Los datos sociales que suelen estar más disponibles se refieren a la diversidad de género de las plantillas, la salud y la seguridad, las retiradas de productos y las políticas de derechos humanos. Sin embargo, la calidad de esos datos sigue siendo insuficiente. Por ejemplo, el hecho de que una empresa disponga de una política de derechos humanos no significa que esta sea buena o que se aplique correctamente.
También resulta difícil comparar parámetros sociales entre distintas empresas y sectores. A diferencia de las huellas de carbono y las normativas públicas, que permiten comparar fácilmente empresas o sectores, las cuestiones sociales no son las mismas para todos los sectores.
En el sector de las prendas de vestir, por ejemplo, entre los principales problemas figuran el trabajo forzoso o el trabajo infantil, la proporción de empleados con cobertura sindical o sujetos a convenios colectivos, mecanismos de presentación de reclamaciones y códigos de conducta de proveedores.
En la banca minorista, los préstamos abusivos generan una gran preocupación social, junto con el acceso a servicios para clientes con bajos ingresos, la privacidad y seguridad de los datos, y la imposición de multas por incumplimiento de las normativas. Las empresas de alimentación y bebidas deberían ser juzgadas por la calidad y las retiradas de sus productos, la inversión en sistemas de seguridad y calidad, y el tiempo de producción perdido por accidentes laborales o incidentes de seguridad.
Dado que el control oficial de los factores «S» es cada vez más intenso, estas cuestiones irán adquiriendo mayor importancia.
Los inversores se enfrentan a un tsunami de legislación relacionada con la «S»
Nuestro análisis demuestra que, entre 2011 y 2022, los gobiernos y los organismos cuasigubernamentales de importantes países occidentales tomaron 23 medidas destacadas —como la introducción de legislación o principios rectores e investigaciones parlamentarias— para frenar el trabajo forzoso y los abusos en materia de derechos humanos. La mayoría de las medidas (17) se aplicaron en la segunda mitad de dicho período.
Este lento tsunami de legislación obligará a las empresas a realizar una diligencia debida de sus operaciones y cadenas de suministro, y a informar sobre los resultados. Ya se están poniendo en marcha iniciativas gubernamentales para prohibir productos fabricados con mano de obra forzosa, como en Estados Unidos, y pronto lo hará la Unión Europea.
La concienciación popular sobre cuestiones sociales adquiere cada vez más fuerza. La COVID-19 ha puesto de relieve las desigualdades en la distribución de las vacunas y las tensiones sobre los sistemas de salud. Asimismo, las alteraciones de las cadenas de suministro provocadas por la pandemia y la guerra en Ucrania evidencian las difíciles condiciones de ciertos países que producen bienes para la exportación. El incremento de la inflación y la crisis del coste de la vida están aumentando la concienciación social sobre los problemas sociales.
A nuestro juicio, los inversores deberían tomar dos medidas para incorporar la creciente importancia de los factores «S» en sus carteras.
Elaboración de perspectivas mediante la ciencia de datos y los análisis cualitativos
Lo primero es subsanar los problemas de calidad y disponibilidad de los datos. Cuando se dispone de datos es necesario definir adecuadamente su materialidad para diversos sectores. A continuación, la ciencia de datos y los análisis cualitativos pueden ayudar a generar unas perspectivas más correctas.
Por ejemplo, es posible que los proveedores terceros especializados tengan un conocimiento más exhaustivo de los factores «S» que los analistas de valores en plantilla, pero generalmente abarcan menos empresas. Con la ciencia de datos, los inversores pueden acceder a nuevas fuentes de información con ayuda de la inteligencia artificial.
Es importante entender los datos para evitar extraer conclusiones falsas. Las controversias «S» son más comunes en algunos sectores, como el de la automoción. Sin embargo, no hay que dar por sentado que los sectores con menos datos presentan un nivel de controversias proporcionalmente menor. Asimismo, el análisis fundamental puede verificar que la política de derechos humanos de una empresa es eficaz y se aplica correctamente.
Tres dimensiones para entender las cuestiones «S»
El segundo paso consiste en elaborar un marco de análisis que pueda señalar los principales riesgos y oportunidades relacionados con la «S».
Hemos definido tres temas amplios para ayudar a los inversores a comprender el entorno de inversión cambiante relacionado con la «S»: un mundo en proceso de cambio, un mundo justo y un mundo saludable (Gráfico).