Cómo aprovechar la volatilidad de tipos provocada por las elecciones

25 noviembre 2024
5 min read

Es posible que los inversores en renta fija estadounidense quieran aprovechar la coyuntura.

En las semanas que rodearon a las elecciones estadounidenses, los yields de los bonos estadounidenses subieron con fuerza, reflejando la especulación de que las políticas del presidente electo Trump podrían conducir a una mayor inflación y a un aumento del déficit federal. El yield del bono del Tesoro de EE. UU. a 10 años se sitúa ahora en el 4,4% —es decir, 80 puntos básicos (pb) por encima de sus recientes mínimos de mediados de septiembre—. Hasta que no haya claridad sobre los aranceles, los impuestos y otras políticas de la Administración entrante, es probable que persistan la especulación y la volatilidad de los tipos.

Más que un revés, vemos el repunte de la volatilidad y el cambio de tendencia de los yields como una oportunidad. A continuación, compartimos nuestra opinión sobre la posible evolución de los yields, así como tres estrategias para sacar partido del entorno actual.

Curva de tipos: bajo la influencia

Los yields de los bonos subieron, a pesar de que la Fed —reaccionando a los nuevos datos publicados, más que a las conjeturas—, siguió relajando su política monetaria. Como resultado, la curva de tipos del Tesoro se pronunció. La curva de tipos es una instantánea de las expectativas actuales de los inversores sobre las condiciones económicas futuras. Así, las influencias en el extremo corto de la curva difieren de las del extremo largo (Gráfico).

El mercado reajusta constantemente las expectativas futuras
Curva de tipos del Tesoro de EE. UU. (porcentaje)
El mercado reajusta constantemente las expectativas futuras

Información proporcionada exclusivamente con fines ilustrativos
R*, o R-asterisco, es el tipo de interés neutral al que la economía se encuentra en equilibrio, con pleno empleo e inflación estable.
Datos a 20 de noviembre de 2024
Fuente: Departamento del Tesoro de EE. UU. y AllianceBernstein (AB)

Por ejemplo, la política de la Fed guía el extremo corto de la curva, por lo que los inversores se centran en los datos de empleo y en las publicaciones del IPC más recientes. En el intervalo intermedio —de tres a 10 años—, el crecimiento económico es la variable más importante. Y para los vencimientos más largos, importan los fundamentales a largo plazo.

Las preocupaciones a largo plazo también son más especulativas. ¿Será la inflación estructuralmente más alta o más baja en las próximas décadas? ¿Cómo afectarán megatendencias como el crecimiento demográfico al crecimiento a largo plazo? ¿Y seguirán siendo los bonos del Tesoro estadounidense un activo sin riesgo?

Hoy se especula especialmente sobre esta última cuestión. Esto se debe a que a algunos participantes del mercado les preocupa que los recortes fiscales puedan hacer crecer la deuda nacional de EE. UU., que ya roza casi el 110% del PIB del país. El volumen de esa deuda y la capacidad del Gobierno para cubrir los gastos de intereses que genera preocupan mucho a las agencias de calificación crediticia.

Afortunadamente, la calificación soberana de EE. UU. está respaldada por fortalezas estructurales como la elevada renta per cápita, la posición de EE. UU. como mayor economía del mundo y un entorno empresarial dinámico. El Gobierno estadounidense también obtiene una enorme flexibilidad financiera de la fuerte demanda mundial de USD, la principal moneda de reserva del mundo. Creemos que estas fortalezas proporcionan un contrapeso a la creciente deuda nacional, que contribuye a reafirmar las calificaciones actuales.

Japón es la prueba de que el aumento del déficit federal no se traduce necesariamente en un aumento de los yields. La ratio deuda/PIB nipona es casi el doble que la de Estados Unidos, mientras que sus yields son mucho más bajos. De hecho, desde 1990, esta ratio se ha multiplicado por más de cuatro, incluso cuando su yield a 10 años cayó de más del 8% a aproximadamente el 1% actual.

Sin embargo, la conclusión es que el problema de la deuda nacional es tan conocido que creemos que ya está descontado en el mercado de bonos.

Yields: más altos durante más tiempo, pero no para siempre

Cuando se trata de predecir la dirección de los yields de los bonos a corto plazo, la visibilidad es escasa. Dicho esto, es probable que la volatilidad siga siendo elevada. Creemos que los yields podrían seguir cotizando al alza, dadas las expectativas del mercado de un crecimiento más rápido y una inflación moderadamente más alta. Los yields del Tesoro a 10 años podrían oscilar entre el 4,25% y el 4,75% en los próximos seis meses. (Haría falta una inflación significativamente más alta, lo que nos parece improbable, para que los yields subieran por encima del 5%).

Pero nuestra atención sigue centrada en el medio plazo y creemos que es ahí donde deben centrarse también los inversores. Los yields se encuentran actualmente cerca de máximos cíclicos; históricamente, los yields han caído durante un ciclo de relajación de la Fed (Gráfico), y nuestra previsión de que la la Fed seguirá flexibilizando su política no ha cambiado. 

En ciclos anteriores, los yields de los bonos cayeron cuando la Fed relajó su política
En ciclos anteriores, los yields de los bonos cayeron cuando la Fed relajó su política

Los análisis históricos no garantizan los resultados futuros.
Hasta el 21 de noviembre de 2024
Fuente: Reserva Federal de EE. UU.

