lento, bajadas de tipos más intensas y un descenso de los yields mayor de lo que prevé actualmente el mercado.

Por otra parte, creemos que las políticas del presidente electo Donald Trump podrían propiciar un crecimiento nominal y una inflación más elevados en el país, y es posible que también resulten en menos rebajas de tipos de lo que anteriormente preveía la Reserva Federal. De hecho, en las semanas próximas a las elecciones en Estados Unidos, los yields de los bonos estadounidenses se dispararon, resultado de las especulaciones de que las políticas de Trump podrían derivar en una mayor inflación y un aumento del déficit federal.

En China, Los responsables políticos han adoptado medidas importantes para respaldar la economía, entre ellas, bajadas de tipos y un reciente paquete de deuda por valor de 10 billones de yuanes (1,4 billones de USD). No obstante, creemos que estas iniciativas están diseñadas para gestionar el ritmo de desaceleración y no para favorecer un crecimiento más rápido de la economía. China también es vulnerable al conflicto comercial con Estados Unidos.

Hasta que se despejen las dudas en torno a los aranceles, los impuestos y otras políticas de la administración Trump, es probable que persistan las especulaciones y la volatilidad. A nuestro juicio, los inversores deberían familiarizarse con las cambiantes expectativas en cuanto a las políticas y con las sorpresas en relación con los datos, y evitar ser arrastrados por las turbulencias a corto plazo. Las tendencias generales, como un crecimiento moderado de la economía mundial y yields elevados, tienen ahora mayor relevancia.

Yields: nadar con la corriente

No es fácil predecir la dirección que tomarán los yields de los bonos a corto plazo. Seguimos centrados en el segmento intermedio, algo que también recomendamos a los clientes. Desde una perspectiva histórica, las bajadas de tipos por parte de los bancos centrales van seguidas de un descenso de los yields. Por tanto, creemos probable que el precio de los bonos suba conforme caigan los yields en los próximos dos o tres años en la mayoría de regiones.

Teniendo en cuenta la cantidad de dinero que sigue a la espera de ser invertido, la demanda de bonos podría ser extraordinariamente sólida. A 31 de octubre, un nivel récord de 6,9 billones de USD estaba en manos de fondos del mercado monetario estadounidense en lo que constituye un vestigio de la estrategia «T-bill and chill» que se hizo popular cuando los bancos centrales subían los tipos de interés de forma agresiva. Sin embargo, dada la actual postura expansiva de los bancos centrales y el descenso de los tipos del mercado monetario, prevemos que en los próximos años regresarán al mercado entre 2,5 y 3 billones de USD.

Curvas de tipos: a merced de las influencias

La curva de tipos es una instantánea de las expectativas actuales de los inversores en cuanto a las futuras condiciones económicas. Por tanto,  las influencias en el extremo corto de la curva no son las mismas que en el extremo largo.

La política de los bancos centrales manda en el extremo corto de la curva, motivo por el que los inversores de centran en los últimos datos de empleo y de inflación. En el tramo intermedio —entre 2 y 10 años—, el crecimiento es el factor fundamental. En el caso de los vencimientos más largos, la inflación a largo plazo y la fortaleza fiscal son importantes. Actualmente hay muchas especulaciones en torno a los yields a largo plazo debido a los elevados niveles de deuda que presentan los países de todo el mundo.

Esto ha provocado que las curvas de tipos hayan comenzado a positivizarse. Vemos margen para que se mantenga esta tendencia conforme los bancos centrales sigan bajando los tipos y se descuenten mayores primas a plazo en los yields de los bonos con vencimientos más largos debido a la preocupación por los  niveles de deuda nacionales.

En Estados Unidos prevemos que la pendiente entre los bonos a 5 y 30 años sea la que más aumente. Tradicionalmente, cuando la Fed bajaba los tipos, este tramo de la curva experimentaba una intensa positivización, en parte por los contextos recesivos. Esta vez, la pendiente se ha positivizado, pero todavía está por debajo de las medias históricas (Gráfico). En Europa, la pendiente entre los bonos a 2 y 10 años podría ser la que más se positivice. 

Es probable que la curva de tipos se positivice
Diferencia entre el yield del bono del Tesoro estadounidense a 5 y 30 años (Porcentaje)
The yield difference between 5s and 30s widened after every first cut in an easing cycle. Today, it’s still below average.

El análisis histórico y actual y las previsiones no garantizan resultados futuros.
p.b.: puntos básicos
Media histórica desde el 1 de enero de 1990
Hasta el 21 de noviembre de 2024
Fuente: Bloomberg, Reserva Federal de EE. UU. y AllianceBernstein (AB)

Crédito: fundamentales sólidos

Aunque los diferenciales del crédito han alcanzado niveles históricamente estrechos, los rendimientos de los activos sensibles al crédito siguen cerca de máximos de todos los tiempos. Los fundamentales de la deuda corporativa con grado de inversión, que partían de niveles históricamente sólidos, siguen siendo robustos. Los emisores de deuda high yield también tienen unos fundamentales sólidos en general y experimentan una fuerte demanda. Además, el descenso de los tipos debería ayudar a aliviar las presiones de refinanciación de los emisores corporativos. Por tanto, seguimos siendo moderadamente optimistas, ya que los diferenciales podrían mantenerse dentro de un rango durante un período prolongado.

Ahora bien, no creemos que los cambios en las políticas afecten por igual a todos los sectores y empresas. Por ejemplo, es probable que se reduzca la regulación de los sectores de energía y financiero. Por el contrario, los sectores que dependen de las importaciones, como el comercio minorista, podrían acusar problemas. En general, prevemos que los emisores de deuda con grado de inversión que gocen de una situación financiera muy sólida aguantarán relativamente bien las presiones arancelarias.

