Estrategias para el entorno actual
Creemos que los inversores en bonos pueden obtener buenos resultados en el entorno actual si adoptan una postura equilibrada y aplican estas estrategias:
1. Estar invertidos. Hemos observado recientemente que muchos inversores, a pesar de creer que los yields seguirán siendo planos o el próximo año, están infraponderados en renta fija, con una duración y una exposición a crédito insuficiente, pero con una exposición significativa a la volatilidad de los mercados de renta variable. Sin embargo, creemos que este es un juego peligroso. Las probabilidades de alcanzar sus objetivos de inversión en cualquier horizonte razonable son mucho menores cuando no está plenamente invertido.
Si todavía sigue estancado en el efectivo o en equivalentes de efectivo, como sustitutos de los bonos —es decir, la estrategia «T-bill-and-chill» que se hizo popular en 2022— estaría perdiéndose las rentas diarias que aportan los bonos con yields más elevados. De hecho, los niveles de rentas se encuentran, en términos generales, en los niveles más altos de los últimos 16 años. Por ejemplo, a 27septiembre, el mercado global de deuda high yield ofrecía, de media, unos yields del 9,4%, en comparación con el 5,6% de las letras del Tesoro estadounidense a tres meses. Recordemos que las rentabilidades de la renta fija se obtienen principalmente de los ingresos acumulados con el paso del tiempo.
Además, los mercados se mueven rápidamente, por lo que el market timing resulta casi imposible. Cuando la situación comienza a cambiar, el efectivo reservado suele regresar al mercado, lo que provoca una rápida caída de los yields y un aumento de los precios.
Creemos que resulta más conveniente aprovechar pronto este entorno —asegurarse unos yields iniciales elevados y tolerar cierta volatilidad a corto plazo a medida que los mercados reaccionan a las noticias económicas— que arriesgarse a entrar demasiado tarde.
2. Alargar la duración. Si la duración de su cartera (es decir, la sensibilidad a los tipos de interés) ha virado hacia el extremo ultracorto, plantéese alargarla. La duración suele beneficiar a las carteras cuando la inflación se reduce, la economía se desacelera y los tipos de interés bajan. A continuación, adopte posiciones tácticas reduciendo levemente la exposición media a tipos de interés de la cartera cuando los yields disminuyan y aumentándola ligeramente cuando aumenten. La deuda pública, que es la fuente más pura de duración, también ofrece una elevada liquidez y ayuda a contrarrestar la volatilidad del mercado de renta variable.
3. Mantener crédito. Los yields de los activos de riesgo son más elevados ahora que en los últimos años, lo que ofrece a los inversores orientados a las rentas una oportunidad de abastecimiento que llevan mucho tiempo esperando. Los “sectores con spread”, como la deuda corporativa con grado de inversión, la deuda corporativa high yield y los activos titulizados, entre ellos los títulos de transferencia de riesgo de crédito, también pueden servir de protección contra la inflación al aportar una mayor fuente de ingresos corrientes.
No obstante, los inversores en crédito deben ser selectivos y prestar atención a la liquidez. La deuda corporativa con calificación CCC (especialmente en sectores cíclicos), la deuda soberana de mercados emergentes con peor calificación y la deuda titulizada con peor calificación son más vulnerables en caso de recesión. Por el contrario, la deuda high yield de duración corta ofrece yields más elevados y un menor riesgo de impago que la deuda a más largo plazo gracias a la curva de tipos invertida. Sigue siendo fundamental una selección cuidadosa de los valores.
4. Adoptar una postura equilibrada. Lograr el equilibrio adecuado entre el riesgo de tipo de interés y de crédito puede tener mucho sentido en las últimas fases de un ciclo de crédito. Entre las estrategias más efectivas se encuentran aquellas que combinan deuda pública y otros activos sensibles a los tipos de interés con activos de deuda corporativa orientados al crecimiento en una única estrategia gestionada de forma dinámica. Este enfoque puede ayudar a los gestores a hacerse una idea de la interacción entre los riesgos y a tomar mejores decisiones sobre qué dirección tomar en un determinado momento.
Las corrientes vendedoras correlacionadas de las deuda pública y los activos de crédito han sido muy raras en los últimos 30 años. No obstante, cuando los dos tipos de activos caen de manera simultánea, una estrategia barbell podría ayudar a minimizar los daños. En esas situaciones, aquellos inversores que segreguen los activos sensibles a los tipos de interés y de crédito en carteras distintas podrían tener la tentación de vender —y sufrir pérdidas— en ambos.
5. Considerar un enfoque activo sistemático. En actual entorno de tipos de interés elevados y condiciones económicas complicadas también aumenta las oportunidades en cuanto a la obtención de unas rentabilidades reales potenciales más elevadas y la selección activa de valores de renta fija. Creemos que los enfoques de inversión sistemática en renta fija, que son sumamente adaptables, pueden ayudar a los inversores a aprovechar esas oportunidades. Dado que los enfoques sistemáticos se basan en distintos detonantes de los resultados, sus rentabilidades posiblemente diferirán —y complementarán— las estrategias activas tradicionales.
Adoptar una perspectiva desde las alturas
Los inversores activos deberían ser flexibles y prepararse para aprovechar los cambios bruscos en las valoraciones y las fugaces ventanas de oportunidad conforme avance el año. Lo más importante es que los inversores deberían participar e invertir plenamente en los mercados de bonos para aprovechar las ventajas de las excelentes oportunidades en cuanto a yields elevados y rentabilidades potenciales. Al fin y al cabo, la panorámica desde esas alturas es incomparable.