Por lo tanto, en nuestra opinión, es probable que los bonos experimenten un aumento de precios a medida que caigan los yields en los próximos dos o tres años. La demanda de bonos podría ser excepcionalmente fuerte, teniendo en cuenta la cantidad de dinero que se mantiene al margen a la espera de regresar al mercado. A 30 de septiembre, un nivel récord de 6,8 billones de USD está en manos de fondos del mercado monetario estadounidense, en lo que constituye un vestigio de la estrategia «T-bill and chill» que se hizo popular en 2023, cuando los bancos centrales subieron los tipos de interés de forma agresiva. Ahora que la Fed está relajando su política monetaria y los tipos del mercado monetario están bajando, prevemos que entre 2,5 y 3 billones de dólares regresarán al mercado de renta fija en los próximos años.

Ampliar la duración y otras estrategias

Creemos que los inversores que buscan un punto de entrada en el mercado de renta fija deberían aprovechar el reciente aumento de los yields. Los que siguen al margen corren el riesgo de perderse las posibles ganancias de los precios a medida que disminuyan los yields de los bonos. Por otra parte, los yields del mercado monetario replican fielmente las actuaciones de la Fed, por lo que es probable que también caigan, pero sin un aumento de los precios que lo compense.

A continuación, los inversores deberían considerar estas tres estrategias para sacar partido de las condiciones actuales:

1. Alargue la duración. Si la duración de su cartera (es decir, la sensibilidad a las variaciones de los tipos de interés) se ha inclinado hacia el extremo ultracorto, plantéese alargarla. A medida que bajan los tipos de interés, la duración beneficia a las carteras al proporcionar mayores ganancias de precio.

La deuda pública, que es la fuente más pura de duración, también ofrece una elevada liquidez y ayuda a contrarrestar la volatilidad del mercado de renta variable. Por ejemplo, en agosto, los bonos del Tesoro proporcionaron un contrapeso útil cuando las cotizaciones bursátiles cayeron en respuesta al aumento de los datos de desempleo. Por último, dado que los bonos del Tesoro son el único sector que se ha abaratado últimamente, tiene sentido aumentar la duración a través de las posiciones en bonos del Tesoro.

Pero no se limite a fijar la duración y olvidarse. Cuando los yields sean más altos (y los precios de los bonos más bajos), como ocurre actualmente, alargue la duración; cuando los yields sean más bajos (y los precios más altos), recoja velas. Y recuerde: aunque los tipos sigan subiendo con respecto a los niveles actuales, los elevados niveles de yields amortiguan el efecto negativo sobre los precios.

2. Utilice un steepener de la curva. La posición de los inversores en la curva de tipos también es importante. Vemos margen para una mayor inclinación de la curva a medida que la Fed continúe relajando su política, mientras que los yields a más largo plazo siguen siendo elevados debido a la preocupación por la deuda nacional.

Esperamos que la pendiente entre los bonos a cinco años y a 30 años sea la que más aumente. Históricamente, cuando la Fed ha relajado su política monetaria, esta parte de la curva se ha pronunciado significativamente, impulsada en parte por entornos recesivos. Esta vez, la pendiente se ha acentuado, pero sigue estando por debajo de las medias históricas (Gráfico). Esperamos que se incline más a partir de este punto, aunque no alcancemos los niveles previos.

Es probable que la curva de tipos se siga pronunciando
Diferencia entre el yield del Tesoro estadounidense a cinco años y a 30 años (porcentaje)
Es probable que la curva de tipos se siga pronunciando

El análisis histórico y actual, y las previsiones no garantizan resultados futuros.
Media histórica desde el 1 de enero de 1990
hasta el 21 de noviembre de 2024
Fuente: Bloomberg,Reserva Federal de EE. UU. y AB

Además de un yield más generoso, una ventaja de comprar bonos en un punto pronunciado de la curva es la plusvalía generada por el descenso natural del yield del bono al aproximarse a su vencimiento (o «roll down»). Cuando las curvas de tipos tienen una pendiente ascendente, los bonos experimentan una revalorización de los precios con el tiempo y los yields descienden (generando esta plusvalía) a medida que se aproxima su vencimiento. Cuanto más pronunciada sea la curva, mayor será el incremento de precio.

3. Adopte una postura equilibrada. Creemos que tanto la deuda pública como los sectores de crédito tienen cabida actualmente en las carteras. Entre las estrategias más efectivas se encuentran aquellas que combinan deuda pública con activos de deuda corporativa orientados al crecimiento en una única cartera gestionada de forma dinámica.

Este emparejamiento, que aprovecha la correlación negativa entre la deuda pública y los activos de crecimiento, también ayuda a mitigar los riesgos fuera de nuestra hipótesis principal de un crecimiento moderado —como el retorno de una inflación extrema o un colapso económico—.

Además, la combinación de activos diversificados en una única cartera facilita la gestión de la interacción de los riesgos de tipos y de crédito, y la inclinación hacia la duración o el crédito en función de las condiciones del mercado.

Encontrar el lado bueno de la volatilidad

Creemos que los inversores deberían sentirse cómodos con la evolución de las expectativas políticas y las turbulencias a corto plazo, sin perder de vista las tendencias más generales, como el crecimiento económico moderado y los altos niveles de yields. En nuestra opinión, las condiciones actuales son favorables para los inversores que aprovechen el momento.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.