Siete estrategias para 2025

Estar invertidos. Creemos que los inversores que busquen el momento de entrar en el mercado de bonos deberían aprovechar el reciente respaldo a los yields. Aquellos que se mantengan al margen corren el riesgo de perderse el repunte potencial de los precios conforme caigan los yields de los bonos. Los rendimientos del mercado monetario replican fielmente las actuaciones de los bancos centrales, por lo que probablemente caerán todavía más, pero sin un repunte de los precios que lo compense.

Alargar la duración. Si la duración de su cartera (es decir, la sensibilidad a las variaciones de los tipos de interés) ha virado hacia el extremo corto, plantéese alargarla. Conforme bajan los tipos de interés, la duración beneficia a las carteras por el incremento de los precios de los bonos. La deuda pública, que es la fuente más pura de duración, también ofrece una elevada liquidez y ayuda a contrarrestar la volatilidad del mercado de renta variable.

Ahora bien, la duración es algo que siempre debe gestionarse. Cuando suben los yields (y caen los precios de los bonos), es recomendable ampliarla, y cuando los yields caen (y los precios de los bonos suben), es mejor ajustarla. Hay algo que debe recordar: aunque los tipos suban desde los niveles actuales, unos yields de partida elevados atenúan el impacto negativo de los precios. 

Tener una perspectiva global. Las oportunidades idiosincráticas aumentan en todo el mundo ante la divergencia en cuanto a la importancia y el alcance de las políticas expansivas de los bancos centrales, y la ventaja que proporciona la diversificación entre ciclos de tipos de interés y de negocio dispares es muy poderosa.

Mantener crédito. A pesar de que los diferenciales son estrechos, nuestro análisis señala que los sectores sensibles al crédito siguen siendo atractivos. Los diferenciales tendrían que ampliarse de forma exagerada desde los niveles actuales para compensar los niveles irresistiblemente elevados de los yields. Ahora bien, en las condiciones actuales es necesario ser muy cuidadosos con la  selección de valores. Los cambios en las políticas y las reglamentaciones no afectarán por igual a todos los sectores y empresas, y tampoco debilitarán el crecimiento económico.

Adoptar nuevos enfoques de selección de valores podría ayudar a los inversores a analizar de manera más objetiva partes sustanciales del universo de crédito, pudiendo contribuir a incrementar el alfa. También creemos que es sensato infraponderar los sectores cíclicos, los bonos corporativos CCC —que concentran la mayor parte de los impagos— y la deuda titulizada con bajas calificaciones, ya que son los más vulnerables a una desaceleración de la economía. La combinación de sectores de mayor rentabilidad en todo el espectro de calificaciones  —incluidos bonos corporativos, deuda de mercados emergentes y activos titulizados— aporta mayor diversificación.

Adoptar una postura equilibrada. Creemos que tanto la deuda pública como los sectores de crédito tienen cabida actualmente en las carteras. Entre las estrategias más efectivas se encuentran aquellas que combinan deuda pública y otros activos sensibles a los tipos de interés con activos de crédito orientados al crecimiento, en una única estrategia gestionada de forma dinámica.

Esta combinación saca partido a la correlación negativa entre los bonos de deuda pública y los activos growth, y ayuda a mitigar los riesgos fuera de nuestro escenario principal de crecimiento moderado, entre ellos, el regreso a una inflación extrema o el colapso económico. Cuando se juntan activos diversificadores en una única cartera resulta más fácil gestionar la interrelación entre los riesgos de tipo de interés y de crédito e inclinar la cartera hacia la duración o el crédito en función de las condiciones del mercado.

Protegerse frente a la inflación. Creemos que los inversores deberían plantearse incrementar sus asignaciones a estrategias de inflación. Esta idea se basa en el mayor riesgo de que la inflación aumente súbitamente en el futuro, en sus efectos corrosivos y en la asequibilidad de la protección explícita contra ella.

Complementar con un enfoque sistemático. El entorno actual también favorece un aumento del potencial de alfa a partir de la selección de valores. Los enfoques activos de inversión en renta fija sistemática pueden ayudar a los inversores a aprovechar esas oportunidades. Las estrategias sistemáticas se basan en una serie de factores predictivos, como el momentum, que no se capturan eficazmente con la inversión tradicional. Dado que los enfoques sistemáticos dependen de diferentes factores, sus rentabilidades pueden complementar a las estrategias activas tradicionales.

Encontrar la parte positiva de la volatilidad

Creemos que los inversores deberían familiarizarse con las expectativas cambiantes en  materia de políticas y las turbulencias a corto plazo y,  a su vez, posicionar las carteras para aprovechar las oportunidades creadas por la elevada volatilidad y los factores favorables para el mercado en los próximos meses.

Sobre todo, no  hay que perder de vista las tendencias generales, como la moderación del crecimiento económico, los elevados yields de partida, la demanda contenida y el descenso de los tipos de interés. También hay que recordar que los rendimientos del mercado monetario, que cambian a diario, deberían seguir cayendo conforme los bancos centrales bajen los tipos. Creemos que esta es una señal de que estamos en un buen momento para regresar al mercado de bonos.

El entorno es favorable para los inversores en bonos, sobre todo para aquellos que puedan anticiparse a la eventual avalancha que se producirá en el mercado de deuda. En nuestra opinión, las condiciones actuales crean un terreno fértil para la inversión en bonos.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.